miércoles, 4 de mayo de 2011


En el Principio: Cómo Interpretar Génesis 1

 Por: Richard M. Davidson
“En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. –Génesis 1:1
Tal es la belleza, majestad y simplicidad con que comienza el relato de la creación registrado en Génesis. Sin embargo, un análisis del capítulo 1 del Génesis no es tan simple y directo como puede sugerir la lectura casual del texto bíblico. La interpretación moderna de la cosmogonía bíblica (comprensión de los orígenes) en Génesis 1 es extremadamente complicada. Se la clasifica en no literal y literal. Describiremos brevemente siete de las interpretaciones y evaluaremos cada una de ellas a la luz de la información bíblica.
Interpretaciones más relevantes de Génesis 1
Interpretaciones no literales
Los eruditos que sostienen una interpretación no literal de Génesis tratan el tema de diferentes maneras. Algunos consideran Génesis 1 como mitología1; otros lo ven como poesía2; algunos lo consideran como teología3; y aún otros lo ven como un simbolismo.4
Todos estos puntos de vista no literales tienen en común la suposición de que el relato de la creación de Génesis no es un relato literal directamente histórico de la creación.
Interpretaciones literales
Los que aceptan una lectura literal del relato de la creación también difieren en cuanto a la cosmogonía bíblica de Génesis 1. Señalaremos tres de ellas.
Perspectiva de la brecha activa. Este punto de vista es conocido también como teoría de la “ruina-restauración”. De acuerdo con esta perspectiva,5 Génesis 1:1 describe una creación originalmente perfecta que tuvo lugar en algún momento desconocido del pasado (hace millones o billones de años). Satanás era el soberano de este mundo, pero a causa de su rebelión (Isaías 14:12-17), entró el pecado en el universo. Dios juzgó la rebelión y redujo el mundo al estado caótico y arruinado descripto en Génesis 1:2. Los partidarios de esta perspectiva traducen Génesis 1:2 como “la tierra se volvió desordenada y vacía”.
Para esta postura, Génesis 1:3 y los versículos subsiguientes presentan una descripción de una creación posterior en la cual Dios restauró lo que había sido arruinado. Generalmente intercalan la columna geológica entre el período de tiempo de la primera creación (Génesis 1:1) y el caos subsiguiente, y no en conexión con el diluvio bíblico.
Perspectiva de una pre-creación “desordenada-vacía”. De acuerdo con esta interpretación, los términos hebreos tohu (“desordenado”) y bohu(“vacío”) en Génesis 1:2 describen el estado “informe-vacío” de la tierra. El texto se refiere al estado anterior a la creación de la que se habla en la Biblia. Esta perspectiva tiene dos variaciones principales basadas en dos análisis gramaticales diferentes.
La primera variación considera a Génesis 1:1 como una cláusula dependiente, comparando los antiguos relatos de la creación extra-bíblicos del Cercano Oriente.6 De esta manera la traducción propuesta es: “Cuando Dios comenzó a crear los cielos y la tierra”. Por lo tanto Génesis 1:2 equivale a un paréntesis en el que se describe el estado en que se encon-traba la tierra cuando Dios comenzó a crear (“estando la tierra…”) y Génesis 1:3 en adelante describe la obra real de la creación (“Y dijo Dios…”).
La otra variación importante considera a Génesis 1:1 como una cláusula independiente, y como una declaración resumida o introducción formal o título, que es elaborado después en el resto del relato.7 Se considera Génesis 1:2 como una cláusula circunstancial conectada con el versículo 3: “Y la tierra estaba desordenada y vacía… Y dijo Dios: Que sea la luz”.
En el caso de la perspectiva pre-creacionista desordenada y vacía, apoyada por cualquiera de los análisis gramaticales ya mencionados, Génesis no presenta un comienzo absoluto de tiempo para el cosmos. No está implicada la creación de la nada y no hay indicación de la existencia de Dios antes de la materia. No se menciona nada de la creación de la materia original descripta en el versículo 2. La oscuridad, el abismo y el agua de Génesis 1:2 ya existían al comienzo de la actividad creadora de Dios.
