martes, 31 de mayo de 2011


Los Diez Mandamientos - La Ley de Dios


La Ley de Dios fueron escritas en dos tablas de piedras con su propio dedo. Esta registrada en la Biblia, en el Antiguo Testamento en Éxodo 20:3 al 17. “Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios” Éxodo 31:18.

La ley de Dios nos muestra si estamos en pecado, mas el justo por la fe vivirá. “Todo aquel que comete pecado, infringe también la Ley, pues el pecado es infracción de la Ley. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” 1 Juan 3:4, 8.

Los Diez Mandamientos en las Sagradas Escrituras: Éxodo 20




Los Diez Mandamientos
Éxodo 20
    1. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
    2. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
    3. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
    4. Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
    5. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
    6. No matarás.
    7. No cometerás adulterio.
    8. No hurtarás.
    9. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
    10. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

    Entendiendo a la juventud de hoy - Sermón Pr. Robert Costa

     
    Entendiendo a la juventud de hoy: La juventud moderna es muy cognoscitiva, requiere guia y educación, no disciplina de sumisión. Hay una brecha generacional que se acentúa con el correr del tiempo. Por qué pareciera que cada vez es más dificil criar y educar a los hijos en nuestros dias? Cómo afecta la globalización a la juventud? Te invitamos a ver este video en el que abordamos un tema diferente, de actualidad, que será de bendición para ti. Con el invitado especial, Dr. José Angel Fuentes. Catedrático, pastor guía espiritual, administrador. Psicólogo clínico familiar y consejero.


    jueves, 26 de mayo de 2011

    ¿Es Bíblica la Teología de Dejados Atrás?


    ¿Es Bíblica la Teología de Dejados Atrás?

    Por: Steve Wohlberg
    Nada ha cautivado tanto la imaginación de los cristianos en tiempos recientes como el libro Dejados atrás. Es una novela de gran venta, una exitosa serie de aventuras, y el motivo principal en una secuencia de películas cifradas en millones de dólares. Dejados atrás afirma estar basada en las profecías bíblicas para el tiempo del fin: el regreso secreto de Jesús, la desaparición instantánea de los cristianos, y un malvado Anticristo que se apodera del mundo.
    Dejados atrás tuvo su debut en 1995. Escrito en cooperación entre Tim LaHaye y Jerry B. Jenkins, el libro fue un éxito de ventas tan instantáneo que sus autores y la casa publicadora, Tyndale Publishing, decidieron transformarlo en una serie de 12 entregas. La mayoría de los 11 volúmenes publicados hasta la fecha han figurado en las listas de libros más vendidos del New York Times, del Wall Street Journal y de US Today. La cadena de librerías Barnes & Noble los ovacionó como “la serie de mayor venta de todos los tiempos” .
    En febrero del 2001, Dejados atrás: La Película, en su versión inglesa, llegó a los cines de todos los Estados Unidos. Una segunda película, La Fuerza de la Tribulación, basada en el segundo volumen de la serie del mismo título, fue puesta en circulación en el 2002. Con un volumen todavía por delante, y con al menos una película más en ciernes, el fervor por Dejados atrás continúa en aumento en el mundo entero. No es extraño encontrarse con la serie completa de Dejados atrás en los exhibidores de las librerías de los aeropuertos y de los centros de compras. Y no se trata solamente de un éxito norteamericano: las novelas ya han sido traducidas a muchos idiomas del mundo.
    Teología básica
    La teología básica de la serie es la siguiente: primero, un arrebatamiento secreto produce la desaparición instantánea de todos los verdaderos cristianos, que son repentinamente trasladados de la tierra al cielo. A esto le sigue un período de siete años de tribulación que sobreviene a todos los que fueron dejados en la tierra. Un hombre interiormente malvado, que por fuera parece Don Buen Tipo, aunque es en realidad el pecado en persona, o sea el Anticristo, se encumbra rápidamente e introduce orden en el caos. A medida que se desarrolla la saga, un grupo de nuevos cristianos que aceptan a Jesús después del arrebatamiento intuyen la realidad que hay detrás del disfraz del Anticristo y se transforman en el “Comando Tribulación” contra el Hombre del Infierno. El siniestro Anticristo, llamado Nicolás Carpatia en las novelas y películas, apunta entonces sus armas contra los judíos, todavía considerados como el pueblo elegido de Dios. Al fin de la tribulación, como clímax del drama, Jesucristo regresa en forma visible para vencer a Carpatia y a su red mundial de partidarios, para salvar al Comando Tribulación y liberar a los judíos.
    Aunque es claro que Dejados atrás es ficción, sus ideas centrales son aceptadas actualmente por muchos cristianos en todo el mundo, ya que han estado expuestos a ellas a través de los medios de difusión, en revistas, libros, seminarios, y por Internet. Estas ideas centrales pueden resumirse así:
    1.   Un arrebatamiento o “rapto”   secreto, que traslada la iglesia de Dios de la tierra al cielo.
    2.   Siete años de tribulación para todos los que fueron dejados atrás por el arrebatamiento.
    3.   El encumbramiento del Anticristo, que se apodera del mundo.
    4.   Una batalla final entre el Anticristo y los judíos, liberados en Armagedón.
    ¿Son bíblicas estas doctrinas?
    El arrebatamiento secreto
    El arrebatamiento secreto es la piedra fundamental de una escuela de pensamiento teológico llamada Futurismo Dispensacionalista. Su tesis fundamental es que todas las promesas sobre el futuro de Israel en el Antiguo Testamento siguen en pie, pero podrán cumplirse literalmente sólo después que la actual dispensación, la de la iglesia, llegue a su fin. Esta “edad de la iglesia”, que comenzó en Pentecostés, continuará hasta el arrebatamiento, cuando Cristo regrese secretamente a llevarse a su iglesia al cielo. Una vez producido éste, Dios podrá cumplir sus promesas a los judíos.
    Aunque los propulsores del arrebatamiento secreto usan varios pasajes para fundamentar sus opiniones, como Mateo 20:40, 41 por ejemplo, nos concentraremos en 1 Tesalonicenses 4:17 ya que se lo destaca frecuentemente en Dejados atrás. En este pasaje, el apóstol Pablo declara que cuando vuelva Jesucristo todos los creyentes vivos serán “arrebatados”. Según Dejados atrás y demás dispensacionalistas, “arrebatados”   aquí significa “desaparecer sin dejar rastros”. Se interpreta que este evento será por supuesto advertido, pero no comprendido, por la mayoría en el mundo. Supuestamente, Jesús regresará en forma silenciosa, secreta, invisible, inadvertida para el mundo, para arrancar a su iglesia de la tierra y llevarla al cielo. Después de que los cristianos desaparezcan, el mundo entrará en los siete años cataclísmicos de la tribulación.
    Pero aquí está el problema: el contexto inmediato de 1 Tesalonicenses 4:17 revela un regreso de Cristo que es ¡cualquier cosa menos secreto! En 4:16 Pablo dice claramente que Cristo “descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios”. Evidentemente esta descripción no denota sigilo ni silencio, sino plena vista y fuerte volumen. En 4:15 el descenso de Cristo es llamado la “venida del Señor”.   Aquí el término griego para “venida” es parusía, el mismo que se usa en Mateo 24:27 para describir el regreso universalmente visible de Jesucristo como el “relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente”. ¿Puede un relámpago ser secreto e invisible?
    Además, el contexto más amplio de 1 Tesalonicenses 4:17 no nos enseña que los que no son “arrebatados”   pasarán por un período de tribulación de siete años. En cambio, enseña que sufrirán “destrucción repentina y no escaparán”   (1 Tesalonicenses 5:3). Un estudio cuidadoso de 1 Tesalonicenses 4:15-5:3 demuestra que la segunda venida de Cristo no resultará en un arrebatamiento secreto que lleve a una tribulación de siete años, sino que la segunda venida será el regreso visible, audible y glorioso de Jesús. En su venida, los santos serán resucitados de entre los muertos y, junto con los santos vivientes, los redimidos de todas las edades habrán de “recibir al Señor en el aire”.
    La tribulación de siete años
