Días de fiesta y días de reposoBy De Joe Crews
Derechos Reservados© 2003
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¿SIGUEN SIENDO OBLIGATORIAS?
¿Cuántos mandamientos contienen los Diez Mandamientos? ¿Suena como una pregunta tonta? Entonces considere el hecho de que miles de personas religiosas darían una respuesta como de "94" o 110 "“. Vea usted, hay una extraña creencia por parte de muchos que la gran ley escrita por Dios de los Diez Mandamientos fue en realidad una parte de la ley ceremonial de Moisés que contenía decenas de reglamentos específicos. Ellos no ven el decálogo como un sistema distinto y totalmente único por su autoría divina. Tampoco ven claro la limitación que establece la Biblia de este código moral llamándolo los DIEZ mandamientos.
Parece bastante obvio que uno diera fin efectivamente a los "Diez Mandamientos" por mezclarlos con noventa o cientos de otros y llamarlos "ordenanzas" en lugar de mandamientos. Tal esfuerzo radical se ha hecho para diluir la fuerza de las únicas palabras de la Biblia que Dios escribió con su propia mano. Además, las afirmaciones han llegado a afirmar que los Diez Mandamientos fueron una parte de la ley mesiánica de las ordenanzas que terminaron en la cruz, y que no estamos más obligados a obedecer el decálogo como el ofrecer corderos en sacrificio.
¿Existe alguna prueba positiva en las Escrituras que no había tal mezcla de la ley ceremonial y la moral en una? ¿Se puede demostrar que los Diez Mandamientos fueron de carácter permanente, de perpetua naturaleza, mientras que la ley ceremonial de los estatutos y ordenanzas llegó a su fin cuando Jesús murió? ¡En efecto hay abundancia de pruebas para responder a estas preguntas con un sí rotundo!
Dios dio a conocer esta distinción a Moisés su siervo, y Moisés lo explicó a la gente en el monte Horeb. "Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella. "(Deuteronomio 4:13, 14).
Tenga en cuenta cómo Moisés claramente separó los Diez Mandamientos, que "él os mandó", de los estatutos que "él me mandó" a dar al pueblo. La gran pregunta ahora es si los estatutos y derechos, que Moisés pasó a la gente, fueron designados como una “ley” separada y distinta.
Dios responde a esta importante cuestión, de tal manera que sin duda puede permanecer. "Y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó”. (2 Reyes 21:08). Aquí se nos asegura que las leyes que Moisés dio al pueblo se llamaban la “ley ". Cualquier niño puede discernir que se están describiendo a dos leyes diferentes. Dios habla de la ley "Yo mandé", y también la ley que "... Moisés ordenó. "A menos que esta verdad sea entendida apropiadamente, resultará en una confusión sin límites.
Daniel se inspiró para hacer la misma distinción cuidadosa cuando oró por el santuario desolado de su nación dispersa. "Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos”. (Daniel 9:11).
Una vez más, vemos que "tu ley" y "la ley de Moisés", y esta vez las dos son reconocidas por ser diferentes en su contenido. No hay maldiciones registradas en los diez mandamientos que Dios escribió, pero la ley que Moisés escribió contenía una abundancia de maldiciones y juicios.
Sin embargo, el principal punto de diferencia entre la ley de Dios y la ley de Moisés radica en la manera en que fueron registradas y preservadas. Ya hemos citado la declaración de Moisés que Dios, "los escribió (los Diez Mandamientos) en dos tablas de piedra" (Deuteronomio 4:13). Compare eso con Éxodo 31:18, "Dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios".
Nadie puede confundir este escrito con la forma en que fue producida la ley mesiánica. "Y Moisés escribió esta ley ... Y aconteció que cuando Moisés hubo acabado de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta que fueron terminadas, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y lo puso en el lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, que esté allí por testigo contra ti" (Deuteronomio 31:9, 24-26). Este libro de estatutos y decretos que Moisés escribió en un libro fue colocado en un bolsillo en el lado del arca. Por el contrario, la ley escrita por Dios en tablas de piedra se colocó dentro del Arca de la Alianza. "Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré" (Éxodo 25:16).
En este punto podemos observar varias distinciones en las dos leyes. Tenían diferentes autores, fueron escritas en distintos materiales, fueron colocadas en diferentes lugares y tenían un contenido totalmente diferente.
Parece bastante obvio que uno diera fin efectivamente a los "Diez Mandamientos" por mezclarlos con noventa o cientos de otros y llamarlos "ordenanzas" en lugar de mandamientos. Tal esfuerzo radical se ha hecho para diluir la fuerza de las únicas palabras de la Biblia que Dios escribió con su propia mano. Además, las afirmaciones han llegado a afirmar que los Diez Mandamientos fueron una parte de la ley mesiánica de las ordenanzas que terminaron en la cruz, y que no estamos más obligados a obedecer el decálogo como el ofrecer corderos en sacrificio.
¿Existe alguna prueba positiva en las Escrituras que no había tal mezcla de la ley ceremonial y la moral en una? ¿Se puede demostrar que los Diez Mandamientos fueron de carácter permanente, de perpetua naturaleza, mientras que la ley ceremonial de los estatutos y ordenanzas llegó a su fin cuando Jesús murió? ¡En efecto hay abundancia de pruebas para responder a estas preguntas con un sí rotundo!
Dios dio a conocer esta distinción a Moisés su siervo, y Moisés lo explicó a la gente en el monte Horeb. "Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que os enseñase los estatutos y juicios, para que los pusieseis por obra en la tierra a la cual pasáis a tomar posesión de ella. "(Deuteronomio 4:13, 14).
Tenga en cuenta cómo Moisés claramente separó los Diez Mandamientos, que "él os mandó", de los estatutos que "él me mandó" a dar al pueblo. La gran pregunta ahora es si los estatutos y derechos, que Moisés pasó a la gente, fueron designados como una “ley” separada y distinta.
Dios responde a esta importante cuestión, de tal manera que sin duda puede permanecer. "Y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó”. (2 Reyes 21:08). Aquí se nos asegura que las leyes que Moisés dio al pueblo se llamaban la “ley ". Cualquier niño puede discernir que se están describiendo a dos leyes diferentes. Dios habla de la ley "Yo mandé", y también la ley que "... Moisés ordenó. "A menos que esta verdad sea entendida apropiadamente, resultará en una confusión sin límites.
Daniel se inspiró para hacer la misma distinción cuidadosa cuando oró por el santuario desolado de su nación dispersa. "Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él pecamos”. (Daniel 9:11).
Una vez más, vemos que "tu ley" y "la ley de Moisés", y esta vez las dos son reconocidas por ser diferentes en su contenido. No hay maldiciones registradas en los diez mandamientos que Dios escribió, pero la ley que Moisés escribió contenía una abundancia de maldiciones y juicios.
Sin embargo, el principal punto de diferencia entre la ley de Dios y la ley de Moisés radica en la manera en que fueron registradas y preservadas. Ya hemos citado la declaración de Moisés que Dios, "los escribió (los Diez Mandamientos) en dos tablas de piedra" (Deuteronomio 4:13). Compare eso con Éxodo 31:18, "Dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios".
Nadie puede confundir este escrito con la forma en que fue producida la ley mesiánica. "Y Moisés escribió esta ley ... Y aconteció que cuando Moisés hubo acabado de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta que fueron terminadas, dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: Tomad este libro de la ley, y lo puso en el lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, que esté allí por testigo contra ti" (Deuteronomio 31:9, 24-26). Este libro de estatutos y decretos que Moisés escribió en un libro fue colocado en un bolsillo en el lado del arca. Por el contrario, la ley escrita por Dios en tablas de piedra se colocó dentro del Arca de la Alianza. "Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré" (Éxodo 25:16).
En este punto podemos observar varias distinciones en las dos leyes. Tenían diferentes autores, fueron escritas en distintos materiales, fueron colocadas en diferentes lugares y tenían un contenido totalmente diferente.
LA LEY CEREMONIAL ESTÁ EN CONTRAN DE NOSOTROS
Ahora echemos un vistazo a las ordenanzas ceremoniales que Moisés escribió en el libro. Estas debían descansar al "lado del arca... como un testigo en contra de ustedes”. Es interesante observar que las maldiciones y las sentencias de esta ley denunciaban sanciones por la transgresión que no existen en lo absoluto en los Diez Mandamientos. Por esta razón, la ley ceremonial fue considerada como una ley que estaba en "contra" de ellos. Incluso en el Nuevo Testamento leemos el mismo lenguaje descriptivo en referencia a esa ley. "Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz" (Colosenses 2:14).