De paso, podríamos notar otra perspectiva pre-creacionista. Esta toma el versículo 2 como una cláusula dependiente “cuando..”., lo cual difiere de la primera variante al interpretar las palabras tohu y bohu, y los términos para “oscuridad” y “abismo”, todo como significando “nada”. De esta manera el versículo 1 es visto como un resumen; el versículo 2 dice que inicialmente había “nada”, y el versículo 3 describe el principio del proceso creador.8
Perspectiva inicial “informe-vacía”. Una tercera interpretación literal de la cosmogonía bíblica es la perspectiva inicial “informe-vacía”. Esta es la perspectiva tradicional, que goza del apoyo de la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos a través de la historia.9 De acuerdo con esta comprensión, Génesis 1:1 declara que Dios creó de la nada la materia original llamada cielos y tierra en el momento de su principio absoluto. El versículo 2 aclara que en el principio cuando la tierra fue creada, estaba en un estado de tohu y bohu, informe y vacía. El versículo 3 y los subsiguientes describen el proceso divino de formar lo no formado y de llenar lo vacío.
Esta interpretación tiene dos variantes. Algunos ven todo el versículo 1 y el 2 como parte del primer día de la semana de la creación de siete días. Podríamos llamar a esto la interpretación de “no brecha”.10 Otros ven los versículos 1 y 2 como una unidad cronológica separada por una brecha en el tiempo del primer día de la creación descrita en el versículo 3. Esta perspectiva es denominada comúnmente como de la “brecha pasiva”.11
Evaluación
El espacio no nos permite una evaluación detallada de todos los pros y contras de cada perspectiva que hemos resumido, pero presentaremos los contornos básicos de la información bíblica en lo que concierne a las teorías acerca del origen de la materia y de la vida, y su existencia primitiva.
Interpretaciones no literales
Considerando todas las interpretaciones no literales, no históricas, debemos tomar en cuenta dos hechos bíblicos significativos:
1. El género literario de Génesis capítulos 1-11 indica la intención de la naturaleza literal del relato.12 El libro de Génesis está estructurado por la palabra “generaciones” (hebreo toledoth) en conexión con cada sección del libro (13 veces). Esta es una palabra utilizada en otros lugares en el contexto de genealogías interesadas en el cómputo exacto del tiempo y la historia. El uso de toledoth en Génesis 2:4 muestra que el autor tenía la intención de que el relato de la creación fuera tan literal como el resto de las narraciones del Génesis.13 Otros escritores bíblicos consideran que los capítulos 1-11 de Génesis son literales. De hecho, todos los escritores del Nuevo Testamento se refieren afirmativamente a Génesis 1-11 como historia literal.14
2. La evidencia interna también indica que el relato de la creación no debe tomarse simbólicamente como siete largas edades conformándose con el modelo evolucionista, como lo sugieren muchos críticos y eruditos evangélicos. Los términos “tarde y mañana” significan un día literal de 24 horas. En otros lugares de la Escritura, la palabra día con un número ordinal es siempre literal. Si los días de la creación son simbólicos, Exodo 20:8-11 el conmemorar un sábado literal no tiene sentido. Las referencias a la función del sol y la luna para las señales, estaciones, días y años (Génesis 1:14), también indican tiempo literal, no simbólico. Por lo tanto, debemos concluir que Génesis 1:1-2:4a indica que la creación se llevó a cabo en siete días literales y sucesivos, de 24 horas.15
Aunque las interpretaciones no literales deben ser rechazadas en lo que niegan (específicamente, la naturaleza histórica y literal del relato del Génesis), sin embargo tienen un elemento de verdad en lo que afirman. Génesis 1-2 afecta a la mitología, no para afirmar una interpretación mitológica, sino como una polémica en contra de la antigua mitología del Cercano Oriente.16 Génesis 1:1-2:4 está estructurado muy probablemente de una manera similar a la poesía hebrea (paralelismo sintético),17 pero la poesía no niega la historicidad (ver, por ejemplo, Exodo 15, Daniel 7, y alrededor de 40 por ciento del Antiguo Testamento, los cuales están en forma de poesía). Los escritores bíblicos a menudo escribieron en poesía para enfatizar la historicidad.
Génesis 1-2 presenta una teología profunda: la doctrina de Dios, la creación, la humanidad, el sábado y podríamos continuar así. Pero la teología en las Escrituras no se opone a la historia. En verdad, la teología bíblica está enraizada en la historia. De la misma manera, existe un profundo simbolismo en Génesis 1. Por ejemplo, el lenguaje del Jardín del Edén y la ocupación de Adán y Eva, aluden claramente a la imaginería del santuario y a la tarea   de los levitas (ver Exodo 25-40).18 Por eso el santuario del Edén es un símbolo o tipo del santuario celestial. Pero el hecho de señalar más allá de sí mismo no quita mérito a su propia realidad literal.