    Los dispensacionalistas enseñan también una tribulación de siete años de duración tras el arrebatamiento secreto. Obtienen este período de siete años a partir de una interpretación especulativa de Daniel 9:27: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. Hay dos problemas con la interpretación dispensacionalista de esta profecía.
    Primero, separan la última de las setenta semanas de la profecía de Daniel 9:24-27 y la colocan a gran distancia de las otras en el futuro, cuando ocurra el arrebatamiento secreto y surja el Anticristo. Pero un estudio de Daniel 8 y 9 muestra claramente que las 70 semanas son un período ininterrumpido que se cumplió de la primera a la última semana en un único segmento de tiempo. La exégesis e interpretación bien fundadas de la profecía no permiten proyectar la 70 a semana a ningún período futuro.
    El segundo problema es todavía más grave. En armonía con el principio de día por año en las profecías (Ezequiel 4:6), “una semana”   significa siete años. Durante este período, dice el pasaje en Daniel, “confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. ¿A quién se refiere esto? Los dispensacionalistas refieren el sujeto del verbo “confirmará”   al Anticristo futuro, el Nicolás Carpatia de Dejados atrás, en un período de siete años que ha de comenzar con el arrebatamiento y seguir con la tribulación.
    Allí hay otro problema. Los intérpretes bíblicos del pasado han entendido constantemente que el sujeto aquí es Jesucristo, y que el pacto confirmado con muchos es el nuevo pacto ratificado con la muerte de nuestro Salvador hace dos mil años (Mateo 26:28), y no un tratado que será convenido entre el Anticristo y los judíos después del arrebatamiento.
    Miremos de nuevo: Daniel 9:27 no se puede referir a ningún convenio o tratado de paz, sino al nuevo pacto que establecerá el Mesías. En la Biblia, el Anticristo nunca aparece confirmando pactos. Ese es el papel exclusivo del Mesías. Además, 9:27 dice: “a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. La “mitad de la semana”   implica a tres años y medio de su inicio, que es la duración exacta del ministerio de Cristo. Después de tres años y medio, con su muerte en la cruz, Cristo, efectivamente, hizo cesar el sacrificio, por lo que su muerte cumple exactamente Daniel 9:27.
    Entender a Cristo como el sujeto de los verbos en 9:27, como aquel que confirmó el nuevo pacto e hizo cesar los sacrificios del judaísmo, es la única posición coherente en la interpretación y escatología bíblicas.
    El surgimiento del Anticristo
    Los dispensacionalistas enseñan también que el Anticristo es una única persona que aparecerá tras el arrebatamiento. Pero miremos lo que dice la Biblia. Anticristo es un término que aparece sólo cinco veces en la Biblia (1 Juan 2:18, 22; 4:3; 2 Juan 7). Todos estos pasajes indican que no hay un único hombre llamado Anticristo, sino “muchos anticristos” (1 Juan 2:18).   Juan dice también: “salieron de nosotros”   (2:19), es decir, surgieron de la iglesia y no del mundo externo, y el apóstol indica que ya estaban actuando en su tiempo (2:18). Así, en términos generales, el Anticristo representa las fuerzas que asumen el nombre de “cristianas”   pero enseñan y practican doctrinas antibíblicas y contradictorias con la posición y papel de Cristo, y que no vacilan en perseguir a los que permanecen fieles y leales a Cristo y sus enseñanzas.
    La profecía bíblica predice también el surgimiento de un misterioso “cuerno pequeño”   (Daniel 7:8), identificado por Pablo como el “hombre de pecado”   (2 Tesalonicenses 2:3) y por Juan como “la bestia”   (Apocalipsis 13:1). La mayoría de los estudiosos aplica estas frases a una única entidad. Además, Daniel 7:23 define a esta bestia como un reino, no un único hombre. El “cuerno pequeño” de Daniel habría de hacer guerra a los santos y vencerlos durante la historia del cristianismo (Daniel 7:21). Si bien no es posible dar en este breve artículo plena prueba de que nuestros antepasados protestantes estaban en lo correcto al interpretar esta profecía, es un hecho de que por más de 400 años la mayoría de los estudiosos bautistas, metodistas, presbiterianos, luteranos y menonitas aplicaron las profecías bíblicas sobre el Anticristo, no a algún futuro Don Pecado que aparezca tras el arrebatamiento de los creyentes, sino a esa organización perseguidora de santos que fue la iglesia medieval. Lutero “probó, por las revelaciones de Daniel y San Juan, por las epístolas de San Pablo, San Pedro y San Judas, que el reino del Anticristo, predicho y descripto en la Biblia, era el Papado” (Merle D’Aubigné, History of the Reformation of the Sixteenth Century, 1846, II:12, p. 215).
    Batalla final entre el Anticristo y los judíos
    El futurismo dispensacionalista entiende que los protagonistas terrenales primarios del Armagedón son el Anticristo y la nación de Israel, no la iglesia. De hecho, es absolutamente esencial distinguir entre Israel y la iglesia de Dios para armar el escenario arrebatamiento-Anticristo-Israel. Si podemos probar en base al Nuevo Testamento que en la era cristiana el Israel de Dios es lo mismo que la iglesia de Dios, entonces podremos también demostrar cuán equivocado y antibíblico es el dispensacionalismo.
    Primero que nada, el Nuevo Testamento habla de la realidad de dos “Israeles” , un “Israel según la carne”   (1 Corintios 10:18) y el “Israel de Dios”   centrado en Jesucristo (Gálatas 6:14-16). Pablo dice: “No todos los que descienden de Israel son israelitas”   (Romanos 9:6). Lo que quiere decir es que no todos los que pertenecen a la nación de Israel son parte del Israel de Dios en la era posterior a la cruz. En otras palabras, una persona puede ser judía, descendiente literal de Abrahán, pero por su incredulidad y carnalidad no forma parte del Israel de Dios. Los que forman parte del Israel de Dios lo conocen a él mediante su fe personal en Cristo (Gálatas 3:7, 14; 6:14-16).
    En el Antiguo Testamento, Israel es designado claramente “la simiente (o descendencia) de Abrahán” (Isaías 41:8). En el Nuevo Testamento, Pablo les dijo a sus conversos gentiles: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abrahán sois, y herederos según la promesa”   (Gálatas 3:29). Por lo tanto, los creyentes gentiles se han vuelto parte del Israel de Dios. Efesios 2 es muy claro: la cruz de Jesucristo derribó el muro de separación entre los creyentes judíos y gentiles, y los ha unido misteriosamente en un “nuevo hombre”, un solo cuerpo (2:14-17). Por tanto, toda la posición dispensacionalista que separa al verdadero Israel de Dios de la iglesia se opone a la misión de la cruz de Cristo.
    Además, Apocalipsis 16:12-16, que es donde aparece el Armagedón, no habla de una batalla entre el Anticristo y los judíos, ni dice el pasaje que Cristo haya de volver secretamente antes de esta batalla a fin de arrebatar a sus santos. En cambio, el pasaje la describe como “la batalla del gran día de Dios Todopoderoso”, que enfrenta los espíritus de demonios (incluyendo el Anticristo) y las fuerzas del bien. La victoria de Dios en esta batalla queda asegurada con la promesa: “He aquí, vengo como ladrón”, referida a la segunda venida de Cristo (Apocalipsis 16:15; cf 1 Tesalonicenses 5:2).
    El mensaje de la Biblia es claro. El camino de la salvación está abierto para todos, incluyendo a los judíos. Pero en la segunda venida, tanto los santos resucitados como los todavía vivos recibirán “al Señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:17) en la demostración pública más gloriosa que se haya visto de triunfo sobre el pecado y la muerte, sobre Satanás y sus agentes malignos. Después de la segunda venida no hay más oportunidad de salvación.
    La saga Dejados atrás podrá ser muy popular y sus ideas podrán difundirse por todo el mundo, sin embargo, la enseñanza bíblica está sólidamente en contra de cada una de las cuatro ideas centrales sobre las que se construyen los fenómenos de esta obra. Dejados atrás ha dejado ciertamente atrás la verdad bíblica y se sostiene sólo en la especulación humana y la fantasía teológica.
    Steve Wohlberg es el director y orador del programa televisivo en inglés, Enfoques de los Tiempos Finales y autor de Truth Left Behind yExploding the Israel Deception, que se pueden obtener de la página web: http://www.endtimeinsights.com. También se puede contactar al pastor Wohlberg en la dirección e-mail: steve@endtimeinsights.com 

