lunes, 20 de diciembre de 2010

7. Preparación para el discipulado


Lectura propuesta para estudio de esta semana: Mateo 5-7; 10:1, 10:5-11:1; Marcos 3:1-19; Lucas 6:12-16.

1. La designación de los apóstoles y la diferencia con el discipulado
El acontecimiento propuesto por el autor de ES se encuentra en los siguientes sinópticos:Mateo 10.1-4; Marcos 3:13-19; Lc 6.12-16
“Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo, el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo, el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó” Mateo 10:1-4 (LBLA – destacado nuestro)
“Y subió* al monte, llamó* a los que El quiso, y ellos vinieron a El. Y designó a doce, para que estuvieran con El y para enviarlos a predicar, y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios. Designó a los doce: Simón (a quien puso por nombre Pedro), Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Jacobo (a quienes puso por nombre Boanerges, que significa, hijos del trueno); Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananita; y Judas Iscariote, el que también le entregó” Marcos 3:13-19 (LBLA – destacado nuestro)
“En esos días El se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles: Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Jacobo, hijo de Alfeo, y Simón, al que llamaban el Zelote; Judas, hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser traidor” Lucas 6:12-16 (LBLA – destacado nuestro)

1.1. ¿Cuál es la diferencia entre apóstol y discípulo?
Para lograr comprender la diferencia entre discípulo y apóstol seguiremos la siguiente secuencia. Primero haremos un resumen sintético y concluyente de la elección de los apóstoles según los sinópticos citados arriba. Segundo, distinguiremos la diferencia etimológica de ambas palabras. Tercero, recordaremos cómo se transforma una persona en discípulo según lo estudiado hasta aquí, y cuarto y último, presentaremos una tabla comparativa entre el discipulado y el apostolado para luego sacar las conclusiones.

1.1.1. Resumen sintético de los sinópticos
A continuación detallo un resumen sintético y concluyente de la elección de los apóstoles según el mensaje completo de los sinópticos cronológicamente:
1.      Jesús ora toda la noche hasta que se hace de día (Lucas)
2.      Habiendo orado, Jesús escoge de entre todos sus discípulos a 12 personas según Él quiso que así sea (“llama a los que Él quiso” – Marcos), y que Mateo llama indistintamente discípulos o apóstoles (dice: “llamando a sus doce discípulos” y luego dice “y los nombres de los doce apóstoles son estos”).
3.      Jesús da poder a esos 12 discípulos/apóstoles para expulsar espíritus inmundos, sanar dolencias y enfermedades (Mateo) y para que estén con Él y predicar (Marcos).

1.1.2. Diferencia etimológica de discípulo y apóstol
1. Discípulo: viene del Griego—mathetes, un pupilo, un aprendiz. En el N. T., es uno que acepta las instrucciones dadas por un maestro y que las hace parte de su diario vivir y conducta.
2. Apóstol: nos llega del Griego—apostolos, alguien enviado, embajador, mensajero. Como vemos, Jesús escogió 12 hombres para que fuesen sus testigos con autoridad.

1.1.3. ¿Cómo surgía el discipulado?
Ya hemos visto, a lo largo de todas las lecciones de este trimestre que existe una “secuencia” y/o “estados” por los que pasan las personas que Jesús llama para convertirse en discípulos. Las enumeramos nuevamente para fijarlas mejor, y luego compararlas con la idea de “apóstol” según la Biblia.
A. Se asombran ante su presencia, intervención y amor.
B. Se reconocen
 pecadores y no aptos para estar ante Él.
C. Aceptan
 humildemente el “llamado” para seguirle.
D. Están
 dispuestos a dejar lo que haga falta con tal de poder disfrutar de su compañía y cumplir con sus deseos.
Esta secuencia se corresponde con la definición etimológica de mathetes, dado que el estado al que llega la persona para convertirse en discípulo/a radica en su disposición a aceptar las instrucciones de su maestro y hacerlas parte de su vida.
Sin embargo, el apóstol no es investido del poder de Jesús sólo para aprender y aprehender sus enseñanzas (que podríamos sintetizar en su famoso “sígueme”, y que en la designación de los 12 apóstoles se expresa diciendo “para estar con Él”), sino que se le pide además, y expresamente, que “vaya” a sanar y predicar. En este sentido podríamos decir que mientras un discípulo es llamado para estar con Jesús, un apóstol es enviado para, con el poder de Jesús, convertir a otros hombres en discípulos.

1.1.4. Tabla comparativa entre discípulo y apóstol
Discipulo
Esta tabla nos permite sacar una conclusión importante. Todo apóstol es un discípulo, pero no todo discípulo es necesariamente un apóstol.