Aun Gerhard von Rad, erudito crítico que rehúsa aceptar lo que afirma Génesis 1, confiesa honestamente: “Lo que se dice aquí [Génesis 1] intenta sostener la verdad completa y exactamente como se da”.19
Por lo tanto, nosotros afirmamos la naturaleza histórica, literal, del registro del Génesis. Pero, ¿cuál de las interpretaciones literales es la correcta?
Interpretación literal
Primero, debemos rechazar inmediatamente la teoría de la brecha activa o ruina-restauración basada puramente sobre una base gramatical. Génesis 1:2 claramente contiene tres oraciones sustantivas –y el significado fundamental de las oraciones sustantivas en hebreo expresa algo fijo–, un estado,20 no una secuencia o acción. De acuerdo con las leyes de la gramática hebrea, debemos traducir “la tierra estabadesordenada y vacía”, y no “la tierra se volvió desordenada y vacía”. Por lo tanto, la gramática hebrea no deja lugar para la teoría de la brecha activa.
¿Qué diremos de la interpretación de la pre-creación informe-vacía en la cual el estado tohu-bohu de Génesis 1:2 viene antes de la creación divina? Algunos sostienen esta interpretación traduciendo el versículo 1 como una oración dependiente. Pero las líneas más importantes de evidencia favorecen la lectura tradicional de Génesis 1:1 como una oración independiente: “En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”. Esto incluye la evidencia de los acentos en hebreo, de todas las versiones antiguas, léxico/gramaticales, consideraciones sintácticas y estilísticas, y los contrastes con relatos antiguos del Cercano Oriente.21 El peso de la evidencia me guía a aceptar la postura de la lectura tradicional.
Otros sostienen la perspectiva de la pre-creación informe-vacía interpretando Génesis 1:1 como un resumen del capítulo completo (comenzando la creación real sólo en el versículo 3). Pero si Génesis 1 comienza solamente con un título o resumen, entonces el versículo 2 contradice al versículo 1. Dios creó la tierra (versículo 1), pero la tierra pre-existe a la creación (versículo 2). Esta interpretación simplemente no puede explicar la referencia a la existencia de la tierra ya en el versículo 2. Rompe la continuidad entre el versículo 1 y el versículo 2 en el uso del término tierra.22 Por lo tanto yo concluyo que Génesis 1:1 no es simplemente un resumen o título de todo el capítulo.
En contra de la sugerencia de que todas las palabras en Génesis 1:2 simplemente implican “la nada”, se debe señalar que los versículos 3 y siguientes no describen la creación del agua, pero suponen su existencia previa. La palabra tehom “abismo”, combinada con tohu y bohu juntas (como en Jeremías 4:43) no parece referirse a la nada, sino más bien a la tierra en un estado informe-vacío cubierta por agua.
Esto nos guía a la posición inicial de informe-vacía. Una lectura directa de la corriente del pensamiento en Génesis 1: 1-3 ha guiado a la mayoría de los intérpretes judíos y cristianos en la historia de la interpretación a esta posición, por lo que se la conoce como la perspectiva tradicional.
El flujo natural de Génesis 1-2
Yo concuerdo con esta perspectiva, porque encuentro que sólo esta interpretación sigue coherentemente el flujo natural de estos versículos, sin contradicción u omisión de ningún elemento del texto.
El flujo de pensamiento en Génesis 1-2 es el siguiente:
a. Dios existe antes de toda creación (versículo 1).
b. Hay un comienzo absoluto de tiempo con respecto a este mundo y las esferas celestes que lo rodean (versículo 1).
c. Dios creó los cielos y la tierra (versículo 1), pero al comienzo eran diferentes que ahora, estaban “informes” y “vacíos” (tohu y bohu; versículo 2).
d. En el primer día de la semana de la creación de siete días, Dios comienza a formar y llenar el tohu y bohu (versículos 3 y subsiguientes).
e. La actividad creadora de Dios de “formar y llenar” se lleva a cabo en los seis días literales y sucesivos de 24 horas.
f. Al fin de la semana de la creación, los cielos y la tierra están terminados (Génesis 2:1). Lo que Dios comienza en el versículo 1 está completo ahora.
g. Dios descansa en el séptimo día, bendiciéndolo y santificándolo como un recordativo de la creación (2:1-4).