    Apuntes de Clase: Pensamientos Sobre Salmos 51.10-12

    Por: Héctor A. Delgado
    Análisis del significado e importancia de Salmos 51.10-12.
    El Salmo 51 ha sido llamado “el gran Salmo” de la confesión de David, después de su pecado relacionado con Urías y su esposa, “en la angustia del remordimiento y la repugnancia de sí mismo”, como nos dice una reconocida escritora. Los textos referidos dicen: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”.
    Estos versos constituyen una mina de información teológica de donde podemos extraer ideas valiosas para nuestra vida espiritual; sobre todo en medio de las circunstancias donde hemos pecado contra nuestro Dios. Después de haber experimentado el amargo sabor de la culpa en todo su rigor, David fue movido a un genuino arrepentimiento delante de Dios.
    David está consciente de que la única manera en la que puede ser guardado de volver a pecar contra Dios (a quién reconoce el único ofendido, algo parcialmente cierto pero de valor en este contexto) es recibir un corazón “limpio”, nuevo. Un corazón que lata en armonía con el “corazón” de Dios y que esté dispuesto a ser llevado por los caminos de la justicia. “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno” (Sal. 139: 23-24). Cabe destacar que el pedido que David de hace a Dios de que limpie su corazón cobra mayor sentido cuando recordamos que el “corazón” en la mentalidad hebrea representa el asiento de las emociones y el intelecto. De manera que David quiere pensamientos puros, pero eso sólo puede venir si su mente resulta limpiada y purificada primero.
    El perdón de nuestros pecados así como la limpieza de nuestro “corazón” exige la operación del poder creador de Dios. Ese poder obrando en nosotros es el que nos “limpia de toda maldad” y “renueva [o crear] un espíritu recto dentro de” nosotros. Este es el anhelo de todo verdadero creyente aun cuando sabe que ha pecado.
    El paralelismo sinónimo del verso 10 revela una verdad interesante. El deseo de David de recibir un espíritu recto dentro de él constituye el equivalente del deseo de que Dios pueda crear (heb. bara) en él un “corazón limpio”. Crear y renovar aquí son palabras sinónimas.
    Saber que hemos pecado ofendiendo a Dios y que ese pecado nos separa de la dulce comunión con Dios, y más aún que involucra la posibilidad que nos deshabilite permanentemente, nos ayuda a comprender la razón del siguiente pedido de David: “No me eches de delante de ti […]”. Ser echado de la presencia de Dios es perder toda esperanza de comunión con Él. Este pensamiento del salmista evoca la desgracia de Caín después de haber matado a su hermano Abel: “Hoy me echas de esta tierra, y de tu presencia me esconderé. Andaré errante y fugitivo en la tierra” (Gén. 4: 14, NRV 2000). David no podía soportar el pensamiento de ser echado de la presencia de Dios. No quería sufrir la desdichada suerte del rebelde Caín.
    Siendo que “la comunión íntima de Jehová es con sus santos”, el pecador no puede tener dicho honor, pero el hombre que ha conocido a Dios y su maravillosa bondad, aunque ha pecado, no quiere perder la bendición de la dulce comunión con el Altísimo. Pero la única manera en que el pecador puede tener íntima comunión con el Santo es si recibe un corazón limpio y un espíritu recto dentro de él. El pecador de ser hecho partícipe de la santidad divina.  Y es que la felicidad plena solo es posible en la presencia de Dios (cf. Sal. 13: 1; 16: 1; 30: 7).
    Otra cosa que David pide en estrecha relación con la anterior es: “y no quites de mí tu santo Espíritu”. David sabe lo que ocurre si Dios retira su Espíritu del hombre o del mundo. De lo primero, significa la vuelta a la inexistencia, pero sin esperanza de volver de ella: “Les retira el aliento [espíritu, cf. Ecl. 12: 7], dejan de existir, y vuelven al polvo” (Sal. 146: 29). De lo segundo, cuando Dios retira su Espíritu Santo del mundo, la historia del Diluvio nos ilustra lo que ocurre (cf. gen. 6: 3). De manera que David sabe lo que está pidiendo a Dios. No sólo pide ser librado de perecer por causa de su pecado, sino ser saturado de un nuevo principio de vida.
    Finalmente David hace dos pedidos más al Señor que son vitales si él ha de tener la seguridad de perdón y de una vida libre de pecado y rebelión. “Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente”. Lo primero es vital para experimentar la dicha del perdón y la seguridad de la salvación. Con un corazón saturado de inseguridad y sentido de culpa no puede haber “gozo de la salvación”. Y esto viene a ser un resultado de la morada del Espíritu Santo en nosotros. Lo segundo, el sustento del Espíritu (que es la vida misma del alma), es la clave para permanecer en una vida pura delante de Dios.
    Cabe decir, a manera de conclusión, que David hace patente en esta última declaración que la seguridad de la salvación no viene de parte de Dios en forma arbitraria. No está basada en  la sola elección divina, sino en la cooperación del agente humano que responde libre, voluntaria e inteligentemente al llamado divino. La seguridad de la salvación (y su fruto: el gozo de la salvación) sólo es posible cuando nuestra vida está en plena armonía con las demandas de Señorío divino sobre nosotros. Me parece que el siguiente texto contiene el mismo enunciado: “Así, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Cor. 10: 12). Necesitamos perdón de nuestros pecados, pero también purificación de los mismos acompañado de un nuevo corazón, pero mucho más, necesitamos ser librados del poder del pecado por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotros. Sólo así puede la experiencia de David expresada en estos versos del salmo 51, llegar a ser una experiencia real en nuestras vidas.
    A manera de reflexión dejo estos versos según lo traduce la Nueva Biblia de Jerusalén:
    “Devuélveme el son del gozo y la alegría, se alegren los huesos que tú machacaste. Aparta tu vista de mis yerros y borra todas mis culpas. Crea en mi, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu constante”.
    Si la gloria de Dios no abatiera nuestro orgullo y pecaminosidad en el polvo, haciendo por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos, nos perdería para siempre. Pero gracias a Él que aunque nos hace sentir perdidos, finalmente logra salvarnos.