1.2. Conclusión sobre el discipulado y el apostolado
Repetimos la conclusión del último apartado.
TODO APÓSTOL ES UN DISCÍPULO, PERO NO TODO DISCÍPULO ES NECESARIAMENTE UN APÓSTOL
Bíblicamente es apóstol aquel que no solamente fue llamado por Jesús para estar con Él, y aceptar sus enseñanzas aplicándolas a su vida, sino que también fue ENVIADO a sanar, predicar y hacer más discípulos en su nombre y bajo su poder y autoridad. Esta realidad es muy útil a la hora de comprender el comportamiento de los diferentes miembros de iglesia. Algunos están siendo llamados, pero aún no se han decidido completamente. Otros han sido llamados y están “conviviendo” con Jesús intentando aprender de sus enseñanzas. Y otros recibieron poder del Espíritu Santo (por la autoridad que le fue concedida a Jesús) para predicar el evangelio y haced discípulos.
Como puede comprobarse, así como Jesús nos llama a ser discípulos, también nos llama a ser apóstoles. Y tanto uno como el otro son exclusivamente llamados divinos hacia hombres capacitados por su poder y su autoridad. No existe nada en ningún ser humano que lo haga discípulo u apóstol, sino la voluntad del Padre conferida a su Hijo.
Para terminar con una verificación bíblica de esta conclusión leemos un texto esclarecedor, denominada “La Gran Comisión”:
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron. Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 20:16-20 (LBLA – destacado nuestro)
Fijaos cómo por la “autoridad que ha sido dada en el cielo y en la tierra” a Jesús, les dice a sus 12 discípulos “Id, pues, y haced discípulos”, otorgándoles el PODER que hace de ellos apóstoles de Cristo (enviados). ¿Cómo debían hacer discípulos? enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”. Aquí se ve claramente las dos definiciones dediscípulos (aquel que guarda lo que el Maestro enseña), y el apóstol (aquel que es enviado a predicar y sanar).

2. Más reflexiones sobre esta lección
2.1. Todo el sermón del monte va dirigido a sus discípulos. A todas las personas que reconociéndole como Hijo de Dios, y salvador del mundo (Dios con nosotros) quieren aprender de sus enseñanzas y aprehender de las mismas para aplicarlas en la vida diaria, para así llegar a ser luces que den testimonio por sí mismos de que “conviven” con Jesús para salvación.

2.2. Hoy, hay personas que son llamadas para pasar de muerte a vida (aquellos que no conocen de su nombre e identidad). Son llamados a ser discípulos coherentes con las enseñanzas de nuestro Maestro. Y finalmente,
 según su misma voluntad, algunos son llamados a ser “apóstoles” (Pablo, por ejemplo, fue llamado a ser apóstol de Jesucristo sin haber convivido físicamente con Él. Ver Romanos 1:1; Gálatas 1:1).
Dios nos ha dado dones y poder del Espíritu Santo, a cada uno según su voluntad.
“Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él. Y en la iglesia, Dios ha designado: primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Acaso son todos profetas? ¿Acaso son todos maestros? ¿Acaso son todos obradores de milagros? ¿Acaso tienen todos dones de sanidad? ¿Acaso hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? Mas desead ardientemente los mejores dones. Y aun yo os muestro un camino más excelente” 1 Corintios 12:27-31 (LBLA – destacado nuestro)
“El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.) Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” Efesios 4:10-12 (LBLA – destacado nuestro)
Pablo es muy claro cuando describe que Dios designa a unos apóstoles y a otros profetas, maestros, administradores etc. No todos son apóstoles, y no todos deben ser apóstoles hoy. Es interesante esta reflexión porque muchas veces uno tiende a pensar que todos los cristianos son llamados a hacer las mismas cosas (a ser grandes oradores, grandes evangelistas, grandes maestros, grandes administradores, etc.), y no es esto lo que dice la Escritura. Lamentablemente la vanidad, el orgullo, la envidia, y la falta de comprensión de la esencia del evangelio lleva a muchos discípulos a querer aparentar un llamado que no han recibido. Por ello, Pablo, inmediatamente después de decir que es bueno “desear ardientemente los mejores dones” (1 Cor. 12:31), nos pasa a explicar que cualquier don (cualquiera de ellos, sea el de profeta, el de apóstol o el de maestro, y que además cita como “los primeros tres”) NO SON NADA SIN AMOR.
“Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy” 1 Corintios 13:1-2 (LBLA – destacado nuestro)
No os dejéis confundir por las apariencias. Los dones del Espíritu de cada uno de los miembros de la Iglesia de Cristo han sido distribuidos según SU VOLUNTAD, y para cumplir con SU MISIÓN, de manera que su obra sea eficiente.
Seas discípulo o apóstol debes procurar amar a tu prójimo como a ti mismo. Los dones son capacitaciones divinas que Dios da y quita según su voluntad, y que no tienen que ver contigo, sino con Él.
“Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” Lucas 10:20 (LBLA – destacado nuestro)

No hay comentarios:

Publicar un comentario