Ciertamente, no había nada en la ley de los Diez Mandamientos que podría definirse como "contraria" a Pablo y la iglesia a la que estaba escribiendo. No estaba en "contra" de los primeros cristianos para abstenerse de adulterio, robar, mentir, etc. Por otra parte, esa ley moral era una protección enorme para ellos y favorecía cualquier interés en sus vidas. Sólo tenemos que leer la descripción exaltada de Pablo de la ley de Diez Mandamiento para reconocer que los principios eternos nunca fueron borrados o clavados en la cruz. Después de citar el décimo mandamiento del decálogo en Romanos 7:7, Pablo escribió estas palabras: " De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. " (versículo 12). Luego continuó en el versículo 14, "Porque sabemos que la ley es espiritual..”.
Si la ley de los Diez Mandamientos había sido borrada en la cruz, ¿habría hablado Pablo con tan encendido lenguaje de su perfección y espiritualidad? No habló de una ley pasada. Él dijo: "La ley es santa... la ley es espiritual. "En otras palabras, estaba muy viva y aun funcionando cuando Pablo le escribió a la iglesia romana. En contraste él describió al acta de los decretos y ordenanza en tiempo pasado: "estaba en contra de nosotros... Era contraria a nosotros”. Cierto es que no estaba hablando de la misma ley. Una de ellas era un presente y una ya había pasado.
Curiosamente, Pablo habló del quinto mandamiento tal como si estuviera en efecto cuando le escribió a los Efesios. " Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.(Efesios 6:1-3). Una vez más, nos encontramos con el gran apóstol afirmando que este mandamiento "ES" y no "ERA”. Si hubiera sido una parte de las ordenanzas descritas por el mismo escritor en Colosenses, él habría dicho: "... FUE el primer mandamiento con promesa”.
En la Iglesia del Nuevo Testamento había una gran cantidad de controversia sobre el tema de la circuncisión, que es un requisito importante de la ley ceremonial. En Hechos 15:05 leemos: "Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés”. Como todos sabemos, esto no podría referirse en ningún sentido a los Diez Mandamientos. Ni siquiera se menciona la circuncisión. Sin embargo, Pablo declaró: "La circuncisión es nada, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Corintios 7:19). Si la ley que trata con la circuncisión ahora no era NADA (abolida), entonces ¿a cuales "mandamientos" estaba exaltando a ser aún obligatorios? Habría que ser ciego para no ver dos leyes aquí. La ley moral permaneció, mientras que la ley de la circuncisión (ley ceremonial) fue abolida.
La verdad es que hay numerosas referencias en la Biblia que demuestran que la ley de tipos y sombras, debido a su aplicación temporal, nunca se consideró en igualdad con la ley moral eterna. Su sistema de sacrificios, el sacerdocio humanos y días festivos se instituyeron después que el pecado entró en el mundo y siempre apuntaba hacia la liberación del pecado que se forjó a través del verdadero Cordero y el sacerdote que había de venir: Jesús.
El escritor de Hebreos pasa mucho tiempo demostrando que la ley del sacerdocio levítico tendría que cambiar para dar cabida al sacerdocio de Jesús. Él no nació de la tribu de Leví, sino de la tribu de Judá. Por lo tanto, tenemos referencia hacia Jesús: " no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible” (Hebreos 7:12,16).
Este mandamiento "carnal" que trata de un sacerdocio humano se encuentra en la ley escrita a mano de Moisés. Contrasta fuertemente con la descripción de Pablo de los Diez Mandamientos como "espirituales" y "santos" y "buenos”. Nada puede ser carnal y espiritual al mismo tiempo. Ni puede haber algo "bueno" y no "bueno", al mismo tiempo. Sin embargo, en Ezequiel leemos estas palabras:
"Porque … profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir”. (Ezequiel 20:24, 25). Observe cuidadosamente cómo el profeta identifica la ley del Sábado, e inmediatamente después dice: "Yo les di estatutos también que se no eran buenos”. Tengan en cuenta que los Diez Mandamientos fueron llamados" santos, y justos, y buenos" (Romanos 7:12). A causa de sus maldiciones y juicios en contra de su constante desobediencia, la ley de Moisés estaba "contra" ellos y "no era buena.
Ciertamente, no había nada en la ley de los Diez Mandamientos que podría definirse como "contraria" a Pablo y la iglesia a la que estaba escribiendo. No estaba en "contra" de los primeros cristianos para abstenerse de adulterio, robar, mentir, etc. Por otra parte, esa ley moral era una protección enorme para ellos y favorecía cualquier interés en sus vidas. Sólo tenemos que leer la descripción exaltada de Pablo de la ley de Diez Mandamiento para reconocer que los principios eternos nunca fueron borrados o clavados en la cruz. Después de citar el décimo mandamiento del decálogo en Romanos 7:7, Pablo escribió estas palabras: " De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. " (versículo 12). Luego continuó en el versículo 14, "Porque sabemos que la ley es espiritual..”.
Si la ley de los Diez Mandamientos había sido borrada en la cruz, ¿habría hablado Pablo con tan encendido lenguaje de su perfección y espiritualidad? No habló de una ley pasada. Él dijo: "La ley es santa... la ley es espiritual. "En otras palabras, estaba muy viva y aun funcionando cuando Pablo le escribió a la iglesia romana. En contraste él describió al acta de los decretos y ordenanza en tiempo pasado: "estaba en contra de nosotros... Era contraria a nosotros”. Cierto es que no estaba hablando de la misma ley. Una de ellas era un presente y una ya había pasado.
Curiosamente, Pablo habló del quinto mandamiento tal como si estuviera en efecto cuando le escribió a los Efesios. " Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra”.(Efesios 6:1-3). Una vez más, nos encontramos con el gran apóstol afirmando que este mandamiento "ES" y no "ERA”. Si hubiera sido una parte de las ordenanzas descritas por el mismo escritor en Colosenses, él habría dicho: "... FUE el primer mandamiento con promesa”.
En la Iglesia del Nuevo Testamento había una gran cantidad de controversia sobre el tema de la circuncisión, que es un requisito importante de la ley ceremonial. En Hechos 15:05 leemos: "Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés”. Como todos sabemos, esto no podría referirse en ningún sentido a los Diez Mandamientos. Ni siquiera se menciona la circuncisión. Sin embargo, Pablo declaró: "La circuncisión es nada, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios" (1 Corintios 7:19). Si la ley que trata con la circuncisión ahora no era NADA (abolida), entonces ¿a cuales "mandamientos" estaba exaltando a ser aún obligatorios? Habría que ser ciego para no ver dos leyes aquí. La ley moral permaneció, mientras que la ley de la circuncisión (ley ceremonial) fue abolida.
La verdad es que hay numerosas referencias en la Biblia que demuestran que la ley de tipos y sombras, debido a su aplicación temporal, nunca se consideró en igualdad con la ley moral eterna. Su sistema de sacrificios, el sacerdocio humanos y días festivos se instituyeron después que el pecado entró en el mundo y siempre apuntaba hacia la liberación del pecado que se forjó a través del verdadero Cordero y el sacerdote que había de venir: Jesús.
El escritor de Hebreos pasa mucho tiempo demostrando que la ley del sacerdocio levítico tendría que cambiar para dar cabida al sacerdocio de Jesús. Él no nació de la tribu de Leví, sino de la tribu de Judá. Por lo tanto, tenemos referencia hacia Jesús: " no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible” (Hebreos 7:12,16).
Este mandamiento "carnal" que trata de un sacerdocio humano se encuentra en la ley escrita a mano de Moisés. Contrasta fuertemente con la descripción de Pablo de los Diez Mandamientos como "espirituales" y "santos" y "buenos”. Nada puede ser carnal y espiritual al mismo tiempo. Ni puede haber algo "bueno" y no "bueno", al mismo tiempo. Sin embargo, en Ezequiel leemos estas palabras:
"Porque … profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir”. (Ezequiel 20:24, 25). Observe cuidadosamente cómo el profeta identifica la ley del Sábado, e inmediatamente después dice: "Yo les di estatutos también que se no eran buenos”. Tengan en cuenta que los Diez Mandamientos fueron llamados" santos, y justos, y buenos" (Romanos 7:12). A causa de sus maldiciones y juicios en contra de su constante desobediencia, la ley de Moisés estaba "contra" ellos y "no era buena.
