domingo, 29 de diciembre de 2013

Ovnis ¿Estamos solos en el universo?

OvnisPor Marvin Moore
¿Son los ovnis extraterrestres de una galaxia lejana que tratan de invadir el planeta Tierra? El autor analiza lo que la Biblia dice acerca de este importante tema.
El 14 de junio de 1947, Mac Brazel encontró un área grande de restos de tiras de goma, papel de estaño y palos dispersos, que brillaban en la parte norte del rancho de Roswell, Nuevo México, donde él trabajaba como capataz. Informó al gobierno, y un equipo del ejército hizo la investigación. Finalmente, el gobierno emitió la declaración pública de que un globo meteorológico había caído en el predio de aquel rancho. Pero hasta el día de hoy, muchos aficionados a los ovnis insisten en que lo que permanece en esa estancia en realidad es el resultado de la caída de una nave espacial extraterrestre, con organismos extraños; pruebas todas que, según afirman, el gobierno ha estado tapando.
La mayoría de los informes de avistamientos y secuestros producidos por ovnis en los últimos sesenta años desde 1947 han sido protagonizados por individuos aislados, y los escépticos se han burlado. Sin embargo, el 13 de marzo de 1997 sucedió algo mucho más público en el cielo de Nevada, Arizona, y en el Estado mexicano de Sonora: Miles de personas testificaron haber visto luces en el cielo que viajaron hacia el sureste en un radio de unos 500 kilómetros, cubriendo aun la ciudad de Phoenix. Se informó que las luces tenían la forma de un gran triángulo. Entre los que afirman haber visto este fenómeno se encuentra el entonces gobernador de Arizona, Fife Symington.
Muchas personas tomaron fotografías del hecho, lo que hace difícil afirmar que las imágenes fueron el resultado de la manipulación digital de fotografías hechas con un propósito sensacionalista. Los análisis de las fotografías sugieren que si realmente fue un ovni, ¡se trató de uno que medía dos millas de largo! La Fuerza Aérea de los Estados Unidos informó que las luces que pasaron por Phoenix eran bengalas que se lanzaron desde aviones que estaban en una misión de entrenamiento. Los fanáticos de estos fenómenos se apresuraron a afirmar que el evento confirma que los extraterrestres están visitando nuestro planeta.
Aproximadamente en ese mismo tiempo apareció el cometa Hale-Bopp en el cielo, y algunas personas alegaron que un ovni lo fue siguiendo. Marshall Applewhite, líder de un culto llamado Heaven’s Gate (Puerta del cielo), convenció a 39 miembros de su grupo a suicidarse en masa entre el 24 y 26 de marzo de 1997, con la creencia errónea de que después de la muerte serían despojados de sus cuerpos terrestres, ¡para unirse a los “extraterrestres” en un ovni!
Una cuestión fundamental es determinar si existe vida inteligente fuera de nuestro planeta. Para los amantes de los ovnis, la respuesta es sí. Si esto es correcto, y si los ovnis son reales y están manejados por extraterrestres, entonces la siguiente pregunta candente es si estos seres son hostiles o amistosos.
¿Qué dice la Biblia?
Afortunadamente, la Biblia nos proporciona una muy positiva respuesta a la pregunta de si existe vida inteligente en otros lugares del universo: Efectivamente sí existe. El más importante ser inteligente fuera de nuestro planeta es el mismo Dios, que vive en un lugar que llamamos cielo. Y, según la Biblia, una raza de seres llamados ángeles habita en el cielo con él. La Biblia también nos informa que un conflicto estalló en el cielo hace miles de años, cuando algunos de los ángeles se rebelaron contra Dios y su gobierno, y los rebeldes se vieron obligados a vivir en nuestro mundo.
Apocalipsis cuenta la historia: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:7-9).
La siguiente pregunta: ¿son los extraterrestres hostiles o amistosos? Según lo que acabamos de leer en Apocalipsis, la respuesta depende a qué seres nos estamos refiriendo. Todo el mundo da por supuesto que Dios y los ángeles fieles son amistosos, a la vez que es seguro decir que Satanás y los demonios son hostiles a nuestros intereses.
La cuestión de si los ovnis son reales o no depende en parte de la clase de pruebas que usamos para afirmarlo o negarlo. Si demandamos evidencias aportadas por personas que están calificadas para hacer una investigación científica, sin prejuicios (en caso de que esto sea posible), entonces la respuesta es no. Hasta la fecha ninguna de estas pruebas ha aparecido en fuentes de información confiable, como libros de renombre, o ciertas revistas o periódicos científicos. Sin embargo, si quedamos satisfechos con aceptar el testimonio de personas maduras que en su sano juicio afirman haber visto de cerca objetos voladores no identificados, entonces quizá la respuesta es sí.
¿Qué si realmente es cierto?
Si algún día un informe científico y serio concluyera que los extraterrestres son reales, entonces nos encontraríamos ante una pregunta muy importante: ¿Quién opera estos ovnis? Quienes hacen ciencia ficción dirían que son operados por extraterrestres que proceden de una lejana galaxia, que han evolucionado hasta alcanzar un desarrollo mucho mayor que el de los seres humanos. Y, según el sentido común, estos invasores alienígenas serían probablemente amistosos; a pesar del hecho de que la ciencia ficción, a fin de alimentar la imaginación conflictiva, los retrata generalmente como muy hostiles.
Sin embargo, en caso de que una invasión extraterrestre fuera documentada de tal modo que satisficiera aun al más escéptico de los escépticos, la Biblia sería la única fuente segura de información. No el sentido común ni la imaginación ni aun la propia ciencia. El mejor lugar para informarnos acerca de quiénes son los extraterrestres y si son hostiles o amistosos, es la Biblia. Y aquí está lo que la Sagrada Escritura dice de este tema.
En primer lugar, algún día habrá una invasión del planeta Tierra por extraterrestres. Antes de su partida de esta Tierra, Jesús prometió regresar con sus ángeles (ver S. Mateo 24:30, 31; S. Juan 14:1-3). Y la respuesta a la pregunta de si Jesús y sus ángeles serán hostiles o amistosos depende de quién eres y de qué lado estés en ese momento. La Biblia dice que el pueblo de Dios se regocijará, pero que los que han rechazado a Dios se aterrorizarán, y pedirán a las rocas y a las montañas que los cubra del rostro del que viene a rescatar a su pueblo (véase S. Lucas 21:28, Apocalipsis 6:15-17).
La Biblia también dice que cuando Jesús regrese, el mundo entero será sacudido por un poderoso terremoto (véase Apocalipsis 6:12-17; 16:17-20), y los ángeles levantarán a los hijos de Dios hasta el cielo para encontrarse con Jesús en el aire (ver S. Mateo 24:31; 1 Tesalonicenses 4:16, 17).
La venida de Cristo y los ovnis
Esta descripción de la segunda venida de Cristo es más pertinente, en relación con el tema de los ovnis, de lo que puede ser evidente a primera vista. Porque si alguna vez se documentara fehacientemente la llegada de ovnis a nuestro mundo, entonces estos objetos voladores serían manejados por extraterrestres que serían fieles a Dios o a Satanás. Y puesto que Dios ya ha registrado detalladamente el modo en que él y sus ángeles vendrán a la Tierra, debemos rechazar cualquier invasión extraterrestre que no coincida con la descripción dada por la Biblia.
De hecho, Jesús mismo nos advirtió al respecto. Y nos dio información con el propósito de evaluar cualquier futura invasión extraterrestre de nuestro planeta que no sea la suya: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos… Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre” (S. Mateo 24:24, 26, 27).
Si los ovnis aparecen alguna vez en el cielo de nuestro planeta, y su realidad es efectivamente confirmada por las autoridades confiables y competentes, quienes creemos en la Biblia debemos negarnos a aceptarlos como amistosos. Por el contrario, debemos ser muy precavidos, porque no provienen de una galaxia distante, sino que son demonios que han estado habitando el planeta Tierra y han estado atormentando a los seres humanos desde que fueron arrojados del cielo, hace miles de años, como dice el Apocalipsis.
El director de la película Día de la Independencia —que trataba de una invasión extraterrestre— puso en boca del personaje que hacía de presidente de los Estados Unidos las siguientes palabras: “La pregunta de si estamos o no solos en el universo ha sido respondida”.
Afortunadamente, para los que creemos en la Biblia, la pregunta fue respondida hace miles de años. La verdadera segunda venida de Cristo destruirá la Tierra completa y literalmente. Apocalipsis afirma que en ocasión de la segunda venida del Señor habrá un gran terremoto (véase Apocalipsis 6:12; 16:18-20). Así, nadie lo confundirá o lo falsificará. Por lo tanto, si los ovnis aparecen realmente alguna vez en nuestro planeta, podemos estar seguros de que son de origen demoníaco. Por otra parte, si hay una invasión extraterrestre en la que los extraterrestres simulan ser Cristo y sus ángeles, entonces será una señal de que Jesús está muy cerca de volver a rescatar a sus hijos.
Jesús tomó en serio esta cuestión. Justo en el centro de su advertencia sobre los falsos cristos y falsos profetas, nos dijo: “Ya os lo he dicho antes” (S. Mateo 24:25).
¡Él realmente quiere que comprendamos esto!
Fuente: El Centinela