    ¿Cuántas vidas has tocado?


    Soy director de ventas en una compañía de distribución grande y, diariamente, comparto un pensamiento o cita con mi personal. Hoy les compartí la historia de Frank, el joven de Taco Bell para reiterar la importancia de “lanzar” sólo lo positivo a nuestros clientes y compañeros de trabajo para asegurarnos que lo positivo “regrese a nosotros”.
    Hoy iba tarde para almorzar y, como suele pasar, me detuve a comprar comida chatarra, pero no en cualquier lugar. Necesito una dosis de Frank… posiblemente el mejor empleado de ventanilla de comida rápida con que jamás me he tropezado.
    Frank siempre saluda a los clientes con una exhuberancia indescriptible. Es supremamente conocedor de sus productos, y eficiente en mostrarles sus opciones. Él dispensa alegría con su comida rápida con especial carisma.
    En un reciente seminario de atención al cliente, me pidieron que compartiese mi mejor experiencia de servicio al cliente y compartí mi secreto con todos. Cuando necesito un empujón en mi día, voy a este particular restaurante de comida rápida por una dosis del entusiasmo de Frank. Me sorprendí al escuchar que muchos en el salón también habían conocido a Frank y que sentían lo mismo que yo. ¿Sabrá Frank a cuántas vidas ha tocado? Probablemente no. Nunca se lo he dicho personalmente, por temor de hacer esperar al auto que espera, ansioso, detrás de mí en la línea.
    En cada interacción que uno tiene con alguien, uno tiene la oportunidad de saludarlo con entusiasmo y exhuberancia, lo que generalmente nos será reciprocado. Nunca sabremos cuántas vidas hemos tocado, porque la mayoría de las personas no compartirán esa información con nosotros, pero la próxima vez que vayamos la milla extra para complacer a alguien, ya sea a través de un saludo entusiasta por teléfono o al mantener abierta la puerta para alguien, sepamos que son las cosas pequeñas las que hacen la mayor diferencia en la vida de la gente.
    Si evitamos el contacto con otros, ellos harán lo mismo. Si buscamos contacto con otros, y agregamos a ese contacto un gozo en la interacción, tendremos la oportunidad de alegrar su día… como Frank lo ha hecho en mi caso en tantas ocasiones.
    Una vez compartí mi anécdota con Frank, a la gerencia de Taco Bell, y me hicieron saber cuán afortunados se sentían de tener a Frank en su equipo.
    Descubrimos también que Frank había dado charlas a organizaciones locales sobre atención al cliente, por lo que le pedimos que visitara nuestra compañía para compartir su sabiduría. Descubrimos que, Frank, es el Gerente General del Taco Bell local, y desde que le enviaron a esa sucursal unos años antes, las ventas se han duplicado (lo que no nos sorprendió). Él trabaja el auto-rápido cada día.
    ¡Qué gran ejemplo para sus empleados el que se remangue la camisa y trabaje junto a ellos! Su charla a nuestro grupo fue tan inspiradora que todos salimos con una nueva perspectiva de la atención al cliente y con hambre por tacos.

    Jesús nos dió ejemplo, vino a tierra para enseñarnos cómo operar. La mejor lección que se comparte en la vida es el ejemplo. Vivamos de tal manera que otros vean ejemplo en nosotros hoy.
    Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. Juan 13:15
    Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. 1 Corintios 4:6
    Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Fil 3:17

    lunes, 16 de mayo de 2011

    INGRATITUD HASTA CUANDO




    Que Harias??? 
    ¡Error! Nombre de archivo no especificado.
     Es la tarde de un  viernes típico y estás
    Manejando hacia tu casa....................
    Sintonizas la radio. El noticiero cuenta una historia de poca importancia:
    En un pueblo lejano han muerto 3 personas de alguna enfermedad que nunca antes se había visto. 
    No le pones mucha atención a ese acontecimiento... 

    El lunes cuando despiertas, escuchas que ya no son 3, sino 30,000 personas
     las que han muerto en las colinas remotas de la India.

    Gente del control de enfermedades de varios países, han ido a investigar. 

    El martes ya es la noticia más importante en la primera plana del periódico, porque ya no sólo es la India, sino Pakistán, Irán y Afganistán y pronto la noticia sale en todos los noticieros. Le están llamando

    'Influenza Misteriosa' y todos se preguntan: ¿Como vamos  a controlarla?

    Entonces una noticia sorprende a todos:

    Europa cierra sus fronteras, no habrá vuelos a Francia desde la India, ni de ningún otro país donde se haya visto la enfermedad.

    La información dice, que cuando tienes el virus, es por una semana y ni cuenta te das. Luego tienes 4 días de síntomas horribles y entonces mueres. 

    Inglaterra cierra también sus fronteras, pero es tarde, pasa un día más y el presidente de la ONU, cierra las fronteras de Europa y Asia, para evitar el contagio en los demás continentes, hasta que encuentren la cura... 

    Se oye la noticia:
    2 mujeres han muerto en Nueva York. En horas, parece que la enfermedad invade a todo el mundo. 

    Los científicos siguen trabajando para encontrar el antídoto, pero nada funciona. Y de repente, viene la noticia esperada: Se ha descifrado el código de ADN del virus. Se puede hacer el antídoto. 

    Va a requerirse la sangre de alguien que no haya sido infectado y de hecho en todo el país se corre la voz que todos vayan al hospital mas cercano para que se les practique un examen de sangre. 

    Vas de voluntario con tu familia, junto a unos vecinos, preguntándote ¿qué pasará? ¿Será este el fin del mundo?...

    De repente el doctor sale gritando un nombre que ha leído en el registro. El más pequeño de tus hijos está a tu lado, te agarra la chaqueta y dice: ¿Papi?, ¡ese es mi nombre!. Antes que puedas reaccionar se están llevando a tu hijo y gritas: ¡Esperen!... Y ellos contestan: todo está bien, su sangre esta limpia, su  sangre es pura. 

    Creemos que tiene el tipo de sangre correcta.

    Después de 5 largos minutos los médicos salen llorando y riendo. Es la primera vez que haz visto a alguien reir en una semana. El doctor de mayor edad se te acerca y dice: Gracias, señor, la sangre de su hijo es perfecta, está limpia y pura, se puede hacer el antídoto contra esta enfermedad... 

    La noticia corre por todas partes, la gente está orando y llorando de felicidad.

    En eso el doctor se acerca a ti y a tu esposa y dice: ¿Podemos hablar un momento? Es que no sabíamos que el donante sería un niño y necesitamos que firmen este formato para darnos el permiso de usar su sangre. Cuando estás leyendo el documento te das cuenta que no ponen la cantidad que necesitarán y preguntas: ¿Cuánta sangre?... 

    La sonrisa del doctor desaparece y contesta: No pensábamos que sería un niño. No estábamos preparados. La necesitamos toda...

    No lo puedes creer y tratas de contestar: 

    'Pero, pero...'. El doctor te sigue insistiendo, 'usted no entiende, estamos hablando de la cura para todo el mundo. Por favor firme, la necesitamos...toda. Tú preguntas: ¿pero no pueden darle una transfusión? Y viene la respuesta: si tuviéramos sangre limpia podríamos... 

    ¿Firmará?, por favor...¡¡Firme!!....

    En silencio y sin poder sentir los mismos dedos que sostienen el bolígrafo en la mano, firmas. Te preguntan: ¿Quiere ver a su hijo? 

    Caminas hacia esa sala de emergencia donde está tu hijo sentado en la cama diciendo: ¡Papi, Mami!, ¿qué pasa? Tomas su mano y le dices: Hijo, tu mami y yo te amamos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no fuera necesario, ¿comprendes eso? Y cuando el doctor regresa y te dice: Lo siento necesitamos comenzar, gente en todo el mundo está muriendo... 