LA LEY MORAL EXISTÍA EN EL EDÉN
La ley mesiánica no es nunca comparada con el eterno código moral que funcionó desde el comienzo mismo de la historia humana. Aunque no fueron escritos hasta el Monte Sinaí, los Diez Mandamientos fueron comprendidos y honrados por los primeros patriarcas. Incluso Caín sabía que era un pecado matar, porque Dios le dijo que "el pecado está a la puerta" (Génesis 4:7) Después de haber asesinado a su hermano.
Es imposible que el pecado exista donde no hay ley. La Biblia enseña: "Porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Romanos 4:15). Una vez más se nos dice, "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; porque el pecado es la transgresión de la ley" (1 Juan 3:4). Este principio se amplifica aún más por la declaración de Pablo que "yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás" (Romanos 7:7).
Estos versículos aseguran la verdad de que ningún pecado puede ser atribuido donde la ley de los diez mandamientos no está en vigor. La declaración de Dios a Caín acerca del pecado yaciendo en la puerta fue en referencia a su plan para matar a Abel, una violación de uno de los mandamientos. Esta es una prueba absoluta de que la ley moral estaba en vigor en esa temprana fecha. Más tarde, José reveló que él estaba consciente de las reivindicaciones vinculantes de esa misma ley. Él dijo a la mujer de Putifar, "¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" (Génesis 39:9). Él sabía que el adulterio era pecado.
Abraham fue elogiado por Dios con estas palabras: "Debido a que Abraham obedeció mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes" (Génesis 26:5). Es muy obvio que la ley que Abraham obedeció fielmente no era la ley de Moisés, porque esa ley no fue dada hasta 430 años más tarde. Y acabamos de establecer que los Diez Mandamientos existían antes de Abraham, condenaban incluso a Caín por asesinato. Tampoco es posible para nosotros concebir que aquel gran santo Abraham no estaba familiarizado con las cuestiones básicas del bien y del mal contenidas en los Diez Mandamientos.
Es absolutamente cierto que otra ley se añadió 430 años más tarde, y era, además de la que Abraham guardó de forma diligente. "Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa" (Gálatas 3:17).
El contexto de este versículo indica que Pablo está hablando de la ley ceremonial y no de la ley moral de los Diez Mandamientos. En el verso diez, se refiere a las maldiciones "que están escritas en el libro de la ley". Sabemos que esto tenía que ser la ley mesiánica porque, como ya hemos señalado, no hay maldiciones escritas en la ley escrita en piedra.
¿Podemos encontrar una confirmación adicional de que esta ley posterior fue de hecho la ley de Moisés? La respuesta descansa en Gálatas 3:19. "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa…"..”. Aquí tenemos dos hechos significativos y establecidos refiriéndose a que la ley fue añadida. Se nos dice por qué se le dio, y también por cuánto tiempo permanecería en vigor.
PRIMERO: ¿Por qué fue dada? El verso dice claramente que era "causa de las rebeliones”. Esto es muy revelador, porque acabamos de establecer que "cuando no hay ley, tampoco hay transgresión" (Romanos 4:15). No se puede ser culpable de transgredir una ley que no existe. En este caso una ley, obviamente, existía, y había sido "quebrantada", por lo que es necesario añadir otra ley 430 años después del pacto de Dios con Abraham. Y puesto que se registra que "Abraham obedeció... mis leyes "(Génesis 26:5), Tenemos que creer que esa ley anterior, que Abraham observó, era los Diez Mandamientos. Moisés no había nacido aún, y no podría haber sido su ley.
Entonces, ¿qué debemos concluir con esta evidencia? Los Diez Mandamientos han sido violados, por lo que es necesario agregar la ley ceremonial. Pensándolo bien, esto tiene mucho sentido. Si una ley está hecha prohibiendo el asesinato, y se quebranta, entonces otra ley tendría que ser aprobada para prescribir la pena o castigo por quebrantar la primera ley. Ya hemos establecido que los Diez Mandamientos no contienen maldiciones (sanciones) o sentencias (castigos), pero la ley de Moisés se caracterizó por esas mismas cosas.
SEGUNDO: ¿Cuánto tiempo esta ley “AGREGADA” permanecerá en vigor? La Escritura dice: "Hasta que viniese la simiente”. No hay controversia sobre la identidad de esa semilla. Es Cristo. Pero, ¿tenemos pruebas de que la ley que fue borrada y clavada en la cruz era la ley de Moisés? Cualquiera que haya sido esa ley, es designada como la escritura a mano "de las ordenanzas”. En ninguna parte los Diez Mandamientos son identificados como ordenanzas. Ese término se aplica a los códigos jurídicos locales que son muy estrechos y limitados, tales como "ordenanzas" de la ciudad que se extienden sólo a los límites de la ciudad. En comparación, los Diez Mandamientos se parecen más a la constitución de los Estados Unidos.
Es imposible que el pecado exista donde no hay ley. La Biblia enseña: "Porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión" (Romanos 4:15). Una vez más se nos dice, "Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; porque el pecado es la transgresión de la ley" (1 Juan 3:4). Este principio se amplifica aún más por la declaración de Pablo que "yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás" (Romanos 7:7).
Estos versículos aseguran la verdad de que ningún pecado puede ser atribuido donde la ley de los diez mandamientos no está en vigor. La declaración de Dios a Caín acerca del pecado yaciendo en la puerta fue en referencia a su plan para matar a Abel, una violación de uno de los mandamientos. Esta es una prueba absoluta de que la ley moral estaba en vigor en esa temprana fecha. Más tarde, José reveló que él estaba consciente de las reivindicaciones vinculantes de esa misma ley. Él dijo a la mujer de Putifar, "¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" (Génesis 39:9). Él sabía que el adulterio era pecado.
Abraham fue elogiado por Dios con estas palabras: "Debido a que Abraham obedeció mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes" (Génesis 26:5). Es muy obvio que la ley que Abraham obedeció fielmente no era la ley de Moisés, porque esa ley no fue dada hasta 430 años más tarde. Y acabamos de establecer que los Diez Mandamientos existían antes de Abraham, condenaban incluso a Caín por asesinato. Tampoco es posible para nosotros concebir que aquel gran santo Abraham no estaba familiarizado con las cuestiones básicas del bien y del mal contenidas en los Diez Mandamientos.
Es absolutamente cierto que otra ley se añadió 430 años más tarde, y era, además de la que Abraham guardó de forma diligente. "Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa" (Gálatas 3:17).
El contexto de este versículo indica que Pablo está hablando de la ley ceremonial y no de la ley moral de los Diez Mandamientos. En el verso diez, se refiere a las maldiciones "que están escritas en el libro de la ley". Sabemos que esto tenía que ser la ley mesiánica porque, como ya hemos señalado, no hay maldiciones escritas en la ley escrita en piedra.
¿Podemos encontrar una confirmación adicional de que esta ley posterior fue de hecho la ley de Moisés? La respuesta descansa en Gálatas 3:19. "Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa…"..”. Aquí tenemos dos hechos significativos y establecidos refiriéndose a que la ley fue añadida. Se nos dice por qué se le dio, y también por cuánto tiempo permanecería en vigor.
PRIMERO: ¿Por qué fue dada? El verso dice claramente que era "causa de las rebeliones”. Esto es muy revelador, porque acabamos de establecer que "cuando no hay ley, tampoco hay transgresión" (Romanos 4:15). No se puede ser culpable de transgredir una ley que no existe. En este caso una ley, obviamente, existía, y había sido "quebrantada", por lo que es necesario añadir otra ley 430 años después del pacto de Dios con Abraham. Y puesto que se registra que "Abraham obedeció... mis leyes "(Génesis 26:5), Tenemos que creer que esa ley anterior, que Abraham observó, era los Diez Mandamientos. Moisés no había nacido aún, y no podría haber sido su ley.
Entonces, ¿qué debemos concluir con esta evidencia? Los Diez Mandamientos han sido violados, por lo que es necesario agregar la ley ceremonial. Pensándolo bien, esto tiene mucho sentido. Si una ley está hecha prohibiendo el asesinato, y se quebranta, entonces otra ley tendría que ser aprobada para prescribir la pena o castigo por quebrantar la primera ley. Ya hemos establecido que los Diez Mandamientos no contienen maldiciones (sanciones) o sentencias (castigos), pero la ley de Moisés se caracterizó por esas mismas cosas.