jueves, 30 de mayo de 2013

¿Cómo identificar a un futuro líder? - Para analizar

Uno de los principios de iglesias que crecen y son saludables es la formación de nuevos líderes. Este asunto es bien enfatizado en la actualidad como discipulado transformador y tiene que ver con la tarea del líder en la formación de nuevos líderes o futuros líderes. En ese afán, publicamos a continuación un valioso artículo que sin duda presenta aspectos importantes a considerar. Sugerimos sin embargo, analizarlo y retener lo bueno. A continuación tal como está publicado en MINISTROS.ORG

¿Cómo identificar a un futuro líder?
Identificar correctamente a las personas con potencial en nuestro medio es uno de los desafíos que nos presenta el ministerio.
Los más destacados deportistas no suelen ser buenos directores técnicos, ni es común que los mejores músicos se conviertan en reconocidos directores de orquesta. Es vital que el pastor sepa diferenciar entre las personas con habilidad y aquellas con capacidad para ser líderes, pues no son equivalentes.
Quisiera compartir algunas características que me han servido para identificar a potenciales líderes.Trayectoria La mejor forma de saber cómo se desenvolverá un líder en el futuro es conocer su desempeño en el pasado, especialmente cuando no gozaba del reconocimiento oficial de la institución. Un líder no se convierte en tal simplemente porque le asignamos una tarea o responsabilidad.
El que es líder por naturaleza siempre lo es; no requiere de un título para ejercer su ministerio.VisiónAl líder con potencial se le iluminan los ojos cuando habla del futuro. Es alguien con la facultad de ver lo que aún no existe y de imaginar cómo sería la iglesia si esa realidad se alcanzara. Y no solamente se entusiasma con sus propias visiones sino que —lo más importante— es capaz de abrazar las visiones y los sueños de otros.Insatisfacción santaExisten muchas personas insatisfechas hoy, pero solamente unas pocas se sienten impulsadas por su insatisfacción a mejorar lo que poseen en el presente. La mayoría simplemente se queda en la fase de la crítica, pero los líderes en potencia siempre se preguntan cómo podrían perfeccionar lo que existe en la actualidad. Más que señalar lo infuncional se especializan en buscar las formas de optimizar los procesos y perfeccionar los proyectos en que trabajan.Propuestas prácticasUna de las objeciones a las ideas de la mayoría es su atascamiento en el plano de lo teórico, porque desconocen o ignoran las dificultades y complicaciones de la realidad. Proponen soluciones, sencillamente inaplicables.
El buen líder lo es precisamente porque entiende las dinámicas de ejecución de una idea y, por esto, sabe identificar claramente los pasos necesarios para alcanzar un objetivo.Cargar con el pesoCuando una persona aspira solamente a los privilegios del puesto, revela poca capacidad para el ministerio. El líder legítimo se muestra dispuesto a cargar con la responsabilidad de su liderazgo, de manera que trabaja más allá de las exigencias mínimas para un empleado.TenacidadOtro rasgo del potencial de un líder que busco observar es su disposición a persistir en explorar respuestas valientes y acertadas para un desafío. Cuando una persona muestra una tendencia a claudicar con facilidad ante los retos de la vida difícilmente alcanzará el éxito en el ministerio, en el cual la perseverancia es un factor crucial.
Un líder en potencia muestra tal tenacidad ante los obstáculos inesperados que es capaz de inspirar a los más tímidos a no darse por vencidos.Disciplina emocionalEl liderazgo siempre acarrea cierto grado de soledad, la cual se experimenta cuando se sufren las críticas o la incomprensión. Para poder afrontar estas situaciones un líder necesita la capacidad de distanciarse, en alguna medida, de sus emociones, para disponer su corazón a perseverar por el buen camino en medio de semejante realidad. El líder no debe desentenderse por completo de sí mismo, pero sí debe moverse con certidumbre en lugar de la confusión que deja la fluctuación de sus propias emociones.Respeto de colegasUn líder con potencial será reconocido como tal por otros líderes, quienes también trabajarán para que esa persona madure. El respeto que ellas le brinden será vital a la hora de emprender nuevos proyectos, pues el líder no podrá avanzar si no sostiene buenas relaciones con otros en el equipo.
Respeto de la familia
Cuando evalúo el potencial de una persona también suelo analizar el respeto que su propia familia siente por ella. La clase de relación que un líder sostiene con quienes goza mayor intimidad expresa a las claras la forma en que trabajará con su propio equipo. Las actitudes necesarias para alcanzar el éxito en el Reino se cultivan en el seno del hogar.Carisma naturalEl líder natural tiende a llamar la atención sin proponérselo, aun cuando se encuentra en reuniones informales. No porque sea una persona egocéntrica, sino porque otros tienden a gravitar hacia ella, pues posee un magnetismo y una autoridad que resultan irresistibles. Podemos identificar con facilidad al líder en potencia porque siempre está rodeado de otras personas.