La ambigüedad de cuándo
Los puntos anteriores aparecen en forma clara en el flujo de pensamiento de Génesis 1-2. Sin embargo, hay un aspecto crucial en este proceso de creación que el texto deja abierto y ambiguo: ¿Cuándo ocurrió el comienzo absoluto de los cielos y la tierra en el versículo 1? ¿Fue al comienzo de los siete días de la creación o en algún momento anterior? Es posible que las “materias primas” de los cielos y la tierra en su estado informe-vacío hayan sido creadas mucho antes de los siete días de la semana de la creación. Esta es la teoría de la “brecha pasiva”. También es posible que las “materias primas” descriptas en Génesis 1:1,2 estén incluidas en el primer día de la semana de la creación de siete días. Esta es la llamada teoría de la “no brecha”.
Esta ambigüedad en el texto hebreo tiene implicaciones para interpretar el Precámbrico de la columna geológica, si uno equipara aproximadamente el Precámbrico con las “materias primas” descriptas en Génesis 1:1-2 (por supuesto, esta evaluación es discutible). Existe una posibilidad de un Precámbrico joven, creado como parte de la semana de la creación de siete días (quizás con la apariencia de mucha antigüedad). También existe   la posibilidad de que la “materia prima” fuera creada en un momento del comienzo absoluto de esta tierra y las esferas celestes que la rodean, hace probablemente millones o billones de años. Este estado inicial informe-vacío es descripto en el versículo 2. Luego el versículo 3 y los siguientes describen el proceso de formar y de llenar durante la semana de la creación de siete días.
Concluyo que el texto bíblico de Génesis 1 da lugar para cualquiera de estas teorías: (a) un Precámbrico joven (creado como parte de los siete días de creación), o (b) rocas terrestres pre-fósiles mucho más antiguas, con un largo intervalo entre la creación de lo inanimado “materia prima” sobre la tierra descriptas en Génesis 1:1 y 2 y los siete días de la semana de la creación, descripta en Génesis 1:3 en adelante. Pero en cualquiera de los dos casos, el texto bíblico requiere una cronología corta para lavida en la tierra. No se da lugar para ninguna brecha de tiempo en la creación de la vida sobre esta tierra: ésta apareció entre el tercero y sexto días literales y sucesivos de 24 horas de la semana de la creación.
Richard M. Davidson (Ph.D, Andrews University) es el director del Depto. de Antiguo Testamento en el Seminario Teológico Adventista, Andrews University, Berrien Springs, Michigan. Es autor de varios artículos y libros, incluyendo Typology in Scripture (Andrews University Press, 1981), Love Song for the Sabbath (Review and Herald, 1987), e In the Footsteps of Joshua (Review and Herald, 1995).
Notas y referencias 
   1. Ver, por ejemplos, Hermann Gunkel, Schöpfung und Chaos(Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1895); B.S. Childs, Myth and Reality in the Old Testament, Studies in Biblical Theology, 27 (London: SCM Press, 1962), pp. 31-50.
   2. Ver, por ejemplos, D. F. Payne, Genesis One Reconsidered(London: Tyndale, 1964); Henry Blocher, In the Beginning: The Opening Chapters of Genesis (Downers Grove, II.:Inter-Varsity Press, 1984), pp. 49-59.
   3. Ver, por ejemplos, Conrad Hyers, The Meaning of Creation: Genesis and Modern Science (Atlanta: John Knox, 1984); Davis Young, Creation and the Flood: an Alternative to Flood Geology and Theistic Evolution (Grand Rapids: Baker, 1974), pp. 86-89.
   4. Ver, por ejemplos, Derek Kidner, Genesis: An Introduction and Commentary, Tyndale Old Testament Commentaries (Downers Grove, II.: Inter-Varsity Press, 1967), pp. 54-58; P. J. Wiseman,  Creation Revealed in Six Days (London: Marshall, Morgan, y Scott, 1948), pp. 33-34; Robert C. Newman y Herman J. Eckelmann, Jr.,Genesis One and the Origin of the Earth (Downers Grove, II.: Inter Varsity Press, 1977), pp. 64,65.
   5. Ver, por ejemplos, Arthur Custance, Without Form and Void(Brockville, Canada: By the Author, 1970): y la Scofield Reference Bible (1917, 1967).
