jueves, 23 de diciembre de 2010

http://www.estaescrito.org/estudios%20biblicos/Develando_los_misterios_de_Daniel/estudios_daniel.html

algo para ti

miércoles, 22 de diciembre de 2010

FIN DEL MUNDO 2012

¿El fin del mundo en 2012?

por Mario Pereyra
 
Tomado de El Centinela®
de Junio 2010 
  

Una profecía maya de hace más de doce siglos augura un inminente colapso de la humanidad en 2012. Algunos dicen que tiene base científica.
La película “2012”, dirigida por Roland Emmerich, y basada en una profecía maya que vaticina un cambio para la Tierra y el colapso de la actual humanidad para el 21 de diciembre de 2012, ha producido un importante interés del público sobre el tema. Esto se evidencia en la explosión de nuevos libros, artículos y videos. Se han publicado libros como El misterio de 2012, de José Argüelles; El regreso maya 2012, de Luciano Colman;2012, de Brian D´Amato; La serpiente de luz: después de 2012, de Drunvalo Melchizedek; y El proyecto Gaia 2012, de Yong Jang Hwee Yong. Quizás el más importante sea el libro de Brian D´Amato, que salió con bombos y platillos en los Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los libros más vendidos, según The New York Times.
Los artículos centrales del número de enero de 2010 de la revista Muy interesante, se titula: “Profecías del fin del mundo. Según los mayas, la Biblia y Nostradamus”. En YouTube puede verse una enorme cantidad de videos sobre el fin del mundo en relación al 2012. Pero seguramente lo que más ha impactado son las escenas imponentes de la película “2012”, que ha alcanzando a millones de personas por su accesibilidad en Internet. Yo bajé la película a mi computadora. Es impresionante contemplar cómo se hunde la ciudad de Los Ángeles en una gigantesca grieta abierta en la falla de San Andrés, y Washington DC, con su Casa Blanca, sucumbir bajo un terremoto y un gigantesco tsunami, igual que el resto de los continentes. David Shiga, periodista del New Scientist, ha declarado: “Ver ‘2012’ te hace desear el fin del mundo solo para que la película termine”.
Un informe realizado para la NASA y la ESA por un grupo de científicos de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos corrobora las apocalípticas predicciones para 2012. El informe dice que para esa fecha se espera una tormenta solar que acabará con todos los sistemas vivos en la Tierra. La predicción la dio el equipo Mausumi Dikpati del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de los Estados Unidos. “El siguiente ciclo de manchas solares será entre un 30 y 50 por ciento mayor que los anteriores” (http://science.nasa.gov/headlines/y2006/10mar_stormwarning.htm).
El interés por el año 2012 es mundial. En México, Random House publicóEl testamento maya; y fue un éxito editorial. En Bélgica, Patrick Geryl ha escrito libros convertidos en best sellers, como El cataclismo mundial en 2012 y Cómo sobrevivir al 2012, de la Editorial Kier. Geryl asegura que: “La NASA dice que una gran tormenta solar puede destruir la gran matriz mundial cerca del 2012”. Y agrega: “En los Estados Unidos está creciendo una corriente científica a partir de un informe del National Research Council, fundado por la NASA y reconocido por la National Academy of Sciences, que advierte sobre una potencial devastación en 2012, que afectará la matriz global del planeta”. Por las dudas, Geryl ya armó un grupo de supervivencia que esperará el fin del mundo en Sierra Nevada, Granada (diario La Nación, de Buenos Aires, Argentina, del 2 de enero de 2010).

¿Qué dice la Biblia?