SEGUNDO: ¿Cuánto tiempo esta ley “AGREGADA” permanecerá en vigor? La Escritura dice: "Hasta que viniese la simiente”. No hay controversia sobre la identidad de esa semilla. Es Cristo. Pero, ¿tenemos pruebas de que la ley que fue borrada y clavada en la cruz era la ley de Moisés? Cualquiera que haya sido esa ley, es designada como la escritura a mano "de las ordenanzas”. En ninguna parte los Diez Mandamientos son identificados como ordenanzas. Ese término se aplica a los códigos jurídicos locales que son muy estrechos y limitados, tales como "ordenanzas" de la ciudad que se extienden sólo a los límites de la ciudad. En comparación, los Diez Mandamientos se parecen más a la constitución de los Estados Unidos.
¿Cuál ley fue borrada?
Pero echemos un vistazo más de cerca a ese texto en Colosenses 2:14-16 para obtener la imagen real. Después de describir el "borrar" y "clavar" de las ordenanzas, Pablo escribió: "Que no os juzgue nadie por lo tanto, en la carne, o en la bebida”. La palabra "pues" significa "sobre la base de lo que se acaba de decir, tenemos que llegar a esta conclusión. "En otras palabras, él estaba diciendo," Con base al hecho de que las ordenanzas han sido borradas, POR LO TANTO no deje a nadie os juzgue en la carne o en la bebida”.
Ahora comenzamos a ver con claridad que la ley estaba en discusión. ¿Hay algo en los Diez Mandamientos acerca de la carne y la bebida?
Pero vamos a leer el resto del texto que tenemos ante nosotros: "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o respecto a días de fiesta, o de la luna nueva, o de los días de reposo: los cuales son un sombra de lo que vendrá, Pero el cuerpo es de Cristo "(Colosenses 2:16, 17).
Pregunta: ¿Podrían estos días de reposo estar hablando acerca del Sábado del séptimo día de la ley de los diez mandamientos? No. Debido a que están claramente definidas como "sombras de lo que vendrá”. Por favor, tenga en cuenta que el Sábado semanal fue instituido por Dios antes de que el pecado entrara en el mundo. ¡NO PODRÌA HABER HABIDO TIPOS O SOMBRAS ANTES DE LA EXISTENCIA DEL PECADO! Todas las sombras se introdujeron a causa del pecado y apuntaban hacia la liberación del pecado por medio de Cristo. Por ejemplo, todos los corderos sacrificados representaban a Jesús, el verdadero Cordero, que iba a morir por los pecados del mundo. Si el pecado no hubiese entrado en el mundo, no hubiese habido necesidad de un Salvador, por lo tanto, no hay necesidad de corderos o sombras que apunten a un Salvador.
Así que estos días "día de reposo los cual son una sombra" no podrían estar refiriéndose al Sábado del séptimo día. Pero, ¿de qué otros días de reposo podrían estar hablando? ¿Había "días de reposo" aparte de los Sábados semanales? Sí, había Sábados anuales que no tenían absolutamente nada que ver con el día de reposo del séptimo día del decálogo. Y fueron definitivamente una parte del sistema de las “ordenanzas “que terminó en la cruz.
Como prueba de esto, volvamos a la ley de Moisés y a leer acerca de estos días de fiesta anual, que eran días de reposo en penumbra. "Habla a los hijos de Israel, diciendo: En el mes séptimo, en el primer día del mes, tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, una santa convocación" (Levítico 23:24). Una vez más, leemos: "a los diez días de este mes séptimo será el día de expiación... Día de reposo será a vosotros "(versículos 27, 32).
Como se puede ver claramente, estos días de reposo anuales caían en un día distinto de la semana cada año, y Dios específicamente explicaba que no se debía confundir con el día de reposo semanal. " Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo, además de los días de reposo de Jehová "(versículos 37, 38).
Ahora podemos entender a lo que Pablo se refería en Colosenses cuando escribió acerca de la carne y la bebida y los días de reposo que son sombras. Había ciertas ofrendas prescritas para cada uno de esos días de fiesta al año, y eran sombras apuntando al sacrificio futuro de Jesús. Pero la Biblia dice que estas eran "Además de los Sábados de Jehová", o el día de reposo del séptimo día.
Ahora está plenamente establecido cuál ley se borró y se clavó a la cruz. En el momento de la muerte de Cristo, el velo del templo se rasgó de arriba abajo por una mano invisible (Mateo 27:51). El lugar más sagrado del santuario fue expuesto donde el derrame de sangre registraba todos los pecados del pueblo. Pero no era necesario más derrame de sangre, ya no había necesidad de degollar corderos; el verdadero Cordero había llegado a todos los sacrificios que lo señalaban. De aquí en adelante, sería una negación del Salvador el traer los animales. Sería como negar que Él fuera el cumplimiento de todas las sombras y tipos. Por lo tanto, estaría " en contra de nosotros" o "contrario a nosotros" el continuar la observación de la ley de Moisés.
Para aclarar esta cuestión, vamos a hacer una o dos preguntas simples. El día antes de que Jesús muriera, ¿habría sido un pecado que un hombre se negara a traer un cordero con el fin de que sus pecados fuesen perdonados? La respuesta, por supuesto, es sí. Hubiera sido un pecado, porque ésa era la única manera de ser perdonado. Otra pregunta: ¿Hubiera sido pecado el negarse a llevar ese cordero, EL DÍA DESPUÉS DE QUE JESUS MURIÓ? No, porque el verdadero Cordero había muerto, el velo había sido arrancado, y las ordenanzas borradas. Una ley había sido abolida para ser clavada a la cruz: la ley ceremonial de Moisés. Pablo se refirió a la misma ley en Efesios 2:15 "aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas…”.
Ahora vamos a hacer otra pregunta: Un día antes de que Jesús muriera, ¿era pecado robar? Sin duda lo era. El día después de morir, ¿era pecado robar? La respuesta es sí, era tan erróneo como el día anterior a su muerte. Obviamente, todo lo referente al borre de los ordenanzas, los tipos y las sombras no afectaron al gran código moral de los Diez Mandamientos en lo más mínimo, todos ellos aplicaban después al igual que antes de que Cristo muriera.
Hay cristianos hoy en día que siguen insistiendo en que los Sábados anuales deben ser observados con el día de reposo semanal. Si tal hecho fuese necesario, entonces, ¿Cuáles fueron los días de reposo que fueron borrados y clavados en la cruz? ¿Y cuál era el "día de fiesta", mencionado por san Pablo como abolido junto con esos días de "reposo que eran sombras de lo que vendrá?" La palabra griega que significa "día de fiesta" es heorte, Que también se utiliza para designar a uno de los festivales anuales de los judíos: "Después de esto hubo una fiesta (heorte) de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén" Juan 5:1. Este es sin duda uno de los días santos que Pablo habló haber sido abolido. Por el contrario, el Sábado semanal nunca es mencionado como “una fiesta ", tampoco es conectado en algún momento a los judíos en expresiones tales como "día de reposo de los judíos”. Fue sólo designado como el día de reposo "del Señor”.
Es más que un interés pasajero que algunos de los comentaristas más conocidos de la Biblia (como Adam Clarke y Albert Barnes) están de acuerdo en que Pablo no está hablando de que los Diez Mandamientos se abolieron en la cruz. Dwight L. Moody, el Dr. CI Schofield y Billy Graham también afirman fuertemente que la ley abolida fue la ley ceremonial.
Ahora comenzamos a ver con claridad que la ley estaba en discusión. ¿Hay algo en los Diez Mandamientos acerca de la carne y la bebida?
Pero vamos a leer el resto del texto que tenemos ante nosotros: "Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o respecto a días de fiesta, o de la luna nueva, o de los días de reposo: los cuales son un sombra de lo que vendrá, Pero el cuerpo es de Cristo "(Colosenses 2:16, 17).
Pregunta: ¿Podrían estos días de reposo estar hablando acerca del Sábado del séptimo día de la ley de los diez mandamientos? No. Debido a que están claramente definidas como "sombras de lo que vendrá”. Por favor, tenga en cuenta que el Sábado semanal fue instituido por Dios antes de que el pecado entrara en el mundo. ¡NO PODRÌA HABER HABIDO TIPOS O SOMBRAS ANTES DE LA EXISTENCIA DEL PECADO! Todas las sombras se introdujeron a causa del pecado y apuntaban hacia la liberación del pecado por medio de Cristo. Por ejemplo, todos los corderos sacrificados representaban a Jesús, el verdadero Cordero, que iba a morir por los pecados del mundo. Si el pecado no hubiese entrado en el mundo, no hubiese habido necesidad de un Salvador, por lo tanto, no hay necesidad de corderos o sombras que apunten a un Salvador.