Metas realistas
Uno de los factores que descarrilan a muchos líderes es su aspiración a exigir cierto nivel de perfección en sus seguidores, el cual simplemente no es alcanzable. Un buen líder sabe aceptar las imperfecciones de sus consiervos y asume que en el proceso del trabajo con ellos se escaparán algunos errores. Esta posibilidad no lo paraliza, ni tampoco lo lleva a un sofocante control sobre los demás. Más bien asume esta realidad como parte del precio que debe pagar por trabajar en equipo.ConclusiónCuando veo a una persona con estas características sé que he descubierto a un líder en potencia y me dispongo a invertir en la vida de ella. Los resultados de mi inversión no siempre serán inmediatos, pero sé que indudablemente esta persona enriquecerá mi propia experiencia de servir al Señor. Con el tiempo, por la gracia de Dios, se convertirá en una verdadera bendición para la iglesia, pues ayudará a muchos a crecer hacia la plenitud de la medida de Cristo.
Por 
Fred Smith
Christianity Today

martes, 21 de mayo de 2013


¿Puede un Cristiano ir a la Guerra?

P
Por: Dr. Angel Manuel Rodríguez, Teólogo


 L os cristianos, ¿deberían participar de la guerra? ¿Cuál es la posición de la iglesia? La Iglesia cristiana ha reflexionado acerca de la guerra y las actitudes que los cristianos deberían tener hacia ella desde hace siglos.

Desafortunadamente, no estoy seguro de que pueda dar una respuesta específica a sus preguntas, pero déjeme considerar algunas cosas.

  1. La guerra como un constante fenómeno social. Tanto como el fenómeno del pecado sea parte de la experiencia humana, la guerra, hasta cierto punto, caracterizará la vida social y la relación entre las naciones (Mat. 24:6). Los hombres siempre han vivido bajo la amenaza o la realidad de la guerra; la paz absoluta en el mundo es una utopía, tal como lo demuestra la historia humana. 

 2. La guerra siempre es mala. Deberíamos reconocer también que no existe tal cosa como una guerra justa. Sólo Dios, que es todopoderoso y amoroso, puede definir y realmente llevar a cabo una guerra cuyo resultado sea la paz permanente. Los intentos cristianos de definir las condiciones bajo las que sería adecuado participar de la guerra ha dado lugar al concepto tradicional de la guerra justa. Este concepto provee algunos lineamientos que podrían ser útiles para los cristianos, pero no debe dar la impresión de que, bajo ciertas circunstancias, la guerra puede ser moral oreligiosamente justificable. La iglesia debe insistir siempre en lo maléfico de las guerras humanas.

 3. Promover la paz y la reconciliación. La persistencia de las guerras fuerza a la iglesia a pensar en cómo relacionarse con este mal social. En este contexto particular, la gran función de la iglesia es promover y apoyar la paz y la reconciliación (Mat. 5:9). Así es que la iglesia debe luchar contra la guerra, una tarea sin fin en un mundo de rebelión y agresión. La iglesia siempre debe tener la voluntad de servir a las dos partes involucradas en un conflicto potencial o real, e intentar evitarlo o finalizarlo.

 4. Proveer instrucción a los feligreses: También deberíamos reconocer que, en algunos casos, la participación de los miembros de iglesia en la guerra es inevitable. Por lo tanto, se los debe invitar individualmente a reflexionar en cómo deberían relacionarse con este fenómeno. Es la responsabilidad de la iglesia brindarles orientación para que puedan determinar qué hacer como cristianos. Deberíamos oponernos al belicismo. Si la función de la iglesia en el contexto de la guerra es hablar de paz y reconciliación, debe promover el antibelicismo entre sus miembros, basada en la enseñanza bíblica del valor de la vida humana. Los miembros que no desean participar de ninguna manera de la guerra, a toda costa, deberían encontrar apoyo emocional y espiritual en la iglesia, para poder permanecer fieles a su llamado. Es la responsabilidad de la iglesia promover la importancia de obedecer a Dios entre los feligreses que, por alguna razón, tienen que cumplir con el servicio militar. La lealtad a Dios debe estar por encima de la obediencia a los hombres. Cuando el servicio militar esté en abierto conflicto con las convicciones religiosas, Cristo y su iglesia esperan que los feligreses se mantengan leales a Dios. Debemos desear entrar en diálogo con los organismos oficiales del gobierno, en un esfuerzo por obtener para nuestros miembros el derecho de practicar sus convicciones religiosas mientras sirven al ejército.