    ¿Te puedes ir? ¿Puedes darle la espalda a tu hijo y dejarlo allí?... Mientras él te dice ¿Papi?,¿Mami? porqué me abandonan...

    A la siguiente semana, cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se quedan dormidas en casa, otras no vienen porque prefieren ir de paseo o ver un partido de fútbol y otras viene a la ceremonia, con una sonrisa falsa fingiendo que les importa. 

    Quisieras pararte y gritar: ¡¡¡Mi hijo murió por ustedes!!! ¿Acaso no les importa?...

    Tal vez eso es lo que Dios nos quiere decir: 'Mi hijo murió por ustedes, ¿todavía no saben cuánto los amo? 

    Es curioso lo simple que es para las personas desechar a Dios y después preguntarse porqué el mundo va de mal en peor.

    Es curioso ver cómo creemos todo lo que leemos en el periódico, pero cuestionamos lo que dice la Biblia. 

    Es curioso cómo nos esforzamos día tras día atesorando bienes terrenales y no dedicamos unos cuantos minutos a atesorar los bienes celestiales.

    Es curioso cómo alguien dice: 'Yo creo en Dios', pero con sus acciones demuetra que sigue a otros. 

    Es curioso cómo enviamos millares de 'bromas' a traves de un correo electrónico..., mismas que se esparcen como un fuego voraz, pero cuando envías mensajes que tienen que ver con Dios, la gente lo piensa antes de compartirlos con otros. 

    Es curioso cómo la lujuria, cruda, vulgar y obscena pasa libremente a través del ciberespacio, pero la discución pública de Jesús es suprimida en las escuelas y en los lugares de trabajo. 

    ¿ES CURIOSO, VERDAD?

    Es curioso cómo nos preocupamos más de lo que la gente piense, que de lo que Dios piense de nosotros.

    El Canon de la Biblia: ¿Cómo se Formó?

    Por: David Marshall
    De todos los libros conocidos en la historia humana, ninguno es tan singular en su origen, tan maravilloso en sus afirmaciones, tan dinámico en sus promesas, o tan abarcante en su mensaje como lo es la Biblia. No es un libro común. Es más, no es un libro solo, sino una biblioteca con 39 libros en el Antiguo Testamento y 27 en el Nuevo. Su composición llevó siglos, y su autoridad viene durando más todavía. El primero de los 40 autores bíblicos (Moisés) está separado del último (Juan) por unos 1.600 años. Los autores proceden de diversas profesiones y recibieron educación en todos los niveles concebibles, desde el más alto hasta el más bajo. Difirieron en su condición y ocupación: Algunos fueron ganaderos, pastores, soldados y pescadores; otros fueron reyes, legisladores, estadistas, cortesanos, sacerdotes, poetas y médicos.
    Era inevitable que sus estilos literarios reflejasen las diferencias entre ellos. Algunos redactaron leyes; otros, poesía religiosa, y otros más, historia. Algunos emplearon prosa lírica; otros poesía lírica; unos escribían parábolas y alegorías, y otros biografías o diarios y memorias personales. Algunos escribieron profecía, y otros simplemente correspondencia personal.
    Con toda esta diversidad, ¿cómo fue que los 66 libros llegaron a ser considerados lo suficientemente especiales o divinamente inspirados para ser incluidos en lo que hoy llamamos el “Canon” de la Biblia?
    Lo primero que tenemos que entender aquí es que ningún individuo ni grupo de individuos compiló la Biblia. La Biblia fue creciendo. Este principio se aplica tanto al Antiguo como al Nuevo Testamentos. El principio unificador que hace de la Biblia algo santo, diferente y orgánicamente viviente es Cristo mismo, quien trae salvación. Al contemplar el proceso por el cual se escribieron estos libros y llegaron a ser aceptados como inspirados, notamos que Aquel que es este principio unificador, estaba obrando también.
    El canon del Antiguo Testamento
    “Pocos son los que se dan cuenta”, escribió George Smith, “que la Iglesia de Cristo posee una garantía superior para el canon del Antiguo Testamento que para el Nuevo”.1 Esta garantía superior consiste en la relación que Jesucristo estableció entre él mismo y los libros del Antiguo Testamento. Con frecuencia los citó como fuente de su autoridad. Tras la resurrección, les dijo a sus discípulos que la cruz y todo lo que le había ocurrido no era más que el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. De hecho, hay profecías mesiánicas intercaladas en todo el Antiguo Testamento. Obviamente, el Nuevo Testamento no recibió el mismo peso de la autoridad de Jesucristo porque todavía no había sido escrito.
    La autoridad del Antiguo Testamento fue aceptada por el pueblo al que estaba destinado —Israel— mucho antes de la llegada del Mesías. Bastará un ejemplo. En el curso de una limpieza del templo durante el reinado de Josías, se encontró “el libro de la ley” por mucho tiempo descuidado. El libro fue presentado al rey, quien lo leyó. Se dio cuenta de que se había extraviado debido a la indiferencia de sus predecesores. En épocas anteriores se lo mantenía en el tabernáculo, después en el templo, y los sacerdotes lo leían frecuentemente. El rey solía toner un segundo ejemplar. La recuperación del libro de la ley fue considerada por Josías y los cronistas posteriores como un evento de gran importancia. El rey leyó en alta voz al pueblo algunos pasajes tomados de Levítico 26 y Deuteronomio 28 y 29. De esto se deduce que el “libro de la ley” representaba los primeros cinco libros de la Biblia o al menos parte de ellos. El redescubrimiento de este libro fue el motivador de la reforma que ocurrió durante su reinado.
    Durante los 70 años del exilio babilónico, las palabras de los profetas fueron muy apreciadas. Judá como nación dejó de existir, incluyendo su capital y su templo. Pero todavía existían el libro de la ley y los libros de los profetas.
    El Talmud judío afirma que Esdras, quien dirigía al pueblo al final del exilio en Babilonia, emprendió la recopilación y el cuidado del texto de la Ley y los Profetas. También sugiere que se convocó una “gran sinagoga” (asamblea) y que por algunos años toda la Ley, los Profetas y los Escritos fueron examinados y evaluados. Además de la obra de Esdras mismo, muchos estudiosos han sugerido que miembros de esta gran asamblea hicieron trabajo editorial.
    Los libros del Antiguo Testamento se dividen comúnmente en cuatro secciones: el Pentateuco (los libros de Moisés), los libros históricos (Josué a Ester), los cinco libros de poesía y ética (Job a Cantares) y los libros de los profetas (Isaías a Malaquías).
    El trabajo de conformar lo que llamamos el Antiguo Testamento había comenzado, gracias a Esdras y la Gran Sinagoga, ya por el 450 a.C. La mayoría de los estudiosos acepta hoy que, para tiempos de Cristo, el Antiguo Testamento existía en la forma delineada arriba.
    Tras la caída de Jerusalén en el año 70 d.C. hubo bastante discusión sobre el canon bíblico. Un rabino llamado Yochanan ben Zakkai obtuvo permiso de las autoridades romanas para abrir una academia rabínica en Jamnia en la que se discutió el contenido del canon inspirado. El debate se centró en cuatro libros que algunos consideraban marginales: Proverbios, Eclesiastés, Cantares y Ester. Después de tratar los pros y contras, los eruditos acordaron incluirlos con los demás libros en el canon. De hecho, “los libros que decidieron reconocer como canónicos ya eran generalmente aceptados, aunque se habían levantado preguntas sobre ellos. Los que rehusaron aceptar nunca habían sido incluidos. Nunca expurgaron del canon ningún libro previamente aceptado”.2
    La academia rabínica de Jamnia no invistió los libros de lo que llamamos el Antiguo Testamento con autoridad por el hecho de incluirlos en alguna lista sagrada. Los incluyeron en la lista —o canon— porque ya estaban reconocidos como inspirados por Dios, autoritativos, y lo habían sido, en la mayoría de los casos, ya por siglos.
    Un contemporáneo de Jesucristo, Filón de Alejandría, aceptó el canon del Antiguo Testamento en la forma reconocida hoy. Lo mismo ocurre con Flavio Josefo, autor del siglo primero. La lista más antigua de libros del Antiguo Testamento fue redactada por Melitón, obispo de Sardis, por el 170 d.C., y está preservada en el cuarto volumen de la Historia eclesiástica de Eusebio de Cesarea.3
    El canon del Nuevo Testamento
    El Nuevo Testamento tiene tres categorías de libros: los narrativos (los cuatro evangelios y Hechos), las epístolas y un libro apocalíptico, el Apocalipsis de San Juan.
    Aunque llevó sólo unos 50 años escribir los libros del Nuevo Testamento, darle la forma que tiene actualmente llevó mucho más. No encontramos antes del 367 una enumeración de libros exactamente con la forma actual. Esta lista aparece en una carta pascual de un obispo cristiano, Atanasio.
    Durante los dos siglos y medio transcurridos entre la finalización del último libro del Nuevo Testamento y la lista de Atanasio hubo mucha discusión sobre qué libros debieran ser o no incluidos en el canon. El Antiguo Testamento era la Sagrada Escritura de los primeros cristianos. Gradualmente algunos escritos cristianos fueron colocados a la par del Antiguo Testamento, “no por algún decreto de un concilio sino por el consenso de los creyentes; la intuición espiritual de la Iglesia vino a decidir paulatinamente cuáles de sus escritos debieran ser considerados ‘canónicos’”.4
    ¿Qué produjo “el consenso de los creyentes”? ¿Qué informó la “intuición espiritual de la iglesia”? Los libros descartados del canon del Antiguo Testamento llegaron a ser llamados “apócrifos”. Otro grupo de libros mal adjudicados —los pseudoepigráficos— también fue descartado. Los apócrifos contienen historia y dichos sapienciales. Los pseudoepigráficos contienen mucho de magia y poca historia. Al examinar los libros descartados del Nuevo Testamento —los apócrifos— nuevamente detectamos la acción de una influencia guiadora sobrenatural.
    Los libros incluidos fueron aquellos reconocidos como inspirados por Dios y capaces de ayudar espiritualmente a los seres humanos y dar a conocer a Cristo. Se los reconoció como escritos por hombres cercanos a Jesús e implicados en la gran aventura del primer siglo que llevó el evangelio a los límites del mundo entonces conocido.
    Un contemporáneo griego de Atanasio habló del “eco de una gran alma” que él declaraba percibir en los libros canónicos del Nuevo Testamento. William Barclay, el renombrado estudioso del Nuevo Testamento, dice: “El timbre de sublimidad se percibe en los libros del Nuevo Testamento. Llevan la grandeza impresa en sus rostros. Son autoevidentes”.
    Cuando el traductor bíblico J. B. Phillips comparó los libros del Nuevo Testamento “con los escritos que fueron excluidos del Nuevo Testamento por los antiguos Padres” no pudo menos que “admirar su sabiduría”. Afirmó: “Probablemente la mayor parte de la gente no ha tenido la oportunidad de leer los ‘evangelios’ y las ‘epístolas’ apócrifos, como lo han hecho los estudiosos. Sólo puedo decir que en tales escritos respiramos una atmósfera de magia y fantasía, de mito y fábula. En toda la tarea de traducir el Nuevo Testamento, no importa cuán grande fuera el desafío, nunca llegué a sentir que se me arrastraba a un mundo hechizado, embrujado y sometido a poderes mágicos tales como abundan en los libros rechazados del Nuevo Testamento. Fue ese sentimiento de fe y confianza lo que me llevó a la convicción, difícil de expresar con palabras, que estamos frente a lo genuino y auténtico”.5
    El argumento de la “autoevidencia” se hace más convincente al leer uno mismo los libros que casi entraron en el Nuevo Testamento, pero no lo lograron; libros cuyos autores quisieron que fuesen aceptados y no lo fueron. En el siglo II se escribió una serie de libros llamados “evangelios de la infancia”. Los cuatro evangelios canónicos no nos dan detalles de la primeras tres décadas de la vida de Jesús hasta el comienzo de su ministerio público. Estos “evangelios de la infancia” se propusieron llenar ese vacío.
    El llamado “evangelio de Tomás” supuestamente contiene un registro de la infancia de Jesús. El niño Jesús, mientras juega, aparece creando del barro pajaritos con vida, y haciendo caer muerto a un chico que “vino corriendo y se estrelló contra su hombro”. A Jesús, como aprendiz de carpintero, se lo presenta estirando las vigas de madera que no alcanzaban la medida como si fueran de goma, y ejerciendo toda una serie de poderes mágicos totalmente inútiles.
    Nadie puede confundir una cosa así con la verdadera Biblia. De hecho, la Escritura es autoevidente. Cuando se comparan los evangelios con estos libros, se hace claro por qué algunos libros quedaron adentro y otros fuera, sin apelación. La línea es claramente definida y no cabe discusión.
    Se tuvo mucho cuidado en asegurar que los autores de los libros canónicos hubieran conocido a Jesús personalmente. La señal distintiva de estos hombres era su preocupación de demostrar que el Jesús que verdaderamente hizo estas cosas en el pasado era el mismo Cristo viviente que sigue haciéndolas.
    En el libro de Hechos de los Apóstoles, cada uno de los sermones termina destacando la realidad de la resurrección. Para el Nuevo Testamento Jesús sobre todo es el Cristo viviente. Por cuanto los evangelistas estaban hablando de este Jesús viviente, dieron una cantidad desproporcionada de espacio a la última semana antes de la crucifixión y resurrección. El interés central de los discípulos, de la cristiandad y su teología, es la muerte y resurrección de Jesús. Los libros que no hicieron de esto su interés central simplemente fueron dejados de lado o deliberadamente excluidos.
    “Bien podemos creer”, dice el profesor F. F. Bruce, “que aquellos antiguos cristianos actuaron con una sabiduría mayor que la suya propia en este asunto, no sólo por lo que aceptaron, sino por lo que rechazaron”. “Lo que es de destacar especialmente es que el canon del Nuevo Testamento no fue delimitado por el decreto arbitrario de ningún concilio. Cuando por último el concilio eclesiástico —el sínodo de Hipona en el 393— elaboró una lista con los 27 libros del Nuevo Testamento no les confirió con ello ninguna autoridad que no poseyesen hasta entonces, sino simplemente registró su canonicidad establecida previamente”.6
    En resumen, el proceso por el cual los libros del Nuevo Testamento llegaron a ser aceptados como inspirados por Dios fue, esencialmente, el mismo que llevó a la aceptación de los del Antiguo. Estos dos libros, la Biblia de los apóstoles y la Biblia que escribieron los apóstoles, unidos llegaron a abarcar lo que los cristianos aceptan como la Palabra escrita de Dios, el principio unificador de la cual es Cristo mismo, quien trae salvación. De ese modo la Biblia, la Palabra inspirada, tiene su origen, autoridad y genuinidad enraizada en Cristo, la Palabra (Verbo) encarnada.
    David Marshall (Ph.D., University of Hull) fue profesor por varios años antes de convertirse en escritor y redactor de revistas. Ha publicado 20 libros sobre temas históricos, bíblicos y de viajes. Es en la actualidad redactor jefe de Stanborough Press. Su dirección: Alma Park; Grantham, Lincs. NG31 9SL; Inglaterra. Este artículo fue adaptado de su libro The Battle for the Bible (Autumn House, 2004).
    REFERENCIAS
    1. G. A. Smith, Modern Criticism and the Preaching of the Old Testament (London: Hodder and Stoughton, 1901), p. 5.
    2. F. F. Bruce, The Books and the Parchments (Westwood, N.J.: Revell, 1963), p. 89.
    3. Ibid., pp. 89-92.
    4. G. W. H. Lampe, ed., The Cambridge History of the Bible(Cambridge University Press, 1963-1969), vol. 2, p. 42.
    5. J. B. Phillips, Ring of Truth: A Translator’s Testimony (New York: Macmillan, 1967), p. 95.
    6. Bruce, pp. 103, 104.
    Los que desean hacer un estudio más detallado sobre este tema, recomendamos los siguientes artículos: 1) El Canon del Antiguo Testamento (I y II) y 2) El Canon del Nuevo Testamento (I y II).