Así que estos días "día de reposo los cual son una sombra" no podrían estar refiriéndose al Sábado del séptimo día. Pero, ¿de qué otros días de reposo podrían estar hablando? ¿Había "días de reposo" aparte de los Sábados semanales? Sí, había Sábados anuales que no tenían absolutamente nada que ver con el día de reposo del séptimo día del decálogo. Y fueron definitivamente una parte del sistema de las “ordenanzas “que terminó en la cruz.
Como prueba de esto, volvamos a la ley de Moisés y a leer acerca de estos días de fiesta anual, que eran días de reposo en penumbra. "Habla a los hijos de Israel, diciendo: En el mes séptimo, en el primer día del mes, tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, una santa convocación" (Levítico 23:24). Una vez más, leemos: "a los diez días de este mes séptimo será el día de expiación... Día de reposo será a vosotros "(versículos 27, 32).
Como se puede ver claramente, estos días de reposo anuales caían en un día distinto de la semana cada año, y Dios específicamente explicaba que no se debía confundir con el día de reposo semanal. " Estas son las fiestas solemnes de Jehová, a las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda encendida a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su tiempo, además de los días de reposo de Jehová "(versículos 37, 38).
Ahora podemos entender a lo que Pablo se refería en Colosenses cuando escribió acerca de la carne y la bebida y los días de reposo que son sombras. Había ciertas ofrendas prescritas para cada uno de esos días de fiesta al año, y eran sombras apuntando al sacrificio futuro de Jesús. Pero la Biblia dice que estas eran "Además de los Sábados de Jehová", o el día de reposo del séptimo día.
Ahora está plenamente establecido cuál ley se borró y se clavó a la cruz. En el momento de la muerte de Cristo, el velo del templo se rasgó de arriba abajo por una mano invisible (Mateo 27:51). El lugar más sagrado del santuario fue expuesto donde el derrame de sangre registraba todos los pecados del pueblo. Pero no era necesario más derrame de sangre, ya no había necesidad de degollar corderos; el verdadero Cordero había llegado a todos los sacrificios que lo señalaban. De aquí en adelante, sería una negación del Salvador el traer los animales. Sería como negar que Él fuera el cumplimiento de todas las sombras y tipos. Por lo tanto, estaría " en contra de nosotros" o "contrario a nosotros" el continuar la observación de la ley de Moisés.
Para aclarar esta cuestión, vamos a hacer una o dos preguntas simples. El día antes de que Jesús muriera, ¿habría sido un pecado que un hombre se negara a traer un cordero con el fin de que sus pecados fuesen perdonados? La respuesta, por supuesto, es sí. Hubiera sido un pecado, porque ésa era la única manera de ser perdonado. Otra pregunta: ¿Hubiera sido pecado el negarse a llevar ese cordero, EL DÍA DESPUÉS DE QUE JESUS MURIÓ? No, porque el verdadero Cordero había muerto, el velo había sido arrancado, y las ordenanzas borradas. Una ley había sido abolida para ser clavada a la cruz: la ley ceremonial de Moisés. Pablo se refirió a la misma ley en Efesios 2:15 "aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas…”.
Ahora vamos a hacer otra pregunta: Un día antes de que Jesús muriera, ¿era pecado robar? Sin duda lo era. El día después de morir, ¿era pecado robar? La respuesta es sí, era tan erróneo como el día anterior a su muerte. Obviamente, todo lo referente al borre de los ordenanzas, los tipos y las sombras no afectaron al gran código moral de los Diez Mandamientos en lo más mínimo, todos ellos aplicaban después al igual que antes de que Cristo muriera.
Hay cristianos hoy en día que siguen insistiendo en que los Sábados anuales deben ser observados con el día de reposo semanal. Si tal hecho fuese necesario, entonces, ¿Cuáles fueron los días de reposo que fueron borrados y clavados en la cruz? ¿Y cuál era el "día de fiesta", mencionado por san Pablo como abolido junto con esos días de "reposo que eran sombras de lo que vendrá?" La palabra griega que significa "día de fiesta" es heorte, Que también se utiliza para designar a uno de los festivales anuales de los judíos: "Después de esto hubo una fiesta (heorte) de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén" Juan 5:1. Este es sin duda uno de los días santos que Pablo habló haber sido abolido. Por el contrario, el Sábado semanal nunca es mencionado como “una fiesta ", tampoco es conectado en algún momento a los judíos en expresiones tales como "día de reposo de los judíos”. Fue sólo designado como el día de reposo "del Señor”.
Es más que un interés pasajero que algunos de los comentaristas más conocidos de la Biblia (como Adam Clarke y Albert Barnes) están de acuerdo en que Pablo no está hablando de que los Diez Mandamientos se abolieron en la cruz. Dwight L. Moody, el Dr. CI Schofield y Billy Graham también afirman fuertemente que la ley abolida fue la ley ceremonial.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS EN EL CIELO
Tal vez deberíamos preguntarnos justo en este punto, ¿cuál es el significado de las tablas de la ley de Dios que se encuentran dentro del arca de la alianza? Recuerde que este espacio fue el más santo en la tierra, ya que representaba el trono de Dios. Dios había dicho: "Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines " (Éxodo 25:22). Por debajo de esa gloria Shekinah, que simboliza la presencia de Dios, coloca a esa santa ley por medio de la cual el pecado es definido. Y allí, como sabemos por las Escrituras, Jesús, nuestro Sumo Sacerdote, fue designado para implorar su sangre por los pecadores.
El santuario terrenal fue copiado por Moisés desde el patrón en el cielo. Todo su ministerio sacerdotal era un tipo y sombra de la obra de Jesús, el verdadero Sumo Sacerdote, en el santo y los lugares más santos del santuario celestial. "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios " (Hebreos 9:24). Juan el Revelador vio el santuario original en el cielo donde Cristo ahora ministra como Sumo Sacerdote para interceder por el pecado. ¿Qué es el pecado? "El pecado es la transgresión de la ley" (1 Juan 3:4). ¿Cuál ley? Juan da la respuesta en Apocalipsis 11:19, "... Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca del pacto. "
¡Piense en esto por un momento! Esta es la pieza real sobre la cual todo el Antiguo Testamento fue modelado. Aquí está el verdadero Sumo Sacerdote, la mediación real, y dentro del arca de la alianza, los verdaderos Diez Mandamientos. Pero por favor considere este horrendo escenario: si la ley que estaba en el arca fue abolida en la cruz, ¡Cristo está mediando por la transgresión de una ley obsoleta! Tenga en cuenta que Juan está viendo esta escena celestial años y años después de la cruz. ¡Aún hoy se encuentra allí! En la sala del trono de Dios, sobre el propiciatorio, donde su sangre está derramada ahora para la limpieza del pecado. El pecado es todavía lo que ha sido siempre, y los ministros de Cristo son su sangre por el pecado. No es de extrañare que el propiciatorio se encuentre justo encima de la ley quebrantada. Retirar el arca que contenía la ley de Dios y es retirar el fundamento de su trono, Su gobierno. También retire la ley por la que el pecado puede ser definido y juzgado. Si no hay ley, no puede haber transgresión, y por lo tanto, no hay necesidad de un intercesor o de un Salvador.
Con el santuario celestial ubicado de manera tan definitiva en el salón del trono de Dios sobre el arca que contenía los Diez Mandamientos, no hay una pizca de evidencia que reste en contra de la validez de esa ley. La verdad es que todos los hombres serán juzgados en base al código eterno, el cual constituye el fundamento del gobierno de Dios. Santiago escribió: "Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley" (Santiago 2:10-12).
No se pierda por ningún motivo las tremendas verdades contenidas en estos versículos. ¡Esta es la ley por la que seremos juzgados! ¿Cuál ley es? Santiago no deja lugar a dudas. Cita a dos de los Diez Mandamientos. Pero nótese cómo se define esta ley como una unidad completa en sí misma. Afirma que somos responsables de guardar "toda la ley”. ¿Cuántos mandamientos están contenidos en "toda la ley"? ¡Exactamente diez! ¿En qué nos convertimos si rompemos alguno de los diez? "Un transgresor de la ley", Santiago responde. Y eso es a lo que se le llama pecado en la Biblia. "El pecado es la transgresión de la ley" (1ª de Juan 3:4).