Los cristianos nos guiamos por la Palabra de Dios, no por las ficciones cinematográficas ni por predicciones humanas ni por los informes científicos que también son falibles. La única fuente veraz y autorizada es la que emana de las Sagradas Escrituras. En los registros sagrados se habla del fin del mundo, pero no como lo imagina Emmerich en la película “2012”, con terremotos y volcanes que explotan por todos lados, produciendo un nuevo diluvio universal, del cual muy pocos logran salvarse en gigantescas y modernas arcas, pagando boletos de mil millones de euros. Después del diluvio ocurrido en la época de Noé, Dios prometió: “No exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra” (Génesis 9:11). Según el apóstol Pedro, el fin del mundo que se avecina será por fuego, no por agua. Previamente habrán múltiples catástrofes, como guerras (S. Mateo 24:6, 7), terremotos (S. Mateo 24:7), epidemias (S. Lucas 21:11), aumento de la delincuencia (S. Mateo 24:12), destrucción del medio ambiente (Apocalipsis 11:18), caos en la naturaleza (S. Mateo 24:29), entre otros eventos trascendentes (ver S. Lucas 21 y Apocalipsis 16).
Tampoco el fin ocurrirá el 21 o el 31 de diciembre del 2012, ya que el “día y la hora nadie sabe, ni aún los ángeles de los cielos” (S. Mateo 24:36), según advirtió nuestro Señor Jesucristo. Por otra parte, el fin del orden actual acontecerá en forma imprevista, por eso el consejo bíblico es “velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (S. Mateo 25:13). La descripción que realiza las Sagradas Escrituras acerca del fin es muy diferente de lo que muestran la película “2012”, los videos, las siete profecías mayas y las especulaciones de los científicos. Será por la llegada personal y directa de Dios a la tierra en la persona de Jesucristo, que regresará por segunda vez. Las profecías bíblicas anuncian que vendrá el Señor con toda su gloria para juzgar a las naciones (ver S. Mateo 25:31-46). Entonces se producirán eventos portentosos, que la más fecunda imaginación de los productores de Hollywood nunca imaginó, como es la resurrección de los justos de toda la historia (ver S. Mateo 22:31, 32; 1 Corintios 15:35-54).
Pero la diferencia más importante de lo que dice la Biblia con las profecías cinematográficas, mayas, de Nostradamus y las predicciones científicas es que anuncia un fin con esperanza para todos. La voluminosa producción de vaticinios que pululan por todas partes augura una gigantesca destrucción y la exterminación de la humanidad, o en el mejor de los casos la salvación de unos pocos para mantener la especie.
La enseñanza bíblica por el contrario abre gloriosos espacios de esperanza, que nos alcanzan a todos. En la película “2012”, se muestra un multimillonario que pagó tres mil millones de euros para obtener tres lugares, para él y sus dos hijos, que incluso no le sirvió ya que lo dejaron afuera. Dios no actúa así. Ofrece la salvación a todos los que quieran aceptarla y crean de corazón. “Venid a mi todos”, dice el Señor (S. Mateo 11:28). Ya que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Somos salvos por la fe (Efesios 2:8), no solo para librarnos de la destrucción futura sino para vivir eternamente. “Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás” (S. Juan 10:28), garantiza Cristo. Es la misericordia de Dios lo que nos salva (ver Tito 3:5), no nuestro dinero o cualquier esfuerzo que hagamos. Este hecho tan increíble y glorioso tampoco aparece en las profecías humanas. Por lo tanto, el arca de la salvación está dispuesta a nuestro alcance. ¿La aprovecharemos o la despreciaremos? La decisión es suya.