   6. Ver, por ejemplos, las siguientes traducciones modernas de Génesis 1:1-3: la New Jewish Version (NJV), la New American Bible(NAB) católica, y la New English Bible; ver también E. A. Speiser,Anchor Bible: Genesis (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1964), pp. 3, 8-13.
   7. Ver, por ejemplos, Gerhard von Rad, Genesis: A Commentary,Old Testament Library (Philadelphia: Westminster, 1972), p. 49; Bruce Waltke, “The Creation Account in Genesis 1:1-3; Part III: The Initial Chaos Theory and the Precreation Chaos Theory”,Bibliotheca Sacra 132 (1975), pp. 225-228.
   8. Ver, por ejemplo, Jacques Doukhan, The Genesis Creation Story: Its Literary Structure, Andrews University Seminary Doctoral Dissertation Series, 5 (Berrien Springs, Mich.: Andrews University Press, 1978), pp. 63-73.
   9. Por una lista mayor de defensores, y una defensa más detallada de esta posición, ver Gerhard Hasel, “Recent Translations of Genesis 1:1″, The Bible Translator 22 (1971), pp. 154-167; e ídem, “The Meaning of Gen. 1:1″, Ministry (Enero 1976), pp. 21-24.
10. Ver, por ejemplo, Henry Morris,   The Biblical Basis for Modern Science (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1984); e ídem, The Genesis Record (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1976), pp. 17-104.
11. Ver, por ejemplo, Harold G. Coffin, Origin by Design(Hagerstown, Md.: Review and Herald, 1983), pp. 292-293, una posibilidad. Además Clyde L. Webster, Jr., “El Génesis y la edad de la Tierra: Qué nos dice la datación radiométrica”, Diálogo Universitario 5:1 (l993), pp. 5-8.
12. Ver Walter Kaiser, “The Literary Form of Genesis 1-11″, en New Perspectives on the Old Testament, J. Barton Payne, ed. (Waco, Texas: Word, 1970), pp. 48-65.
13. Doukhan, pp. 167-220.
14. Ver Mateo 19:4, 5; 24:37-39; Marcos 10:6; Lucas 3:38; 17:26, 27; Romanos 5:12; 1 Corintios 6:16; 11:8, 9, 12; 15:21, 22, 45; 2 Corintios 11:3; Efesios 5:31; 1 Timothy 2:13, 14; Hebreos 11:7; 1 Pedro 3:20; 2 Pedro 2:5; 3:4-6; Santiago 3:9; 1 Juan 3:12; Judas 11, 14; Apoc. 14:7.
15. Por mayores evidencias ver Terrance Fretheim, “Were the Days of Creation Twenty-Four Hours Long? YES”, en The Genesis Debate: Persistent Questions About Creation and the Flood, Ronald F. Youngblood, ed. (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1990), pp. 12-35.
16. Ver Gerhard Hasel, “The Polemic Nature of the Genesis Cosmology”, The Evangelical Quarterly   46 (1974), pp. 81-102; idem, “The Significance of the Cosmology in Genesis 1 in Relation to Ancient Near Eastern Parallels”, Andrews University Seminary Studies 10 (1972), pp. 1-20.
17. Ver Gordon J. Wenham, Word Biblical Commentary: Gen 1-15(Waco, Texas: Word, 1987), pp. 6-7, para encontrar un diagrama de la simetría comparada de los días de la creación.
18. Ver Gordon Wenham, “Sanctuary Symbolism in the Garden of Eden Story”, Proceedings of the World Congress of Jewish Studies 9 (1986), pp. 19-25.
19. Von Rad, p. 47.
20. Ver Gesenius’ Hebrew Grammar, E. Kautzsch y A. E. Xowley, eds. (Oxford:Clarendon Press, 1910, 1974), 454 [par. 141 i]; R. L. Reymond, “Does Genesis 1:1-3 Teach Creation Out of Nothing?”Scientific Studies in Special Creation, W. E. Lammerts, ed (Grand Rapids, Mich.: Baker, 1971), pp. 14-17.
21. Ver Hasel, “Recent Translations”, y “The Meaning of Gen. 1:1″.
22. Gesenius’ Hebrew Grammar, p. 455 (par. 142 c), que identifica el vs. 2 como una frase circunstancial contemporánea con la oración principal del vs. 1 (no del vs. 3).

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