¿Por qué vino Jesús? "Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Note que Jesús vino a salvarnos de violar la ley, pero "... si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo "(1ª de Juan 2:1). Aquí tenemos una imagen de nuestro sumo sacerdote, nuestro abogado, intercediendo por su propia sangre en el santuario celestial ante el trono del Padre en nombre de aquellos que quebrantan su ley. ¿Dónde está situado el trono? En el arca de la alianza con la ley por la cual Santiago dice que todos "serán juzgados".
¿Hay alguna validez al argumento de que los Diez Mandamientos fueron todos abolidos en la cruz, y después nueve de ellos restaurados en el Nuevo Testamento? Esta es una invención engañosa para intentar la evasión del cuarto mandamiento. Ningún cristiano ha encontrado alguna vez culpabilidad con nueve de los mandamientos. ¿Por qué querrían deshacerse del cuarto? Obviamente porque lo están rompiendo y no quiero creer que son condenados por el mismo. ¿Pueden anular el decálogo completo y luego restablecer nueve de ellos? Hemos demostrado ya que sólo la ley de Moisés fue anulada, no los Diez Mandamientos. Por otra parte, Santiago declaró que la ley entere es obligatoria, y el quebrantar cualquiera de ellos es pecado. ¿Cómo puede alguien extraer el cuarto mandamiento de los Diez Mandamientos y todavía llamarle una "ley completa"?
Por cierto, el Sábado se menciona en el Nuevo Testamento más que cualquiera de los otros nueve. Esto podría estar vinculado al hecho de que Dios ha elegido, al parecer, al cuarto mandamiento para ser la gran prueba de su ley. En Éxodo 16 usó el día de reposo del séptimo día para "que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no" (Éxodo 16:04).
¿Hay razones para creer que el Sábado contiene una cierta cualidad de prueba que no se puede encontrar en ninguno de los otros nueve mandamientos? Es una pregunta interesante para contemplarse. Además de ser redactado de una manera totalmente diferente ("recordar" en lugar de "tú no"), el cuarto mandamiento es el que no tiene un estigma para ser quebrantado. Uno podría abstenerse de robar por miedo a ir a la cárcel, y de adulterio por temor a ser fusilado por un cónyuge enfadado. De hecho, es ilegal quebrantar algunos de los Diez Mandamientos, por lo que podrían ser obedecidos simplemente para evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. PERO CONSIDERE ESTO: EN NUESTRO MUNDO ACTUAL, ¡EL CUARTO MANDAMIENTO REALMENTE EJERCE UNA ESTIGMA PARA SER RESPETADO! Debido a esto, la única razón por la que uno erigiría obedecer es por amor a Cristo y escoger hacer su voluntad por encima de la nuestra. Por lo tanto, esto constituiría una prueba especial de auténtico amor a Cristo.
El santuario terrenal fue copiado por Moisés desde el patrón en el cielo. Todo su ministerio sacerdotal era un tipo y sombra de la obra de Jesús, el verdadero Sumo Sacerdote, en el santo y los lugares más santos del santuario celestial. "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios " (Hebreos 9:24). Juan el Revelador vio el santuario original en el cielo donde Cristo ahora ministra como Sumo Sacerdote para interceder por el pecado. ¿Qué es el pecado? "El pecado es la transgresión de la ley" (1 Juan 3:4). ¿Cuál ley? Juan da la respuesta en Apocalipsis 11:19, "... Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca del pacto. "
¡Piense en esto por un momento! Esta es la pieza real sobre la cual todo el Antiguo Testamento fue modelado. Aquí está el verdadero Sumo Sacerdote, la mediación real, y dentro del arca de la alianza, los verdaderos Diez Mandamientos. Pero por favor considere este horrendo escenario: si la ley que estaba en el arca fue abolida en la cruz, ¡Cristo está mediando por la transgresión de una ley obsoleta! Tenga en cuenta que Juan está viendo esta escena celestial años y años después de la cruz. ¡Aún hoy se encuentra allí! En la sala del trono de Dios, sobre el propiciatorio, donde su sangre está derramada ahora para la limpieza del pecado. El pecado es todavía lo que ha sido siempre, y los ministros de Cristo son su sangre por el pecado. No es de extrañare que el propiciatorio se encuentre justo encima de la ley quebrantada. Retirar el arca que contenía la ley de Dios y es retirar el fundamento de su trono, Su gobierno. También retire la ley por la que el pecado puede ser definido y juzgado. Si no hay ley, no puede haber transgresión, y por lo tanto, no hay necesidad de un intercesor o de un Salvador.
Con el santuario celestial ubicado de manera tan definitiva en el salón del trono de Dios sobre el arca que contenía los Diez Mandamientos, no hay una pizca de evidencia que reste en contra de la validez de esa ley. La verdad es que todos los hombres serán juzgados en base al código eterno, el cual constituye el fundamento del gobierno de Dios. Santiago escribió: "Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley" (Santiago 2:10-12).
No se pierda por ningún motivo las tremendas verdades contenidas en estos versículos. ¡Esta es la ley por la que seremos juzgados! ¿Cuál ley es? Santiago no deja lugar a dudas. Cita a dos de los Diez Mandamientos. Pero nótese cómo se define esta ley como una unidad completa en sí misma. Afirma que somos responsables de guardar "toda la ley”. ¿Cuántos mandamientos están contenidos en "toda la ley"? ¡Exactamente diez! ¿En qué nos convertimos si rompemos alguno de los diez? "Un transgresor de la ley", Santiago responde. Y eso es a lo que se le llama pecado en la Biblia. "El pecado es la transgresión de la ley" (1ª de Juan 3:4).
¿Por qué vino Jesús? "Llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21). Note que Jesús vino a salvarnos de violar la ley, pero "... si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo "(1ª de Juan 2:1). Aquí tenemos una imagen de nuestro sumo sacerdote, nuestro abogado, intercediendo por su propia sangre en el santuario celestial ante el trono del Padre en nombre de aquellos que quebrantan su ley. ¿Dónde está situado el trono? En el arca de la alianza con la ley por la cual Santiago dice que todos "serán juzgados".
¿Hay alguna validez al argumento de que los Diez Mandamientos fueron todos abolidos en la cruz, y después nueve de ellos restaurados en el Nuevo Testamento? Esta es una invención engañosa para intentar la evasión del cuarto mandamiento. Ningún cristiano ha encontrado alguna vez culpabilidad con nueve de los mandamientos. ¿Por qué querrían deshacerse del cuarto? Obviamente porque lo están rompiendo y no quiero creer que son condenados por el mismo. ¿Pueden anular el decálogo completo y luego restablecer nueve de ellos? Hemos demostrado ya que sólo la ley de Moisés fue anulada, no los Diez Mandamientos. Por otra parte, Santiago declaró que la ley entere es obligatoria, y el quebrantar cualquiera de ellos es pecado. ¿Cómo puede alguien extraer el cuarto mandamiento de los Diez Mandamientos y todavía llamarle una "ley completa"?
Por cierto, el Sábado se menciona en el Nuevo Testamento más que cualquiera de los otros nueve. Esto podría estar vinculado al hecho de que Dios ha elegido, al parecer, al cuarto mandamiento para ser la gran prueba de su ley. En Éxodo 16 usó el día de reposo del séptimo día para "que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no" (Éxodo 16:04).
¿Hay razones para creer que el Sábado contiene una cierta cualidad de prueba que no se puede encontrar en ninguno de los otros nueve mandamientos? Es una pregunta interesante para contemplarse. Además de ser redactado de una manera totalmente diferente ("recordar" en lugar de "tú no"), el cuarto mandamiento es el que no tiene un estigma para ser quebrantado. Uno podría abstenerse de robar por miedo a ir a la cárcel, y de adulterio por temor a ser fusilado por un cónyuge enfadado. De hecho, es ilegal quebrantar algunos de los Diez Mandamientos, por lo que podrían ser obedecidos simplemente para evitar las consecuencias negativas de la desobediencia. PERO CONSIDERE ESTO: EN NUESTRO MUNDO ACTUAL, ¡EL CUARTO MANDAMIENTO REALMENTE EJERCE UNA ESTIGMA PARA SER RESPETADO! Debido a esto, la única razón por la que uno erigiría obedecer es por amor a Cristo y escoger hacer su voluntad por encima de la nuestra. Por lo tanto, esto constituiría una prueba especial de auténtico amor a Cristo.