 5. Los miembros determinan el alcance de su participación. El alcance de la participación de los feligreses en una guerra es un asunto entre ellos y Dios. Aunque la iglesia no debería dar la impresión de que ciertas guerras son justificables, y por lo tanto justas, debe reconocer que, en algunas situaciones, los miembros pueden percibir que tienen que elegir el menor de dos males, y que cualquiera de ellos pude requerir su participación en un conflicto defensivo. En esos casos, los feligreses pueden beneficiarse al examinar los principios de la guerra justa, sin concluir que la guerra en sí misma, o su participación en ella, es moralmente justificable.

Entre los principios de la guerra justa que podrían serles útiles, se sugieren los siguientes: (1) El propósito final es la paz; (2) la guerra es el último recurso; (3) la violencia debe limitarse a los que portan armas; y (4) debe utilizarse el mínimo de fuerza necesaria para la victoria. Estos elementos establecen algunos parámetros que ayudarán a que la guerra sea menos inhumana, e intentar seguir el llamado de Jesús de amar a nuestros enemigos (Mat. 5:44). Mientras tanto, anhelamos un futuro donde no habrá más guerra ni muerte (Isa. 2:3, 4).

martes, 19 de marzo de 2013

UN LIBRO PARA CADA HOGAR DE SUDAMERICA
Livro
La Gran Esperanza
Durante el año 2013 se distribuirán millones de ejemplares de una edición especial del libro titutado “La Gran Esperanza”. 
Este evento sin precedentes es parte de una gran campaña en favor de la esperanza. Tiene el objetivo de presentar una visión del futuro para cambiar el presente. Son once capítulos breves, sencillos, pero provocativos. Abordan los temas que más nos interesan, como: por qué sufrimos, la paz verdadera, la vida después de la muerte y la victoria final del amor de Dios.
Estos capítulos siguen un orden lógico, que comienza con el origen de los problemas y concluye con su solución definitiva. Sin embargo, entre esos dos extremos, cada uno de nosotros debe vivir su vida cotidiana, y es ahí donde la esperanza marca la diferencia.
La buena noticia es que hay una luz al final. Esa luz se está acercando a nosotros para iluminar nuestro camino.
Solicite un ejemplar dejando un comentario en este blog o a través de la dirección de mail iasdlince@hotmail.com
El libro le será entregado en forma gratuita sin compromiso alguno por parte de quien lo solicite.
Este pequeño libro presenta una gran propuesta: quien tiene esperanza tiene un gran futuro.

viernes, 15 de marzo de 2013


EL RINCÓN TEOLÓGICO: El suicida, ¿se salva o se pierde?. Rafael Montesinos



Rafael Montesinos

Me ha tocado ministrar a familiares de personas cristianas que se suicidaron. En muchas ocasiones, estas personas fueron cristianos honorables. Se suicidaron luego de perder un ser querido por separación o por muerte, y en otras ocasiones luego de pasar por una situación de crisis profunda. Muchos no pueden entender el hecho de que un cristiano se suicide. Entonces no faltó quien condenara al difunto al lago de fuego sin consideración alguna por los familiares. Muchos no pueden ofrecen palabras de consuelo y probablemente no saben que decir.

Este escrito tiene como objetivo crear conciencia en aquellos que son prontos para juzgar, fomentar el entendimiento de los procesos que pueden ser conducentes al suicidio. Además, fomentar la idea que no siempre el suicidio es el producto de nuestros actos pecaminosos, sino de una crisis que no se supo manejar por la falta de ayuda en dicha crisis.

En la Biblia encontramos varios casos de personas que se quitaron la vida. Ahitofel, quién fue consejero del rey David (2 Samuel 15:12), conspiró contra el rey y se unió a la revuelta de Absalón contra el rey David (vers. 31). Ahitofel le propuso un plan a Absalón para acabar con la vida del rey David (2 Samuel 17:1-4). Absalón no siguió su consejo y prefirió seguir el consejo de Husay (vers. 6-17), cuando Ahitofel vio que no se había seguido su consejo se fue a su casa, se ahorcó y así murió (vers. 23).

El rey Saúl, al verse derrotado por los filisteos se echó sobre su espada al igual que su escudero (1 Samuel 31:4,5). El Espíritu de Jehová se había apartado del rey Saúl (1 Samuel 16:14) y ya no gozaba del favor de Dios (1 Samuel 15:23).

Judas, luego de traicionar a su maestro y venderlo por treinta piezas de plata fue y se ahorcó (Mateo 27:5).

Estos tres casos son un claro ejemplo de como las acciones pecaminosas pueden llevar a una persona al suicidio. “Muchos que han seguido su propia voluntad no santificada buscarán terminar sus improductivas vidas mediante el suicidio”. (Testimonies to Ministers and Gospel Workers, pág. 456). Estos tres casos ilustran como el pecado y la rebelión contra Dios conduce a la muerte. Estos actos suicidas son inexcusables ante el tribunal de Cristo.

Sansón se quitó la vida en un acto de venganza contra los filisteos (Jueces 16:28). Dijo “Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella...” (Jueces 16:30). En su humillación y sufrimiento Sansón reconoció su debilidad como nunca antes en su vida, y sus aflicciones le condujeron al arrepentimiento (Jueces 16:28 - Patriarchs and Prophets, pág. 566). Aunque arrepentido, Sansón se quitó la vida y ese es un hecho que no se puede obviar. Pero lo cierto es que el nombre de Sansón aparece en la lista de los hombres y mujeres de fe en Hebreos 11:32. De Sansón y de los otros en esa lista se dice lo siguiente: “Y todos estos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; porque Dios había provisto para nosotros algo mejor, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros” (Hebreos 11:39,40). A diferencia de Ahitofel, Saúl y Judas, Sansón resucitará en la primera resurrección cuando Cristo venga. El será perfeccionado con el pueblo de Dios.