ESTA ES LA HORA

lunes, 20 de diciembre de 2010

Informe de la Comisión de la Asociacioón General
En el Concilio Anual de 1986, que se realizó en Río de Janeiro, Brasil, los líderes representantes de todo el campo mundial aprobaron el informe de la comisión de la Asociación General sobre “Métodos de Estudio de la Biblia” (GCC-A). Este documento, cuidadosamente redactado, fue publicado en la Adventist Review del 22 de enero de 1987, páginas 18-20. En general, todos los adventistas creyentes en la Biblia adoptaron este informe como el que refleja los principios de interpretación que han sido aceptados históricamente por los adventistas del séptimo día.
Votado, Aprobar el informe de la Comisión Métodos de Estudio de la Biblia (GCC-A) que reza como sigue:
ESTUDIO DE LA BIBLIA: PRESUPOSICIONES, PRINCIPIOS Y METODOS.
1. Preámbulo
Esta declaración se dirige a todos los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con el propósito de proporcionar pautas acerca de cómo estudiar la Biblia, tanto para los eruditos bíblicos especializados como para los demás.
Los adventistas del séptimo día reconocen y aprecian las contribuciones de los eruditos bíblicos que a lo largo de la historia han desarrollado métodos de estudio de la Biblia útiles y confiables, consistentes con las afirmaciones y las enseñanzas de la Escritura. Los adventistas están comprometidos en aceptar la verdad bíblica y están dispuestos a seguirla, usando los métodos de interpretación que sean consistentes con lo que la Escritura dice de sí misma. Estos están bosquejados en las presuposiciones que se detallan más abajo.
En décadas recientes, el método más destacado en estudios bíblicos ha sido conocido como el método histórico-crítico. Los eruditos que lo usan, tal como está formulado clásicamente, actúan sobre la base de presuposiciones que, previo al estudio del texto bíblico, rechazan la veracidad de los relatos de los milagros y otros eventos sobrenaturales que se narran en la Biblia. Aún un uso modificado de este método (retener el principio de la crítica que subordina la Biblia a la razón humana) es inaceptable para los adventistas.
El método histórico-crítico minimiza la necesidad de la fe en Dios y la obediencia a sus mandamientos. Además, como un método así le resta importancia al elemento divino en la Biblia como un libro inspirado (incluyendo la unidad que resulta de esto), y desestima o malinterpreta la profecía apocalíptica y las porciones escatológicas de la Biblia, instamos a los estudiantes adventistas de la Biblia a que eviten confiar en el uso de las presuposiciones y las deducciones resultantes asociadas con el método histórico-crítico.
En contraste con el método histórico-crítico y sus presuposiciones, creemos que será de utilidad exponer los principios de estudio de la Biblia que son consistentes con las enseñanzas de las mismas Escrituras, preservan su unidad y están basadas en la premisa de que la Biblia es la palabra de Dios. Un enfoque así nos conducirá a una experiencia satisfactoria y provechosa con Dios.
2. Presuposiciones que surgen de las afirmaciones de la Biblia
a. Origen
1)   La Biblia es la palabra de Dios y es el medio principal y autorizado por el cual se revela a los seres humanos.
2)   El Espíritu Santo inspiró a los escritores de la Biblia con pensamientos, con ideas y con información objetiva; a su vez ellos expresaron esto en sus propias palabras. Por lo tanto, las Escrituras son una unión indivisible de elementos divinos y humanos, ninguno de los cuales debe ser enfatizado a expensas del otro (2 Ped.1:21; cf.El conflicto de los siglos, pp.7,8).
3)   Toda la Escritura es inspirada por Dios y llegó a través de la obra del Espíritu Santo. Sin embargo, no llegó en una cadena continua de revelaciones ininterrumpidas. Mientras el Espíritu Santo comunicaba la verdad al escritor de la Biblia, cada uno escribió como fue impelido por el Espíritu Santo recalcando el aspecto de la verdad que fue guiado a enfatizar. Por esta razón, el estudiante de la Biblia adquirirá una comprensión madura de cualquier tema al reconocer que la Biblia es su propio y mejor intérprete, y que, cuando se la estudia en su totalidad, describe una verdad consistente y armoniosa (2 Tim.3:16; Heb.1:1,2; cf. Mensajes selectos, t.1, pp. 21-23; El conflicto de los siglos, pp. 7,8).
4)   Aunque fue dada a los que vivieron en el contexto del antiguo Cercano Oriente y el Mediterráneo, la Biblia trasciende su trasfondo cultural para servir como la Palabra de Dios para todos los contextos culturales, raciales y situacionales, en todas las edades.
b. Autoridad