PRUEBA DE QUE EL SÁBADO SE MANTIENE
Aunque existe abundante prueba de que la ley de los Diez Mandamiento y el Sábado fueron confirmados por una Iglesia obediente del Nuevo Testamento, me gustaría centrarme en un área de pruebas que son a menudo pasadas por alto o malinterpretadas. Las encontramos en Hebreos 4, y probablemente constituyen las referencias más convincentes encontradas en la Biblia en favor de la observancia del Sábado.
Como adelanto a la historia, tenemos que examinar la idea principal de todo el libro de Hebreos. El escritor de esta carta esta mostrando cómo muchos de los elementos de la Antigua Alianza se han sido hechos a un lado. Casi podemos sentir la angustia de los creyentes hebreos cuando Pablo les explica cómo el sistema de sacrificio se ha terminado, después de haberse cumplido en Cristo. El sacerdocio levítico ha sido eliminado, siendo sustituido por Cristo nuestro sumo sacerdote. ¿Estarían esperando con temor a escucharle también acabar con el Sábado? Si es así, deben haber sentido tremendo alivio cuando escribió estas palabras: "Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios" (Hebreos 4:9). Estoy utilizando la lectura marginal de la Versión King James porque ese es el significado exacto y literal de la declaración original.
El contexto en Hebreos tres y cuatro no indica que Pablo estaba tratando de convencer a los cristianos hebreos que día santificar. Ellos ya lo sabíamos. Su gran carga era que ellos empezaran una relación espiritual con Cristo: para tener una experiencia de descanso de las obras del pecado. Él demostró que los hijos de Israel no encontraron el verdadero descanso debido a su falta de fe y desobediencia en el desierto. Aunque la palabra griega para el descanso, KATAPAUSIS, significa simplemente "la cesación del trabajo", el contexto parece indicar que el autor está hablando principalmente sobre la búsqueda de un descanso espiritual en su experiencia.
Sin embargo, los dos capítulos se apegan definitivamente a la observancia del descanso espiritual del séptimo día de reposo ordenado por Dios en el principio. De lo contrario, no encontraríamos en el versículo cuatro una cita directa de Génesis 2:2. "Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día" (Hebreos 4:4).
La razón por el cual se cita el descansando de Dios en el Sábado de la obra de su creación es revelada solamente cuando se analizan los versículos nueve y diez. Pablo dice que lo que queda para el pueblo de Dios no es KATAPAUSIS (un descanso espiritual), pero SABBATISMAS, que significa una observancia literal del Sábado. Luego en el versículo diez encontramos la verdadera clave la cual demuestra más allá de una cuestión del descanso SABBATISMAS no solamente espiritual, sino también el cese del trabajo físico. "Porque el que ha entrado en su reposo (descanso espiritual KATAPAUSIS), TAMBIÈN (además del reposo espiritual) ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas".
La gran pregunta acerca de este versículo se centra en las obras que uno cesa. ¿Son obras de pecado? ¿Son obras para obtener la salvación? ¿O son las obras físicas que dejamos de hacer en Sábado? La respuesta es claramente revelada en la frase "como Dios descansó de las suyas”. Vuelva al cuarto verso y empezamos a entender por qué esta cita de Génesis está incluida en el discurso de Pablo. Es necesario establecer de cuales obras Dios descansó. Dios cesó de su trabajo físico de la creación el séptimo día, y se nos exhorta a cesar de los nuestros, como lo hizo él de las suyas. No sólo entró en un descanso espiritual el séptimo día o se puede concluir que Él no estaba en reposo espiritual en los primeros seis días. El hecho es que Dios siempre está en reposo espiritual. Tampoco tenía que cesar de ninguna obra del pecado o de la carne. Él simplemente descansó en el día séptimo de la obra de su creación, y se nos dice por Pablo que los que verdaderamente han recibido el descanso de la salvación espiritual también dejarán de sus obras físicas el Sábado, como Dios de las suyas.
¿No ve cómo esto aporta una nueva dimensión espiritual tremenda a la observancia del Sábado? Se conmemora nuestra experiencia de salvación personal. Se destaca como un recordatorio semanal bendecido del continuo descanso del pecado que podamos tener a través de Cristo. ¡No es de extrañarse que el día de reposo "sigue siendo" para el pueblo de Dios! Nuestro Creador lo ha convertido en un símbolo de las bendiciones espirituales más dulces a disposición de la familia humana.
Podemos comprender por qué Dios hizo esto cuando nos detenemos a pensar cómo el guardar el Sábado es paralelo a la experiencia de salvación. ¿Qué es realmente lo que hace a algo sagrado? En Isaías 58:13 Dios llama al Sábado "mi día santo" y "una delicia”. ¡Escuche! Es la presencia de Dios en algo lo que lo santifica. (¿Recuerde la zarza ardiente?) La presencia de Dios está en el día de reposo al igual que su presencia también se manifiesta en la vida de un cristiano genuino. Así que ¿por qué no hacer de la verdadera observancia del Sábado un monumento conmemorativo de la verdadera salvación en Cristo?
No es casualidad que la misma palabra hebrea,CHASID, se utiliza en Isaías 58:13 para describir el día de reposo ("mi día santo") y también en Levítico 19:2 para describir al pueblo de Dios ("seréis SANTO"). Él mora en el día de reposo, y Él mora en su pueblo como una influencia santificadora, por lo que ambos son llamados "santos". Por eso Dios hizo el Sábado, desde el principio, una señal de consagración. “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico" (Ezequiel 20:12). La Nueva Versión Internacional dice, "para que supieran que yo, el Señor los hizo santos".
Dejemos que alguien plantee el argumento rancio que el Sábado es sólo un signo de santidad para los judíos, me apresuro a añadir este texto inspirado: "si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29). Todos los cristianos nacidos de nuevo son el verdadero Israel de hoy, y han sido santificados para Dios. Por lo tanto, el Sábado es para ellos.
Este signo de santificación ha sido reafirmado en el Nuevo Testamento por la afirmación dramática de Pablo en Hebreos 4:9, 10 que la observancia del Sábado sigue siendo para el pueblo de Dios. Debido a que hemos entrado en su reposo espiritual de salvación ("Sed santos"), declara que TAMBIÈN debemos descansar de nuestras obras, "como Dios de las suyas" ("mi día santo").
Alguien podría sugerir que después de entrar en el reposo espiritual no habría necesidad de observarse el memorial del mismo por la observancia del Sábado físicamente. Pero si eso fuera cierto, tendríamos que dejar de practicar también el bautismo en agua. La inmersión conmemora nuestra muerte al hombre viejo del pecado. Experimentamos la conversión antes de entrar al agua para ser bautizado. Si la observancia física no es necesaria sólo porque hemos tenido el simbolismo espiritual cumplida en nosotros, entonces debemos abandonar la costumbre física.
Además, tendríamos que renunciar a la práctica de celebrar la Cena del Señor. También conmemora una experiencia del corazón en recibir el sacrificio de nuestro Señor por la fe. Pero, ¿debemos renunciar a la celebración de la comunión física sólo porque ya hemos entrado en el gozo espiritual lo que representa? ¡Por supuesto que no! Entonces ¿por qué alguien no sugiere que el Sábado se observa físicamente sólo porque se utiliza como un monumento conmemorativo de la unión con Cristo? Pablo dice que se mantiene como un descanso sabático para el pueblo de Dios. En su monumental Comentario de la Biblia entera, Jamieson, Fausset y Brown hacen este comentario sobre Hebreos 4:9, "Este versículo indirectamente establece todavía la obligación del Sábado " (página 449). Es muy interesante que estos eruditos teológicos, observadores del domingo, con el más altas credenciales en el idioma, hacen tale declaración. Sin embargo, la relación del descanso de la salvación espiritual y la observancia física del Sábado son innegables en el contexto.
Entonces, ¿cómo podemos resumir nuestros descubrimientos acerca de las dos leyes? Sin duda, se ha establecido que los Diez Mandamientos estaban en una categoría diferente a la ley de Moisés de las ordenanzas con carácter temporal. Ese código moral, alojado en el Arca de la Alianza, como el resto del santuario del desierto, fue una copia del verdadero modelo en el cielo. Por lo tanto, afirmamos que no sólo se repitió y se reforzó en el Nuevo Testamento, pero también fue identificado en la visión de Juan bajo el asiento de la misericordia en el santuario celestial, por medio del cual ministra Cristo por su propia sangre por la transgresión de ese derecho sagrado. Desde esa posición fundamental, sigue siendo la base para el ministerio de intercesión de Cristo por nosotros en la sala del trono de los cielos. Por esta razón, se ha establecido como uno de los decretos más inmóviles e inmutables de Dios.