¿Qué pasa por la mente de la persona antes de suicidarse? ¿Qué les motiva a tomar tan drástica medida? ¿Qué elementos pueden conducir una persona al suicidio, además de su pecaminosidad? Estas preguntas debieran ser consideradas antes de emitir juicio sobre el futuro que depara a quién se suicida. Algunos son prontos a juzgar y a condenar a estas personas sin consideración alguna. La historia de Sansón demuestra que no todos los suicidas se pierden. Con este planteamiento no se está justificando el suicidio. Por el contrario, ninguna persona en su sano juicio recurre a tal medida.

Hay veces que no son las acciones pecaminosas las que llevan a muchos a suicidarse. Una persona bajo una condición depresiva en extremo no razona adecuadamente y su juicio puede ser afectado negativamente por la tensión creada por la depresión, los problemas, la muerte de un ser querido o la ruptura de un noviazgo o un matrimonio.

Según el Dr. Arévalo Flores, crisis es “la interpretación de un evento o situación como una dificultad intolerable, que sobrepasa los recursos y los mecanismos de afrontamiento de una persona. A menudo no es el evento por sí mismo lo que causa la crisis, sino que es la percepción del evento por parte del paciente. Las personas que son incapaces de utilizar estrategias de afronte adecuadas pueden desarrollar manifestaciones afectivas, conductuales, cognitivas o físicas.” (Intervención en Crisis, Martín Arévalo Flores, Médico del Servicio de Neuro-Psiquiatría del Hospital Nacional Cayetano Heredia)

Una persona envuelta en una crisis profunda tiene dificultad para utilizar los mecanismos para afrontar la situación que le aqueja. Por lo tanto, es imperativo identificar a estas personas en crisis y proveerles la ayuda necesaria. Muchas de estas personas afrontan sus crisis a solas y sin ayuda alguna. Su juicio es afectado de tal forma que quedan imbuidos en su crisis y no ven más allá. Ni siquiera pueden ver a Dios en esos momentos. ¿Tomará Dios en cuenta la acción de una persona que no está en su sano juicio a la hora de emitir su justo juicio?

No debiéramos ser prontos a juzgar a quién se suicida sin conocer las causas. Muchas veces estas personas se suicidaron bajo una intensa tensión producida por la depresión y tomaron esta decisión repentina sin estar en su sano juicio. Dios es nuestro creador y el conoce todas nuestras luchas y todos nuestros problemas. Él sabe cómo la crisis afecta al ser humano. Por lo tanto, el juicio pertenece a Dios. No se debiera juzgar a una persona por un acto incorrecto. “El carácter se da a conocer, no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecuten, sino por la tendencia de las palabras y de los actos habituales en la vida diaria.” (El Camino a Cristo, pág. 58).

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios”. (2 Corintios 1:3,4)



Rafael Montesinos (M.A. Andrews University)
Actualmente trabaja para el estado de New Jersey como Especialista en Servicios a la Familia.
Además colabora con varias iglesias de la Conferencia Adventista del Atlántico en Pennsylvania.