    ¿Es Bíblica la Teología de Dejados Atrás?

    Por: Steve Wohlberg
    Nada ha cautivado tanto la imaginación de los cristianos en tiempos recientes como el libro Dejados atrás. Es una novela de gran venta, una exitosa serie de aventuras, y el motivo principal en una secuencia de películas cifradas en millones de dólares. Dejados atrás afirma estar basada en las profecías bíblicas para el tiempo del fin: el regreso secreto de Jesús, la desaparición instantánea de los cristianos, y un malvado Anticristo que se apodera del mundo.
    Dejados atrás tuvo su debut en 1995. Escrito en cooperación entre Tim LaHaye y Jerry B. Jenkins, el libro fue un éxito de ventas tan instantáneo que sus autores y la casa publicadora, Tyndale Publishing, decidieron transformarlo en una serie de 12 entregas. La mayoría de los 11 volúmenes publicados hasta la fecha han figurado en las listas de libros más vendidos del New York Times, del Wall Street Journal y de US Today. La cadena de librerías Barnes & Noble los ovacionó como “la serie de mayor venta de todos los tiempos” .
    En febrero del 2001, Dejados atrás: La Película, en su versión inglesa, llegó a los cines de todos los Estados Unidos. Una segunda película, La Fuerza de la Tribulación, basada en el segundo volumen de la serie del mismo título, fue puesta en circulación en el 2002. Con un volumen todavía por delante, y con al menos una película más en ciernes, el fervor por Dejados atrás continúa en aumento en el mundo entero. No es extraño encontrarse con la serie completa de Dejados atrás en los exhibidores de las librerías de los aeropuertos y de los centros de compras. Y no se trata solamente de un éxito norteamericano: las novelas ya han sido traducidas a muchos idiomas del mundo.
    Teología básica
    La teología básica de la serie es la siguiente: primero, un arrebatamiento secreto produce la desaparición instantánea de todos los verdaderos cristianos, que son repentinamente trasladados de la tierra al cielo. A esto le sigue un período de siete años de tribulación que sobreviene a todos los que fueron dejados en la tierra. Un hombre interiormente malvado, que por fuera parece Don Buen Tipo, aunque es en realidad el pecado en persona, o sea el Anticristo, se encumbra rápidamente e introduce orden en el caos. A medida que se desarrolla la saga, un grupo de nuevos cristianos que aceptan a Jesús después del arrebatamiento intuyen la realidad que hay detrás del disfraz del Anticristo y se transforman en el “Comando Tribulación” contra el Hombre del Infierno. El siniestro Anticristo, llamado Nicolás Carpatia en las novelas y películas, apunta entonces sus armas contra los judíos, todavía considerados como el pueblo elegido de Dios. Al fin de la tribulación, como clímax del drama, Jesucristo regresa en forma visible para vencer a Carpatia y a su red mundial de partidarios, para salvar al Comando Tribulación y liberar a los judíos.
    Aunque es claro que Dejados atrás es ficción, sus ideas centrales son aceptadas actualmente por muchos cristianos en todo el mundo, ya que han estado expuestos a ellas a través de los medios de difusión, en revistas, libros, seminarios, y por Internet. Estas ideas centrales pueden resumirse así:
    1.   Un arrebatamiento o “rapto”   secreto, que traslada la iglesia de Dios de la tierra al cielo.
    2.   Siete años de tribulación para todos los que fueron dejados atrás por el arrebatamiento.
    3.   El encumbramiento del Anticristo, que se apodera del mundo.
    4.   Una batalla final entre el Anticristo y los judíos, liberados en Armagedón.
    ¿Son bíblicas estas doctrinas?
    El arrebatamiento secreto
    El arrebatamiento secreto es la piedra fundamental de una escuela de pensamiento teológico llamada Futurismo Dispensacionalista. Su tesis fundamental es que todas las promesas sobre el futuro de Israel en el Antiguo Testamento siguen en pie, pero podrán cumplirse literalmente sólo después que la actual dispensación, la de la iglesia, llegue a su fin. Esta “edad de la iglesia”, que comenzó en Pentecostés, continuará hasta el arrebatamiento, cuando Cristo regrese secretamente a llevarse a su iglesia al cielo. Una vez producido éste, Dios podrá cumplir sus promesas a los judíos.
    Aunque los propulsores del arrebatamiento secreto usan varios pasajes para fundamentar sus opiniones, como Mateo 20:40, 41 por ejemplo, nos concentraremos en 1 Tesalonicenses 4:17 ya que se lo destaca frecuentemente en Dejados atrás. En este pasaje, el apóstol Pablo declara que cuando vuelva Jesucristo todos los creyentes vivos serán “arrebatados”. Según Dejados atrás y demás dispensacionalistas, “arrebatados”   aquí significa “desaparecer sin dejar rastros”. Se interpreta que este evento será por supuesto advertido, pero no comprendido, por la mayoría en el mundo. Supuestamente, Jesús regresará en forma silenciosa, secreta, invisible, inadvertida para el mundo, para arrancar a su iglesia de la tierra y llevarla al cielo. Después de que los cristianos desaparezcan, el mundo entrará en los siete años cataclísmicos de la tribulación.
    Pero aquí está el problema: el contexto inmediato de 1 Tesalonicenses 4:17 revela un regreso de Cristo que es ¡cualquier cosa menos secreto! En 4:16 Pablo dice claramente que Cristo “descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios”. Evidentemente esta descripción no denota sigilo ni silencio, sino plena vista y fuerte volumen. En 4:15 el descenso de Cristo es llamado la “venida del Señor”.   Aquí el término griego para “venida” es parusía, el mismo que se usa en Mateo 24:27 para describir el regreso universalmente visible de Jesucristo como el “relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente”. ¿Puede un relámpago ser secreto e invisible?
    Además, el contexto más amplio de 1 Tesalonicenses 4:17 no nos enseña que los que no son “arrebatados”   pasarán por un período de tribulación de siete años. En cambio, enseña que sufrirán “destrucción repentina y no escaparán”   (1 Tesalonicenses 5:3). Un estudio cuidadoso de 1 Tesalonicenses 4:15-5:3 demuestra que la segunda venida de Cristo no resultará en un arrebatamiento secreto que lleve a una tribulación de siete años, sino que la segunda venida será el regreso visible, audible y glorioso de Jesús. En su venida, los santos serán resucitados de entre los muertos y, junto con los santos vivientes, los redimidos de todas las edades habrán de “recibir al Señor en el aire”.
    La tribulación de siete años
    Los dispensacionalistas enseñan también una tribulación de siete años de duración tras el arrebatamiento secreto. Obtienen este período de siete años a partir de una interpretación especulativa de Daniel 9:27: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. Hay dos problemas con la interpretación dispensacionalista de esta profecía.
    Primero, separan la última de las setenta semanas de la profecía de Daniel 9:24-27 y la colocan a gran distancia de las otras en el futuro, cuando ocurra el arrebatamiento secreto y surja el Anticristo. Pero un estudio de Daniel 8 y 9 muestra claramente que las 70 semanas son un período ininterrumpido que se cumplió de la primera a la última semana en un único segmento de tiempo. La exégesis e interpretación bien fundadas de la profecía no permiten proyectar la 70 a semana a ningún período futuro.
    El segundo problema es todavía más grave. En armonía con el principio de día por año en las profecías (Ezequiel 4:6), “una semana”   significa siete años. Durante este período, dice el pasaje en Daniel, “confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. ¿A quién se refiere esto? Los dispensacionalistas refieren el sujeto del verbo “confirmará”   al Anticristo futuro, el Nicolás Carpatia de Dejados atrás, en un período de siete años que ha de comenzar con el arrebatamiento y seguir con la tribulación.
    Allí hay otro problema. Los intérpretes bíblicos del pasado han entendido constantemente que el sujeto aquí es Jesucristo, y que el pacto confirmado con muchos es el nuevo pacto ratificado con la muerte de nuestro Salvador hace dos mil años (Mateo 26:28), y no un tratado que será convenido entre el Anticristo y los judíos después del arrebatamiento.
    Miremos de nuevo: Daniel 9:27 no se puede referir a ningún convenio o tratado de paz, sino al nuevo pacto que establecerá el Mesías. En la Biblia, el Anticristo nunca aparece confirmando pactos. Ese es el papel exclusivo del Mesías. Además, 9:27 dice: “a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda”. La “mitad de la semana”   implica a tres años y medio de su inicio, que es la duración exacta del ministerio de Cristo. Después de tres años y medio, con su muerte en la cruz, Cristo, efectivamente, hizo cesar el sacrificio, por lo que su muerte cumple exactamente Daniel 9:27.
    Entender a Cristo como el sujeto de los verbos en 9:27, como aquel que confirmó el nuevo pacto e hizo cesar los sacrificios del judaísmo, es la única posición coherente en la interpretación y escatología bíblicas.
    El surgimiento del Anticristo
    Los dispensacionalistas enseñan también que el Anticristo es una única persona que aparecerá tras el arrebatamiento. Pero miremos lo que dice la Biblia. Anticristo es un término que aparece sólo cinco veces en la Biblia (1 Juan 2:18, 22; 4:3; 2 Juan 7). Todos estos pasajes indican que no hay un único hombre llamado Anticristo, sino “muchos anticristos” (1 Juan 2:18).   Juan dice también: “salieron de nosotros”   (2:19), es decir, surgieron de la iglesia y no del mundo externo, y el apóstol indica que ya estaban actuando en su tiempo (2:18). Así, en términos generales, el Anticristo representa las fuerzas que asumen el nombre de “cristianas”   pero enseñan y practican doctrinas antibíblicas y contradictorias con la posición y papel de Cristo, y que no vacilan en perseguir a los que permanecen fieles y leales a Cristo y sus enseñanzas.
    La profecía bíblica predice también el surgimiento de un misterioso “cuerno pequeño”   (Daniel 7:8), identificado por Pablo como el “hombre de pecado”   (2 Tesalonicenses 2:3) y por Juan como “la bestia”   (Apocalipsis 13:1). La mayoría de los estudiosos aplica estas frases a una única entidad. Además, Daniel 7:23 define a esta bestia como un reino, no un único hombre. El “cuerno pequeño” de Daniel habría de hacer guerra a los santos y vencerlos durante la historia del cristianismo (Daniel 7:21). Si bien no es posible dar en este breve artículo plena prueba de que nuestros antepasados protestantes estaban en lo correcto al interpretar esta profecía, es un hecho de que por más de 400 años la mayoría de los estudiosos bautistas, metodistas, presbiterianos, luteranos y menonitas aplicaron las profecías bíblicas sobre el Anticristo, no a algún futuro Don Pecado que aparezca tras el arrebatamiento de los creyentes, sino a esa organización perseguidora de santos que fue la iglesia medieval. Lutero “probó, por las revelaciones de Daniel y San Juan, por las epístolas de San Pablo, San Pedro y San Judas, que el reino del Anticristo, predicho y descripto en la Biblia, era el Papado” (Merle D’Aubigné, History of the Reformation of the Sixteenth Century, 1846, II:12, p. 215).
    Batalla final entre el Anticristo y los judíos
    El futurismo dispensacionalista entiende que los protagonistas terrenales primarios del Armagedón son el Anticristo y la nación de Israel, no la iglesia. De hecho, es absolutamente esencial distinguir entre Israel y la iglesia de Dios para armar el escenario arrebatamiento-Anticristo-Israel. Si podemos probar en base al Nuevo Testamento que en la era cristiana el Israel de Dios es lo mismo que la iglesia de Dios, entonces podremos también demostrar cuán equivocado y antibíblico es el dispensacionalismo.
    Primero que nada, el Nuevo Testamento habla de la realidad de dos “Israeles” , un “Israel según la carne”   (1 Corintios 10:18) y el “Israel de Dios”   centrado en Jesucristo (Gálatas 6:14-16). Pablo dice: “No todos los que descienden de Israel son israelitas”   (Romanos 9:6). Lo que quiere decir es que no todos los que pertenecen a la nación de Israel son parte del Israel de Dios en la era posterior a la cruz. En otras palabras, una persona puede ser judía, descendiente literal de Abrahán, pero por su incredulidad y carnalidad no forma parte del Israel de Dios. Los que forman parte del Israel de Dios lo conocen a él mediante su fe personal en Cristo (Gálatas 3:7, 14; 6:14-16).
    En el Antiguo Testamento, Israel es designado claramente “la simiente (o descendencia) de Abrahán” (Isaías 41:8). En el Nuevo Testamento, Pablo les dijo a sus conversos gentiles: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abrahán sois, y herederos según la promesa”   (Gálatas 3:29). Por lo tanto, los creyentes gentiles se han vuelto parte del Israel de Dios. Efesios 2 es muy claro: la cruz de Jesucristo derribó el muro de separación entre los creyentes judíos y gentiles, y los ha unido misteriosamente en un “nuevo hombre”, un solo cuerpo (2:14-17). Por tanto, toda la posición dispensacionalista que separa al verdadero Israel de Dios de la iglesia se opone a la misión de la cruz de Cristo.
    Además, Apocalipsis 16:12-16, que es donde aparece el Armagedón, no habla de una batalla entre el Anticristo y los judíos, ni dice el pasaje que Cristo haya de volver secretamente antes de esta batalla a fin de arrebatar a sus santos. En cambio, el pasaje la describe como “la batalla del gran día de Dios Todopoderoso”, que enfrenta los espíritus de demonios (incluyendo el Anticristo) y las fuerzas del bien. La victoria de Dios en esta batalla queda asegurada con la promesa: “He aquí, vengo como ladrón”, referida a la segunda venida de Cristo (Apocalipsis 16:15; cf 1 Tesalonicenses 5:2).
    El mensaje de la Biblia es claro. El camino de la salvación está abierto para todos, incluyendo a los judíos. Pero en la segunda venida, tanto los santos resucitados como los todavía vivos recibirán “al Señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:17) en la demostración pública más gloriosa que se haya visto de triunfo sobre el pecado y la muerte, sobre Satanás y sus agentes malignos. Después de la segunda venida no hay más oportunidad de salvación.
    La saga Dejados atrás podrá ser muy popular y sus ideas podrán difundirse por todo el mundo, sin embargo, la enseñanza bíblica está sólidamente en contra de cada una de las cuatro ideas centrales sobre las que se construyen los fenómenos de esta obra. Dejados atrás ha dejado ciertamente atrás la verdad bíblica y se sostiene sólo en la especulación humana y la fantasía teológica.
    Steve Wohlberg es el director y orador del programa televisivo en inglés, Enfoques de los Tiempos Finales y autor de Truth Left Behind yExploding the Israel Deception, que se pueden obtener de la página web: http://www.endtimeinsights.com. También se puede contactar al pastor Wohlberg en la dirección e-mail: steve@endtimeinsights.com 