Como adelanto a la historia, tenemos que examinar la idea principal de todo el libro de Hebreos. El escritor de esta carta esta mostrando cómo muchos de los elementos de la Antigua Alianza se han sido hechos a un lado. Casi podemos sentir la angustia de los creyentes hebreos cuando Pablo les explica cómo el sistema de sacrificio se ha terminado, después de haberse cumplido en Cristo. El sacerdocio levítico ha sido eliminado, siendo sustituido por Cristo nuestro sumo sacerdote. ¿Estarían esperando con temor a escucharle también acabar con el Sábado? Si es así, deben haber sentido tremendo alivio cuando escribió estas palabras: "Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios" (Hebreos 4:9). Estoy utilizando la lectura marginal de la Versión King James porque ese es el significado exacto y literal de la declaración original.
El contexto en Hebreos tres y cuatro no indica que Pablo estaba tratando de convencer a los cristianos hebreos que día santificar. Ellos ya lo sabíamos. Su gran carga era que ellos empezaran una relación espiritual con Cristo: para tener una experiencia de descanso de las obras del pecado. Él demostró que los hijos de Israel no encontraron el verdadero descanso debido a su falta de fe y desobediencia en el desierto. Aunque la palabra griega para el descanso, KATAPAUSIS, significa simplemente "la cesación del trabajo", el contexto parece indicar que el autor está hablando principalmente sobre la búsqueda de un descanso espiritual en su experiencia.
Sin embargo, los dos capítulos se apegan definitivamente a la observancia del descanso espiritual del séptimo día de reposo ordenado por Dios en el principio. De lo contrario, no encontraríamos en el versículo cuatro una cita directa de Génesis 2:2. "Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día" (Hebreos 4:4).
La razón por el cual se cita el descansando de Dios en el Sábado de la obra de su creación es revelada solamente cuando se analizan los versículos nueve y diez. Pablo dice que lo que queda para el pueblo de Dios no es KATAPAUSIS (un descanso espiritual), pero SABBATISMAS, que significa una observancia literal del Sábado. Luego en el versículo diez encontramos la verdadera clave la cual demuestra más allá de una cuestión del descanso SABBATISMAS no solamente espiritual, sino también el cese del trabajo físico. "Porque el que ha entrado en su reposo (descanso espiritual KATAPAUSIS), TAMBIÈN (además del reposo espiritual) ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas".
La gran pregunta acerca de este versículo se centra en las obras que uno cesa. ¿Son obras de pecado? ¿Son obras para obtener la salvación? ¿O son las obras físicas que dejamos de hacer en Sábado? La respuesta es claramente revelada en la frase "como Dios descansó de las suyas”. Vuelva al cuarto verso y empezamos a entender por qué esta cita de Génesis está incluida en el discurso de Pablo. Es necesario establecer de cuales obras Dios descansó. Dios cesó de su trabajo físico de la creación el séptimo día, y se nos exhorta a cesar de los nuestros, como lo hizo él de las suyas. No sólo entró en un descanso espiritual el séptimo día o se puede concluir que Él no estaba en reposo espiritual en los primeros seis días. El hecho es que Dios siempre está en reposo espiritual. Tampoco tenía que cesar de ninguna obra del pecado o de la carne. Él simplemente descansó en el día séptimo de la obra de su creación, y se nos dice por Pablo que los que verdaderamente han recibido el descanso de la salvación espiritual también dejarán de sus obras físicas el Sábado, como Dios de las suyas.
¿No ve cómo esto aporta una nueva dimensión espiritual tremenda a la observancia del Sábado? Se conmemora nuestra experiencia de salvación personal. Se destaca como un recordatorio semanal bendecido del continuo descanso del pecado que podamos tener a través de Cristo. ¡No es de extrañarse que el día de reposo "sigue siendo" para el pueblo de Dios! Nuestro Creador lo ha convertido en un símbolo de las bendiciones espirituales más dulces a disposición de la familia humana.
Podemos comprender por qué Dios hizo esto cuando nos detenemos a pensar cómo el guardar el Sábado es paralelo a la experiencia de salvación. ¿Qué es realmente lo que hace a algo sagrado? En Isaías 58:13 Dios llama al Sábado "mi día santo" y "una delicia”. ¡Escuche! Es la presencia de Dios en algo lo que lo santifica. (¿Recuerde la zarza ardiente?) La presencia de Dios está en el día de reposo al igual que su presencia también se manifiesta en la vida de un cristiano genuino. Así que ¿por qué no hacer de la verdadera observancia del Sábado un monumento conmemorativo de la verdadera salvación en Cristo?
No es casualidad que la misma palabra hebrea,CHASID, se utiliza en Isaías 58:13 para describir el día de reposo ("mi día santo") y también en Levítico 19:2 para describir al pueblo de Dios ("seréis SANTO"). Él mora en el día de reposo, y Él mora en su pueblo como una influencia santificadora, por lo que ambos son llamados "santos". Por eso Dios hizo el Sábado, desde el principio, una señal de consagración. “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico" (Ezequiel 20:12). La Nueva Versión Internacional dice, "para que supieran que yo, el Señor los hizo santos".
Dejemos que alguien plantee el argumento rancio que el Sábado es sólo un signo de santidad para los judíos, me apresuro a añadir este texto inspirado: "si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa" (Gálatas 3:29). Todos los cristianos nacidos de nuevo son el verdadero Israel de hoy, y han sido santificados para Dios. Por lo tanto, el Sábado es para ellos.
Este signo de santificación ha sido reafirmado en el Nuevo Testamento por la afirmación dramática de Pablo en Hebreos 4:9, 10 que la observancia del Sábado sigue siendo para el pueblo de Dios. Debido a que hemos entrado en su reposo espiritual de salvación ("Sed santos"), declara que TAMBIÈN debemos descansar de nuestras obras, "como Dios de las suyas" ("mi día santo").
Alguien podría sugerir que después de entrar en el reposo espiritual no habría necesidad de observarse el memorial del mismo por la observancia del Sábado físicamente. Pero si eso fuera cierto, tendríamos que dejar de practicar también el bautismo en agua. La inmersión conmemora nuestra muerte al hombre viejo del pecado. Experimentamos la conversión antes de entrar al agua para ser bautizado. Si la observancia física no es necesaria sólo porque hemos tenido el simbolismo espiritual cumplida en nosotros, entonces debemos abandonar la costumbre física.
Además, tendríamos que renunciar a la práctica de celebrar la Cena del Señor. También conmemora una experiencia del corazón en recibir el sacrificio de nuestro Señor por la fe. Pero, ¿debemos renunciar a la celebración de la comunión física sólo porque ya hemos entrado en el gozo espiritual lo que representa? ¡Por supuesto que no! Entonces ¿por qué alguien no sugiere que el Sábado se observa físicamente sólo porque se utiliza como un monumento conmemorativo de la unión con Cristo? Pablo dice que se mantiene como un descanso sabático para el pueblo de Dios. En su monumental Comentario de la Biblia entera, Jamieson, Fausset y Brown hacen este comentario sobre Hebreos 4:9, "Este versículo indirectamente establece todavía la obligación del Sábado " (página 449). Es muy interesante que estos eruditos teológicos, observadores del domingo, con el más altas credenciales en el idioma, hacen tale declaración. Sin embargo, la relación del descanso de la salvación espiritual y la observancia física del Sábado son innegables en el contexto.
Entonces, ¿cómo podemos resumir nuestros descubrimientos acerca de las dos leyes? Sin duda, se ha establecido que los Diez Mandamientos estaban en una categoría diferente a la ley de Moisés de las ordenanzas con carácter temporal. Ese código moral, alojado en el Arca de la Alianza, como el resto del santuario del desierto, fue una copia del verdadero modelo en el cielo. Por lo tanto, afirmamos que no sólo se repitió y se reforzó en el Nuevo Testamento, pero también fue identificado en la visión de Juan bajo el asiento de la misericordia en el santuario celestial, por medio del cual ministra Cristo por su propia sangre por la transgresión de ese derecho sagrado. Desde esa posición fundamental, sigue siendo la base para el ministerio de intercesión de Cristo por nosotros en la sala del trono de los cielos. Por esta razón, se ha establecido como uno de los decretos más inmóviles e inmutables de Dios.
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