miércoles, 9 de enero de 2013


Revista Adventista
CREACIÓN e INTERPRETACIÓN BÍBLICA
Marzo 2001, pp. 26-29.
Los días de la Creación, ¿son literales o figurados? – 1
Por Gerhard F. Hasel
Ante el embate del evolucionismo, este artículo provee un
fundamento bíblico para rebatirlo.
En décadas recientes, la creciente influencia del
creacionismo, en sus variantes de "ciencia creacionista",
“ciencia de los orígenes” y “ciencia teísta”, ha
generado un clima propicio para el surgimiento de
preguntas antiguas con una nueva sofisticación. Una
de ellas se refiere al significado que se asigna al término
“día” en los dos primeros capítulos de Génesis.
La naturaleza del relato de seis “días” en Génesis
1:5 al 31, y luego el “séptimo día” en 2:2 y 3,
son de interés especial porque en general se entiende
que estos textos se refieren a un período corto de una
semana. Analizaremos este asunto especifico en dos
artículos que escribimos como consecuencia de la
influencia de la corriente naturalista que sostiene la
hipótesis de la evolución, la cual plantea un contraste
entre el breve período del relato de la creación y las
largas épocas que demanda la evolución naturalista.
Vamos a considerar el uso de la palabra “días”
(hebreo yôm) por medio de los conocimientos de los
principales eruditos actuales. Hay eruditos liberales
y no liberales que afirman que la palabra “día” en
Génesis 1 tiene que ser exclusivamente entendida en
su sentido literal. Repasaremos algunas de estas razones
y agregaremos otras.
1. Consideraciones de los comentarios. El
influyente teólogo y exégeta del Antiguo Testamento,
Gerhard von Rad, afirma: “Los siete días deben
ser entendidos, sin lugar a dudas, como días reales y
como un tiempo en el mundo único e irrepetible”.
Gordon Wenham, un no concordista británico y estudioso
del Antiguo Testamento, señala: “Puede haber
poca duda de que aquí ‘día’ tiene su sentido básico de
un periodo de 24 horas”. James Barr, re-nombrado
semitista y erudito del Antiguo Testa-mento, asevera
estar en contra de los intérpretes que consideran la
palabra “día” de forma figurada. Para él, los “días” de
la creación son seis días literales que suman un
periodo de 144 horas. El critico de las formas Hermann
Gunkel hace mucho que planteó su conclusión:
“Los ‘días’ son ciertamente días y nada más”. A estas
voces se les unen muchas otras que comparten la
misma posición no concordista. Víctor P. Hamilton,
concordista liberal y erudito neoevangélico, afirma:
“Y quien haya sido el que escribió Génesis 1 estaba
convencido de que hablaba de días literales”. John
Stek, otro concordista liberal, presenta varios puntos
de apoyo para considerar la palabra “días” de forma
literal:
“Sostengo que no hay seña ni indicio en la
narración en sí [de Génesis 1] de que el autor haya
pensado que sus ‘días’ tuvieran variados significados
-primero, periodos indefinidos; luego, días solares- ni
de que, en razón de tener sus ‘días’ los limites de
‘tarde y mañana’, pudiera estar refiriéndose a largos
eones [eras] de tiempo. Su lenguaje es claro y simple,
y habla en términos llanos y sencillos de uno de los
elementos más comunes de la experiencia humana en
el mundo. [ ... ] Al narrar los actos creativos de
1
Dios, el autor fue impelido a ponerlos en la secuen-
cia que es familiar a la experiencia humana, y a
co-locarlos en el ‘tiempo’ que corresponde al patrón
humano de tiempo en su campo existencial”.
Aparte de los doctos concordistas o no concordistas,
hay numerosas voces de eruditos y comentaristas
que llegan a la misma conclusión de que los
“días” no pueden ser considerados más que como
literales, de 24 horas. Examinan con atención las interpretaciones
figuradas y no literales que se hacen
de la palabra “día” según aparece en Génesis 1, con
el fin de armonizarlas con los largos periodos que
requiere el modelo evolucionista de los orígenes. Pese
a todo, después de una cuidadosa investigación,
insisten en que el uso del vocablo “día” en Génesis y
en otras referencias, tiene la intención del autor y el
significado literal verdadero de día compuesto por 24
horas.
2. Consideraciones de la lexicograña. Los más
reconocidos léxicos y diccionarios de hebreo
publicados en el siglo XX afirman que el término
“día” en Génesis 1 conlleva el propósito de expresar
un día de 24 horas, es decir, un día solar.
El más reciente y prestigioso léxico publica-do se
refiere a Génesis 1 como la primera base de la
Escritura para la aceptación del día de 24 horas, por
medio del término hebreo yôm (“día”). El léxico hebreo-
inglés de Hollada expresa lo mismo: “día de 24
horas”. El léxico clásico hebreo BrownDriver-Briggs
también define el “día” de Creación en Génesis 1
como un término regular, “‘día’, definido por mañana
y tarde”.
Los lexicógrafos del hebreo se cuentan entre los
más ilustrados y calificados de los eruditos hebraicos.
Suelen ser cuidadosos en sus definiciones y,
además, en general, agregan alternativas si el término
las tiene o se justifican. Ninguno de los lexicógrafos
se ha apartado del significado de “día” en Génesis
1, de acuerdo con su uso habitual como día de 24
horas.
3. Consideraciones de los diccionarios. M. Saeboe
escribe en su aclamado Theological Dictionary
of the Old Testament (Diccionario teológico del
Antiguo Testamento) que “día” (yôm), en Génesis 1,
tiene sentido literal, con idea de “un día completo”.
Él no da ningún otro significado ni alternativa al término.
Ernst Jenni, distinguido erudito hebreo del siglo
XX, afirma en el diccionario teológico más usado que
el término “día” en Génesis debe ser entendido
literalmente como “día de 24 horas en el sentido de
unidad astronómica o de medida de tiempo para el
calendario”.
4. Consideraciones basadas en la semántica. El
campo de la semántica en lingüística se refiere a lo
que denominamos significado. Trata del problema de
la “exacta evaluación del significado de las expresiones
(palabras, frases, cláusulas, oraciones, etc.) según
son empleadas en el texto”.
La semántica nos exige prestar atención al problema
crucial del significado preciso de la palabra
hebrea yôm. ¿Seria posible que el término “día” en
Génesis 1 tuviera un significado figurado? ¿Debe entenderse
de acuerdo con las normas de la semántica
como un día literal? La semántica cobra mucha
importancia en virtud de que el término hebreo yôm,
tanto en singular como en plural, tiene una gran
variedad de acepciones, inclusive el significado de
“tiempo”, “tiempo de vida” y otros. ¿Es posible tomar
un significado más amplio por otra parte del
Antiguo Testamento y aplicarlo a Génesis 1?
¿Resolvería una aplicación así el problema del
conflicto entre la corta semana de la creación y las
largas eras exigidas por la evolución naturalista?
El término hebreo yôm, en su variedad de formas,
puede significar, además de un “día” literal, un tiempo,
un periodo de tiempo (Jueces 14:4) y, en un sentido
más general, “un mes de tiempo” (Génesis 29:14),
“dos años de tiempo” (2 Samuel 13:23; 14:28; Jeremías
28:3, 11), “tres semanas de tiempo” (Daniel 11 :
2, 3). En la forma plural puede significar “año” (1
Samuel 27:7), “una vida entera” (Génesis 47:8), y así
sucesivamente. Un buen léxico nos provee una lista
completa de las diversas posibilidades.
Es importante tener en cuenta que “el sentido
semántico de las palabras se distingue más claramen-
2
te en sus diversas combinaciones con otras palabras
y su campo semántico más extenso”. Por tanto, ¿cuáles
son los criterios semánticos y sintácticos para reconocer
los sentidos figurados, no literales, del término
hebreo yôm? Estos siempre se hallan conectados
con preposiciones, o con una frase preposicional
más verbo, o con construcciones compuestas, o con