    miércoles, 11 de mayo de 2011


    Dinosaurios: Preguntas que se Hacen los Cristianos

    Por: Elaine Graham-Kennedy 
    El pequeño Mateo estaba como en trance, cautivado por el zoológico de Fort Worth (cerca de Dallas, Texas). ¡Apenas podía creer lo que veían sus ojos! Se hallaba frente a Cera, la dinosauria preferida de su película favorita, La tierra antes del tiempo. Miraba fijamente. Sus padres, algo decepcionados de que prefiriera estar frente una figura animada mecánicamente antes que con animales vivos, insistían en que ya era hora de ir a algún lado, a cualquier lado menosahí. Sollozando, imploraba más tiempo: “pero me encanta”. Al alejarse en las firmes manos paternas gritó: “Cera, te quiero”. Tal apego infantil a los dinosaurios puede desdibujarse con el paso del tiempo, pero algunos conservan un amor a esas criaturas por toda la vida.
    Los niños dentro de la comunidad cristiana no son excepción. Sin embargo, en el ámbito de las denominaciones más conservadoras surgen preguntas basadas en la teología, que se vuelven más problemáticas a medida que los niños maduran. Se las puede resumir en una sola: ¿Cómo encajan los dinosaurios dentro de una concepción bíblica del mundo?
    En la actualidad hay una creciente base de datos sobre los dinosaurios que incluye huesos, dientes, huellas, embriones, marcas dejadas por la piel, y estiércol. Aparentemente, estos animales terrestres existieron en todos los tamaños y formas. La información que tenemos sugiere poblaciones activas y reproductivas a escala global.1 En base a evidencias en aumento, es difícil negar que los dinosaurios hayan existido. Hay quienes toman esa posición, no porque crean que los científicos hayan inventado esas criaturas para engañarnos, sino porque no pueden reconciliar la existencia de los dinosaurios con su comprensión de la naturaleza de Dios. De ese modo, los cristianos necesitan plantearse la trascendencia de estos animales dentro de la visión bíblica de la historia del planeta.
    A menudo se expresa este dilema diciendo “No puedo creer que Dios pusiera un tiranosaurio rex en el jardín del Edén”. Otros comentan que los dinosaurios “eran muy feos”. No pueden creer que un Dios amante y compasivo, crease tan feroz “máquina de matar”, pero se hallan perfectamente cómodos frente al hecho de que Dios creara leones. Esto nos lleva a preguntar: ¿Qué diferencia hay entre un tiranosaurio y un león? Claro que hay muchas diferencias, pero aquí se trata de animales de presa en el jardín del Edén; ambos son carnívoros. Aunque los cristianos seguidores de la Biblia creen que Dios creó un género de felino, suponen que los felinos eran herbívoros en el Edén, al menos hasta el pecado de Adán y Eva. Pareciera lógico aplicar el mismo argumento a los dinosaurios. Pero esta cuestión aparentemente simple se complica bastante al tratar las consecuencias. Examinemos esto mediante las siguientes preguntas. 
    ¿Existieron realmente los dinosaurios?
    Unos pocos huesos dispersos no alcanzaría para llegar a la conclusión de que los dinosaurios realmente existieron. Sin embargo, el registro de huesos de dinosaurios es bastante extenso, y la variedad nos permite comprender mejor a estas criaturas. Sus bien preservadas huellas, huevos y embriones nos indican que vivían, andaban y se reproducían.2 Las huellas son los argumentos más poderosos de su existencia.
    El registro en rocas de todo el mundo nos provee información fascinante. Los científicos encontraron grandes depósitos de huesos de dinosaurio que se mineralizaron y de esta manera fueron preservados para que pudiéramos verlos. Estos huesos petrificados se conocen como fósiles. Si hay suficiente material fósil, los científicos pueden reconstruir el animal. Por 1990 los científicos habían logrado reconstruir ya 197 esqueletos completos de dinosaurios.3 Al presente existen muchos más.
    Al estudiar estos huesos los científicos desarrollaron un sistema de clasificación basado en una cantidad de estructuras óseas que son peculiares a este grupo de animales. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que el cráneo de los dinosaurios presenta orificios que no se encuentran en los reptiles ni mamíferos; la articulación del tobillo es simple; y las vértebras difieren de las de otros organismos.4 El examen de la estructura interna de los huesos sugiere que se trata de un grupo distintivo de animales, muy diferente de los mamíferos y reptiles. Una gran parte de la estructura ósea exhibe sustitución [por minerales] y preservación de cada célula en el proceso de fosilización.5 Este fino detalle de la fosilización implica que podemos observar líneas y vesículas de crecimiento en los huesos. Esta combinación de características no se encuentra en los reptiles ni mamíferos y es peculiar a los dinosaurios, aunque algunos sostienen que hay semejanzas entre los dinosaurios celofísidos y las aves.
    Los dinosaurios han sido clasificados en dos grupos distintos sobre la base de la estructura de su pelvis. En el primero están los terópodos o dinosaurios carnívoros, y los saurópodos de estructura grande como si fueran puentes colgantes con largos cuellos y colas y pelvis similares a los reptiles. El segundo grupo engloba a todos los otros dinosaurios que tienen caderas semejantes a la de las aves. Sin embargo, a pesar de estas coincidencias con otros animales las estructuras pélvicas son peculiares a los dinosaurios.6
    Los problemas en la clasificación de los dinosaurios surgen de la dificultad de distinguir géneros y especies. En 1990, de 285 géneros de dinosaurios, el 45% fue identificado por un solo hueso. Muchos son escépticos respecto a tales identificaciones. La clasificación también preocupa a los investigadores por el hecho de que muchos géneros constan de una sola especie. Sospechan que algunos de estos géneros son en realidad especies comprendidas en uno solo de los géneros descriptos.7 A pesar de estas dificultades, hay suficiente material como para concluir que existió una amplia variedad de dinosaurios.
    Las características aquí comentadas sugieren que los dinosaurios eran criaturas peculiares y que, como tales, bien podrían representar uno de los “géneros” creados, como lo registra el Génesis. La variedad, distribución y combinación de características sugieren que la hibridación es posible, como es el caso de las flores y los perros en la actualidad. No obstante, la variación de las especies es mucho más factible que la variación que se encuentra entre las familias de dinosaurios así como lo es también el surgimiento de nuevas clases de organismos.
    Para quienes piensan que los huesos de dinosaurios son fraudes, hay información adicional que sugiere lo contrario. Parte del material óseo se encuentra superpuesto a la impronta dejada por la piel del animal. Estos fósiles suministran información adicional sobre la apariencia de estos organismos. Si los huesos fuesen fraudulentos, alguien se habría tomado mucho trabajo extra para incluir también la impresión de piel fósil en el depósito sedimentario.
    Si fueran fraudes, el falsificador habría también creado las huellas. La información aportada por las huellas es de lo más interesante8 ya que aparecen en una gran variedad de tamaños y formas. Cuando la hilera de huellas se suficientemente larga, se puede calcular el largo del paso y la postura del animal. La mayor parte de estas huellas muestra que los dinosaurios caminaban, no corrían, y hasta parecen haber andado cojeando. Es difícil determinar la razón. Pueden haberse lastimado o haber estado llevando crías o comida. Cualquiera sea la explicación, la presencia de huellas confirma que los dinosaurios vivieron realmente, moviéndose a través del terreno. Es interesante que los investigadores no hallaron todavía dinosaurios “muertos junto a sus pisadas”. Se encuentran capas de huesos por encima y por debajo de las huellas pero no con estas últimas.
    Algunos de los rastros tienen huellas grandes que rodean a otras más pequeñas.9 Esto sugiere una manada de dinosaurios. Algunos investigadores suponen que estas manadas seguían una ruta natural de migración a través de la región, mientras que otros disienten. Dentro del contexto de una historia bíblica del planeta, el movimiento de los dinosaurios puede reflejar respuestas de supervivencia y de tensión debidas a una tierra cambiante con aguas diluviales en ascenso y descenso.
    Por último, existen evidencias de poblaciones reproductivas de dinosaurios. Se han informado nidos, huevos, embriones y crías.10 Hay más de 200 yacimientos de huevos en todo el mundo. No abunda la evidencia de nidos in situ y los embriones y crías son bastante raros. La existencia de estos depósitos indica que por lo menos algunos de estos dinosaurios se reproducían.
    No siempre los investigadores pueden decir qué dinosaurios pusieron cuáles huevos. A principios del siglo XX se pensó que los huevos encontrados en Mongolia habían sido puestos por protoceratops, el dinosaurio herbívoro dominante en la región.11 A fines del mismo siglo se encontró otra nidada con los huesos de un pequeño depredador, ovirraptor, superpuesta a los huevos. Estos depósitos de Mongolia plantean muchos interrogantes. ¿Por qué se habría quedado en la nidada un ovirraptor mientras una tormenta de arena lo sepultaba? ¿O es que se ahogó en una laguna entre médanos durante un aguacero repentino? ¿Se quedaba el ovirraptor en la nidada empollando porque tenía sangre caliente? ¿Cuántos ovirraptores empollaban los huevos?