1)   Los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento son la revelación clara e infalible de la voluntad de Dios y de su salvación. La Biblia es la palabra de Dios, y ella es la norma por la cual toda enseñanza y experiencia debe ser probada (2 Tim.3:15-17; Sal.119:105; Prov.30:5,6; Isa.8:20; Juan 17:17; 2 Tes. 3:14; Heb.4:12).
2)   La Escritura es un registro auténtico y fidedigno de la historia y de los actos de Dios en la historia. Proporciona la interpretación teológica normativa de esos actos. Los actos sobrenaturales revelados en la Escritura son históricamente ciertos. Por ejemplo, los once primeros capítulos del Génesis constituyen un informe objetivo de estos eventos históricos.
3)   La Biblia no es igual a los otros libros. Es una mezcla indivisible de lo divino y lo humano. El registro que hace de muchos detalles de la historia secular es esencial para su propósito total de transmitir la historia de la salvación. Mientras que a veces puede haber procedimientos paralelos empleados por los estudiantes de la Biblia para determinar los hechos históricos, las técnicas normales de investigación histórica, basadas como están en presuposiciones humanas y centralizadas en el elemento humano, son inadecuadas para interpretar las Escrituras, que son una mezcla de lo divino y lo humano. Unicamente un método que reconozca plenamente la naturaleza indivisible de la Escritura puede evitar una tergiversación de su mensaje.
4)   La razón humana está sujeta a la Biblia, no es igual a ella ni está por encima de ella. Las presuposiciones en cuanto a las Escrituras deben estar en armonía con las afirmaciones de las Escrituras y sujetas a ser corregidas por la Escritura (1 Cor.2:1-6). Dios se propone que la razón humana sea usada en toda su extensión, pero dentro del contexto y bajo la autoridad de su palabra antes que independientemente de ella.
5)   Cuando se entiende correctamente la revelación de Dios en toda la naturaleza, está en armonía con la palabra Escrita y debe ser interpretada a la luz de la Escritura.
3. Principios para acercarse a la interpretación de la Escritura
1.      El Espíritu capacita al creyente para aceptar, entender y aplicar la Biblia a su propia vida, mientras busca el poder divino para rendir obediencia a todos los requisitos bíblicos y apropiarse personalmente de todas las promesas de la Biblia. Sólo los que siguen la luz que ya recibieron pueden esperar recibir nueva iluminación del Espíritu (Juan 16:13,14; 1 Cor.2:10-14).
2.     La Escritura no puede ser interpretada correctamente sin la ayuda del Espíritu Santo, porque es el Espíritu el que capacita al creyente para que entienda y aplique la Escritura. Por consiguiente, cualquier estudio de la Palabra debería comenzar con una petición para tener la dirección e iluminación del Espíritu.
3.     Los que se acercan al estudio de la Palabra deben hacerlo con fe, con el espíritu humilde de un principiante que trata de escuchar lo que dice la Biblia. Deben estar dispuestos a someter todas las presuposiciones, opiniones y las conclusiones de la razón al juicio y la rectificación de la misma Palabra. Con esa actitud, el estudiante de la Biblia puede acercarse directamente a la palabra, y con un estudio concienzudo puede llegar a un entendimiento de los elementos esenciales de la salvación, aparte de las explicaciones humanas, por muy difíciles que sean. Para una persona así, el mensaje bíblico llega a ser significativo.
4.     La investigación de la Escritura debe estar caracterizada por un deseo sincero de descubrir y obedecer la voluntad de Dios más bien que buscar apoyo o evidencia para ideas preconcebidas.
4. Métodos de Estudio de la Biblia
a)   Seleccione para el estudio una versión de la Biblia que sea fiel al significado contenido en los idiomas en los cuales fue escrita originalmente la Biblia, dando preferencia a las traducciones hechas por un amplio grupo de eruditos y publicadas por un editor general, por encima de las traducciones auspiciadas por una denominación particular o por un grupo de miras estrechas.
Ejercite cuidado para no establecer puntos doctrinales principales sobre una traducción o versión de la Biblia. Los eruditos bíblicos entrenado usarán los textos en hebreo y griego, que también los capacitarán para examinar las variantes de lectura en los antiguos manuscritos de la Biblia.
b)   Elija un plan definido de estudio, evitando enfoques caprichosos y que no conducen a nada. Se sugieren los siguientes planes de estudio:
1)    Análisis del mensaje libro por libro
2)    Método de versículo por versículo