expresiones técnicas, o con combinaciones genitivas
o con otras similares. En otras palabras, los significados
amplios no literales de esta palabra hebrea tienen
conexiones lingüísticas y contextuales especiales
que indican claramente que la intención no es su significado
literal. Si carece de estas conexiones lingüísticas,
entonces el término hebreo yôm no tiene
un significado figurado o no literal. En este último
caso debe ser entendido en su sentido de un día normal
de 24 horas.
La riqueza de significados de este término
hebreo nos obliga a estudiar el uso del término yôm
en Génesis 1 con el fin de poder compararlo con
otros usos. ¿Posee este capítulo los indicadores necesarios
por los cuales yôm puede ser claramente asociado
a un sentido literal o a otro no literal? ¿Cómo
es utilizado este término en Génesis l? ¿ Se usa en
combinación con otras palabras, preposiciones, relaciones
genitivas u otras, como ha sido mencionado
en el párrafo anterior, que podrían permitimos asignarle
un sentido no literal? Son precisamente estas
combinaciones semánticas y sintácticas las que nos
indican cuál es la intención del significado de este
término.
Presentaremos los usos del término yôm como lo
podría hacer cualquier experto que conoce el hebreo:
* El término yôm siempre se usa en singular.
* El término yôm siempre va unido a un
numeral. En Génesis 1:5 es un cardinal, y en los
pasajes de Génesis 1:1 al 22 es siempre un ordina1.
Más adelante comentaremos este hecho.
* El término yôm nunca aparece con una
preposición, con combinación genitiva, con una
construcción compuesta o con casos similares.
Siempre aparece como un sustantivo común.
* El término yôm siempre se define mediante una
frase temporal en la oración anterior: “y hubo tarde y
hubo mañana”. Esta cláusu1a cumple la función de
definición para la palabra “día”.
* El relato complementario de la creación en Génesis
2:4 al 25 contiene un sentido no literal y figurado
para el singular del término yôm (“día”). Cuando la
intención persigue un sentido no literal, se emplean
las convenciones semánticas y sintácticas usadas en
las otras citas del Antiguo Testamento para tales casos.
Por ejemplo, en el uso no literal de Génesis 2:4.
* Veamos cómo se usan estos criterios en Génesis
2:4. El sustantivo yôm se une a la preposición be y se
lee beyam. En segundo lugar se usa en una relación
constructiva con la forma infinitiva de asah, “hacer”.
Su lectura literal sería: “en el día del hacer”, Esta
combinación de “día” en singular con una preposición
constructiva y con un infinitivo da lugar a una conjunción
temporal, que sirve como una introducción
general de tiempo.
De forma literal, se leería Génesis 2:4 así: “En (el)
día del Señor Dios haciendo la tierra y cielo”. En
nuestro lenguaje, la parte “en (el) día del”, que en su
sintaxis es una conjunción temporal que sirve como
una introducción de tiempo, se traduciría mediante la
conjunción “cuando”. Entonces esta oración se leería:
“Cuando el Señor Dios hizo”. Este caso bien definido
de un sentido amplio y no literal para el uso de yôm
en el relato de la creación de Gé-nesis 2:4 al 25
muestra que el uso contrario en Génesis 1, sin ningún
calificativo que lo señale como de uso no literal, es
prueba de su sentido literal. El término yôm en Génesis
1 no lleva preposiciones; no forma parte de una
construcción y no lleva un indicador sintáctico que se
esperaría si el sentido fuera figurado y no literal. Por
eso, en Génesis 1 yôm pue-de entenderse únicamente
como un “día” literal de 24 horas.
Resumiendo, al comparar los usos semánticos y
sintácticos de yôm (“día”) en Génesis 1 con los usos
semánticos y sintácticos, y con las conexiones
lingüísticas de este término en otros pasajes del Antiguo
Testamento en los que tiene un sentido figura-
3
do, no podemos atribuirle el significado de un período
largo, ni de una edad o algo semejante. En hebreo,
su gramática, su sintaxis, sus estructuras lingüísticas,
así como su uso semántico, solamente nos
permiten el uso literal de “día” para los días de la
creación de Génesis l.
5. Consideraciones basadas en el uso singular.
El término hebreo yôm aparece en el Antiguo Testamento
hebreo 2.304 veces, de las cuales 1.452 están
en singular.
En el Pentateuco, los cinco libros de Moisés, este
término se usa 668 veces, y en el libro de Génesis se
emplea 152 veces. En Génesis se usa en singular 83
veces, y los demás son usos del plural.
En la enumeración de los seis “días” de la creación
el término “día” es usado de modo coherente en
singular. Hay un uso del plural en la frase “para días
y años” en el versículo 14, que naturalmente no alude
a “día” de la creación. El uso de este término en
“días y años” como medida de tiempo para el calendario,
fuerza a que sea literal. No cabe duda de que
en el versículo 14 se refiere a días literales, por lo
que el término “años” también tiene que ser literal.
Los otros usos de “día” en singular, de Génesis 1,
se encuentran en los versículos 5 y 16. “Y Dios
llamó a la luz día (yôm)” (vers. 5), y Dios hizo la
“luz mayor para gobernar el día” (vers. 16). El término
usado en el versículo 5 para referirse a la parte
del día con claridad de sol de ese período de 24
horas, contrasta con la parte nocturna, “la noche”
(vers.
16), de ese mismo período de tiempo. Juntos,
“día” y “noche” hacen un “día completo”.
Tenemos que reconocer que el término yôm en
cada uno de los seis días tiene la misma conexión:
* se usa en singular;
* lleva un numeral; y
* va precedido por la frase “hubo tarde y mañana”.
Este encadenamiento de tres eslabones en la
conexión del uso singular, unido por un numeral, y la
definición temporal de “tarde y mañana”, mantiene
la constancia del “día” de creación a través de todo
el relato. También revela que “el tiempo se concibe
como lineal, y los eventos acontecen en el tiempo de
forma sucesiva”.
El apartarse de este eslabonamiento numérico y
consecutivo, y de los límites de “tarde y mañana” en
un lenguaje tan directo, sería tomarse una libertad
exagerada con el sentido llano y directo del hebreo.
6. Consideraciones basadas en el uso de numerales.
Los seis ‘días’ de creación están unidos en
cada caso con un numeral en la secuencia de uno a
seis (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31). El día que sigue
al “día sexto”, el “día” en el cual Dios descansó, es
designado “el séptimo día” (Génesis 2:2 [2 veces],
3).
Lo que llama la atención significativamente es el
énfasis en la secuencia de los numerales 1 al 7 sin
ninguna separación o interrupción temporal. Este esquema
de siete días, los seis días de trabajo segui-do
por el “séptimo día” como descanso, entrelaza los
“días” de la creación como días normales en una secuencia
consecutiva y no interrumpida.
Cuando la palabra yôm (“día”) es empleada junto
con un numeral -lo que se repite 150 veces en el
Antiguo Testamento- se refiere invariablemente a un
día de 24 horas. Esta regla es persistente en el Antiguo
Testamento. La única excepción en los números
de uno a mil se encuentra en un texto escatológico
en Zacarías 14:7. La expresión hebrea yôm echad
empleada en este texto se traduce de varias maneras:
“Será único ese día” (Nácar-Colunga); “Y será un
día señalado” (Versión Moderna); y varias otras formas
según la versión. Se reconoce que es un texto
difícil en hebreo, y por lo tanto no cabe hacer comparaciones
con el uso de Génesis 1. (Continuará.) .
(No incluimos aquí la extensa bibliografía por falta de
espacio. Sí le interesa, solicítela a la editorial, y le será
enviada).
_______________
Gerhard F. Hasel, ya fallecido, fue profesor de la
Universidad Andrews (ver Ciencia de los Orígenes,
Enero-Agosto 1995).
4