    ¿Cuántos nidos había? Hay muchas preguntas sobre las características de los dinosaurios, aún sin respuesta, pero el gran cuerpo de datos disponible nos confirma que ciertamente existieron.
    ¿Cuándo existieron los dinosaurios?
    No es tan clara la evidencia de cuándo existieron los dinosaurios. Aparecen en los estratos mesozoicos (“vida media”) del registro rocoso (columna geológica). Las fechas radiométricas para la ceniza volcánica y la lava asociada con ellos indicarían que vivieron entre 65 y 225 millones de años atrás, mucho antes de las edades bíblicamente aceptables. (De acuerdo al fechamiento radiométrico, la tierra tendría entre 4.600 y 4.700 millones de años).
    Los huesos de dinosaurios más antiguos en el registro rocoso aparecen en la misma unidad del período triásico (Carniano), en cuatro de los continentes.12 Esta aparición difundida y diversa de los dinosaurios en el registro fósil es difícil de explicar de acuerdo a la teoría evolucionista corriente. Raras veces se presenta esta dificultad al público, lo que no es difícil de entender, porque a nadie le gusta hablar de cosas que no sabe.
    Es importante recordar que las fechas radiométricas no son datos (hechos reales), sino cálculos basados en la distribución de materiales radioactivos en las rocas.13 El tiempo transcurrido no se mide directamente, sino que es un exponente en la fórmula que describe la pendiente de la línea generada por la distribución de los isótopos. Esta distribución se basa en propiedades físico-químicas dentro del cuerpo rocoso fundido. En consecuencia, el relato bíblico de la historia de la tierra es igualmente legítimo como fuente de datos respecto del tiempo.
    En resumen, así como los científicos creen que tienen un medio confiable de medir los períodos de tiempo en el registro rocoso, muchos cristianos creen que tienen una fuente confiable de información (la Biblia) respecto a la edad de la tierra. En consecuencia, fijar la edad de los dinosaurios es asunto polémico.
    ¿Vivieron juntos dinosaurios y humanos? ¿Cómo?
    La creencia en que humanos y dinosaurios vivieron al mismo tiempo en esta tierra, no se basa en evidencias científicas (no las hay) sino en la confianza en la palabra inspirada de Dios. La creencia de que Dios creó todas las cosas y que éstas eran buenas, así como la creencia de que no había “derramamiento de sangre” (depredación) en la tierra hasta después del pecado del hombre, llevan a muchos a creer que humanos y dinosaurios pueden haber vivido juntos pacíficamente.
    Es importante observar que no todos los dinosaurios pertenecían a las variedades grandes y carnívoras.14 La mitad de las familias de dinosaurios tenían el tamaño de una jirafa adulta (unos 7 metros) o menos, y algunos eran del tamaño de un perro grande o un pavo. Además la mayoría eran herbívoros.
    ¿Es Satanás de algún modo responsable por el origen de los dinosaurios?
    ¿Alteraría Satanás de alguna forma el DNA de los animales para producir los dinosaurios? ¿Son los seres humanos responsables de ese origen? ¿Habrían manipulado genéticamente los primeros dinosaurios? En mi opinión, la respuesta a todas estas preguntas es “no”. Los dinosaurios eran organismos peculiares que tenían estructuras y trazos propios. Esto indica que su origen requirió más que una mezcla o alteración; requirió nueva información, una actividad creadora que la mayoría de los cristianos cree que reside únicamente en el poder de Dios.
    ¿Eran los dinosaurios cruza de otros tipos de animales?
    El cruzamiento que algunos cristianos sugieren para dar origen a los dinosaurios exige crías viables a partir de una mezcla de mamíferos y reptiles, dos tipos zoológicos distintos. En nuestro mundo no es posible entrecruzar tipos. La cruza de especies es bastante común, aunque hay límites a este tipo de reproducción.15
    ¿Entonces crió Dios realmente a los dinosaurios?
    ¿Por qué habría de crear un Dios de amor al tiranosaurio? ¿Vivía el tiranosaurio en el Edén? Es razonable suponer, en base a los datos (hechos firmes) que poseemos, que Dios creó alguna clase básica de dinosaurios, o varias. Algunos terópodos, que pueden haber incluido al tiranosaurio, podrían haber existido en el Edén.
    Sin embargo, dada la perspectiva teológica de la mayoría de los creyentes en la Biblia, sería difícil creer que los animales del Edén eran carnívoros. La alteración de su régimen alimentario pudo haber ocurrido tras la caída, así como los cardos y espinas aparecieron tras el pecado de Adán y Eva.
    ¿Qué mató a los dinosaurios?
    Se han propuesto muchas teorías para explicar esta desaparición:16 (1) un cambio drástico en el clima debido al impacto de un asteroide, y/o un aumento de la actividad volcánica; (2) una ruptura en la cadena de alimentación; (3) o la transformación de los dinosaurios en aves. Muchos cristianos no creen que se transformaran en aves, y la evidencia de una ruptura en la cadena alimentaria ha sido difícil de documentar. La destrucción de los dinosaurios por el diluvio del Génesis encaja bien, dentro de la perspectiva bíblica sostenida por muchos cristianos. Más allá de la cuestión del tiempo, la sepultura de dinosaurios en todo el mundo dentro de sedimentos depositados por agua17 es consistente con el relato bíblico. Además, dada la complejidad del diluvio del Génesis, los impactos de asteroides y el aumento del vulcanismo pueden haber jugado un papel importante en la destrucción de la tierra y sus organismos vivos.
    Si los dinosaurios fueron creados por Dios, ¿por qué se han extinguido?
    Muchos organismos que los cristianos creen haber sido creados por Dios, se han extinguido. Los sistemas marinos han cambiado drásticamente desde la era antediluviana. Las poblaciones de insectos, anfibios, reptiles y mamíferos son radicalmente distintas. No todo lo que creó Dios ha sobrevivido hasta el presente. Esa probablemente no fue la voluntad divina sino el resultado del pecado humano. Dios actuó continuamente durante el diluvio del Génesis para salvar vidas. Desafortunadamente, no todo lo que se salvó pudo sobrevivir en el mundo postdiluviano.
    ¿Había dinosaurios en el arca?
    Al menos la mitad de las familias de los dinosaurios pudo estar en el arca dado que eran suficientemente pequeños. Es importante recordar que no fue necesario que todas las especies estuviesen allí. Sólo se necesitaban clases o tipos básicos representativos porque reconocemos que existe variación por lo menos dentro de los géneros de seres vivos. Sin embargo, es importante recordar que no hay datos científicos que apoyen esta idea. La creencia en que los dinosaurios estuvieron en el arca de Noé es una afirmación de fe.
    Conclusión
    Algunos pueden pensar que estas preguntas son ridículas. Sin embargo, los cristianos las plantean porque desean una explicación de la naturaleza que tenga sentido dentro del relato bíblico de la historia de la tierra. Si bien las respuestas aquí ofrecidas pueden dejar algo insatisfechos a algunos, por lo menos suministran una base para comentar e investigar más sobre el tema.
    Aún quedan muchas maravillas de la creación de Dios, tanto previas como posteriores a la entrada del pecado, que pueden ser investigadas. Tenemos la promesa de que conoceremos misterios a través del Maestro eterno en la Tierra Nueva. Mientras tanto, como cristianos, debemos estudiar la historia de la tierra con la asistencia divina, a través de la orientación bíblica y la inspiración del Espíritu Santo.
    Elaine Graham-Kennedy (Ph.D., University of Southern California) es una geóloga que concentró su investigación en el Gran Cañón de Arizona y en Patagonia, Argentina. Al presente está estudiando un depósito de huesos en Wyoming y trabaja como profesora adjunta de geología en Southwestern Adventist University en Keene, Texas. La Dra. Kennedy ha publicado recientemente Dinosaurs: Where Did They Come From . . . And Where Did They Go? (Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 2006), disponible a través de: http://www.adventistbookcenter.com. Email:elainegkennedy@gmail.com.
    REFERENCIAS
    1. K. Carpenter, K. Hirsch, and J. Horner, Dinosaur Eggs and Babies(Nueva York: Cambridge University Press, 2000), p. 372.
    2. M. Lockley, Tracking Dinosaurs (Nueva York: Cambridge University Press, 1991), p. 238.
    3. D. Lambert y el grupo Diagram, Dinosaur Data Book (NuevaYork: Avon Books, 1990), p. 320.
    4. A. Romer, Vertebrate Paleontology (Chicago: University of Chicago Press, 1966), p. 468.
    5. A. Chinsamy-Turan, The Microstructure of Dinosaur Bone(Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2005), p. 216.
    6. Romer, pp. 148-163.
    7. P. Dodson, “Counting Dinosaurs: How Many Kinds Were There?”Proceedings of the National Academy of Sciences 87 (1990), pp. 7608-7612.
    8. Lockley, pp. 61-70.
    9. Ibid., pp. 71-82.
    10. Carpenter, et al., p. 372.
    11. http://www.dinosaur-world.com/feathered_dinosaurs/oviraptor_philocerataops.htm.
    12. A. Hunt, «Synchronous First Appearance of Dinosaurs Worldwide During the Late Triassic (Late Carnian: Tuvalian),»Geological Society of America, Abstracts with Program (1991), p. A457.
    13. G. Faure, Principles of Isotope Geology (Nueva York: John Wiley and Sons, 1986), p. 608.
    14. Lambert, et al., p. 320.
    15. http://origins.swau.edu/papers/evol/gibson/default.html: Ponencia de J. Gibson, “Creation and Evolution: A Look at the Evidence” (1999).
    16. http://www.priweb.org/ed/ICTHOL/ICTHOL04papers/04.htm: Opúsculo anónimo que resume una variedad de explicaciones para la extinción de los dinosaurios.
    17. Lambert, et al., pp. 230-261.