martes, 8 de enero de 2013




http://4.bp.blogspot.com/-nZIueHOQZsc/T0aFGIqvqFI/AAAAAAAAABM/XekUerQwIek/s320/jesus-pescador.jpg
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: si alguno que quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame”. Mateo 16:24. Algunas personas creen que ser cristiano es solo aceptar a Jesús, ir unos momentos a la iglesia, evitar los problemas y practicar algunas creencias. La vida cristiana es mucho más que eso.


En primer lugar, se necesita tener una relación más profunda con Dios y una experiencia personal con Jesús a través del estudio diario de su Palabra y la oración secreta. En segundo lugar, hay que renunciar a todo aquello que alimenta nuestro ego y estar dispuesto a dar todo por el amor de Dios. Ser cristiano significa una entrega total a Dios y requiere de la renuncia del yo.

Los discípulos de Cristo estuvieron dispuestos a dar hasta sus propias vidas con tal de hacer la voluntad de Dios. Según la tradición y una investigación extrabíblica comentada por el historiador llamada Schumacher, relata la historia de cómo los discípulos y otros seguidores de Jesús murieron por causa del evangelio. Por ejemplo:


Mateo, murió hachado en una ciudad distante de Etiopía.
Marcos, murió en Alejandría, después de haber sido cruelmente arrastrado por las calles de la ciudad.
Lucas, fue colgado de un olivo para ser ahorcado en la clásica ciudad de Grecia.
Juan, fue puesto en una caldera de aceite hirviendo pero se libró de la muerte milagrosamente, y en la isla de Patmos fue marcado con un hierro candente.
Pedro, fue crucificado en Roma con la cabeza hacia abajo.
Jacob, fue degollado en Jerusalén.
Santiago el menor, fue arrojado de lo alto del templo y golpeado, y así murió.
Bartolomé, fue degollado vivo.
Andrés, fue atado a una cruz y de allí predicó a sus perseguidores hasta que murió.
Tomás, fue atravesado por una lanza, en la india.
Matías, primero fue apedreado y luego decapitado.
Bernabé de los gentiles, fue apedreado y muerto en Salónica.
Pablo, después de sufrir torturas y persecución, fue decapitado en Roma por el emperador Nerón.

Todos estos personajes hicieron historia, dieron tiempo, talento, dinero y sus propias vidas. Se negaron así mismos, llevaron la cruz de Cristo y siguieron al Señor hasta la muerte. ¿Qué significa negarse así mismo? Significa estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios y renunciar a nuestra voluntad. Es dejar de agradarme a mi mismo, hacer lo que a mí me gusta para poder hacer solamente lo que a Dios le agrada.

Lamentablemente, el cristianismo de hoy carece de entrega, compromiso y sacrificio por el Señor. Hay creyente que por cualquier problemita que tengan, ya no quieren seguir adelante en la vida cristiana. Tristemente, vivimos en tiempos en donde muchos cristianos son indiferentes en hacer la obra de Dios. Es doloroso ver congregaciones muy frías en su vida y trato espiritual, son muy pasivas en el compromiso de evangelizar y ganar almas para Cristo.

Si quieres mejorar tu estado espiritual y tu compromiso total de consagrarte al Señor, de hacer la obra de Dios, de servir a la iglesia y a tu prójimo, este es el mejor momento para que te evalúes y respondas a estas preguntas.

1. ¿Eres tú una de las personas que fácilmente se desanima cuando tienes algún problema?
2. ¿Cuánto tiempo dedicas al día para estar a solas con Dios?
3. ¿Eres un cristiano muy activo en las actividades de tu iglesia?
4. ¿Eres uno de los creyentes que solo va a la iglesia el Sábado por la mañana?
5. ¿Eres fiel en devolverle a Dios los diezmos y las ofrendas?
6. En lo que tienes de ser cristiano, ¿cuántas personas has evangelizado y las has llevado a los pies de Cristo?

El camino de la vida cristiana nunca ha sido fácil para aquellos que tratan de ser fieles a Dios. Los que trabajan y dedican tiempo para compartir el evangelio con otros siempre serán atacados por el enemigo. El diablo no pierde el tiempo con aquellos que no se preocupan por mejorar su vida espiritual ni se inquieta por los creyentes que no hacen nada por el Señor.

Los discípulos antes de conocer a Cristo, nunca se imaginaron que sus vidas iban a terminar como mártires por amor a Cristo. Su entrega a Jesús fue total, sin reservas y dieron lo mejor de sus vidas por causa del evangelio. Dios te está llamando para que tú también seas un seguidor de Cristo y que durante el día, no permitas que nada ni nadie te separe del amor de Dios. Que con la ayuda del Espíritu Santo, puedas ayudar a otras personas a que conozcan de la bendita gracia del Señor Jesús. Que al iniciar este nuevo día tú puedas entregarte totalmente a Dios y te conviertas en in instrumento de bendición para Dios.