3)    Estudio que busca una solución a un problema específico de la vida, satisfacción bíblica para una necesidad particular o una respuesta bíblica a una cuestión específica.
4)    Estudio por temas (fe, amor, segunda venida, tabernáculo, Mesías, etc.)
5)    Estudio de palabras.
6)    Estudio biográfico.
c)   Trate de captar el significado sencillo y más evidente del pasaje bíblico que se está estudiando.
d)   Procure descubrir los grandes temas fundamentales de la Escritura tal como se encuentran en los textos individuales, los pasajes y los libros. Dos temas básicos, relacionados entre sí, corren a través de toda la Escritura: (1) La persona y la obra de Jesucristo; (2) La perspectiva del gran conflicto, incluyendo la autoridad de la Palabra de Dios, la caída del hombre, el primer y el segundo advenimiento de Cristo, la vindicación de Dios y de su ley, y la restauración del plan divino para el universo. Estos temas deben ser extraídos de la totalidad de la Escritura y no impuestos sobre ella.
e)   Reconozca que la Biblia es su propio intérprete, y que el significado de las palabras y los pasajes se determina mejor al comparar diligentemente Escritura con Escritura.
f)    Estudie el contexto del pasaje bajo consideración relacionándolo con las oraciones y los párrafos que le preceden y le siguen. Trate de relacionar las ideas del pasaje con la línea total de pensamiento del libro bíblico que está estudiando.
g)   Tanto como le sea posible, averigüe las circunstancias históricas en las cuales fue escrito el pasaje por el escritor bíblico bajo la dirección del Espíritu Santo.
h)   Determine el tipo literario que está usando el autor. Algún material bíblico consta de parábolas, proverbios, alegorías y profecías apocalípticas. Ya que muchos escritores bíblicos presentaron gran parte de su material como poesía, es provechoso usar una versión de la Biblia que presente este material estilo poético, porque los pasajes que emplean lenguaje figurado no deben ser interpretados de la misma manera que los que emplean prosa.
i)   Reconozca que un texto bíblico determinado no necesariamente se conforma en cada detalle a las categorías literarias actuales. Sea cauteloso para no imponer estas categorías al interpretar el significado del texto bíblico. Es una tendencia humana encontrar lo que uno está buscando aun cuando el autor [escritor] no haya querido decir eso.
j)   Tome nota de la gramática y del orden de la oración, para descubrir el significado que le dio el autor [escritor]. Estudie las palabras claves del pasaje comparando su uso en otras partes de la Biblia por medio de una concordancia y con la ayuda de léxicos y diccionarios bíblicos.
k)   En conexión con el estudio del texto bíblico, explore los factores históricos y culturales. La arqueología, la antropología y la historia pueden contribuir a entender el significado del texto.
l)   Los adventistas del séptimo día creemos que Dios inspiró a Elena de White. Por consiguiente, sus exposiciones sobre un pasaje bíblico determinado ofrecen una guía inspirada al significado de los textos sin agotar su significado o reemplazar la tarea de la exégesis (véase por ejemplo, El evangelismo, p.190; El conflicto de los siglos, pp.204, 205, 653; El otro poder, pp.33-36).
m)  Después de estudiar tal como se acaba de bosquejar, recurra a los diferentes comentarios y ayudas secundarias (tales como obras eruditas) para ver cómo otros han abordado el pasaje. Después, evalúe cuidadosamente los diferentes criterios expresados, desde el punto de vista de la Escritura como un todo.
n)  Al interpretar la profecía, tenga en cuenta que:
1)  La Biblia afirma el poder de Dios para predecir el futuro (Isa.46:10).
2)  La profecía tiene un propósito moral. No fue escrita simplemente para satisfacer la curiosidad acerca del futuro. Algunos de los propósitos de la profecía son fortalecer la fe (Juan 14:29) y promover una vida santa y la preparación para la segunda venida (Mat.24:44; Apoc.22:7,10,11).
3)  El centro de atención de muchas profecías está en Cristo (tanto en su primer advenimiento como en el segundo), la iglesia y el tiempo del fin.
4)  Las normas para interpretar la profecía se encuentran dentro de la misma Biblia: la Biblia menciona profecías de tiempo y sus cumplimientos históricos, el Nuevo Testamento cita específicamente cumplimientos de profecías del Antiguo Testamento acerca del Mesías, y el mismo Antiguo Testamento presenta a personas y eventos como tipos del Mesías.
5)  En la aplicación que el Nuevo Testamento hace de las profecías del Antiguo Testamento, algunos nombres literales llegan a ser espirituales: por ejemplo, Israel representa a la iglesia, Babilonia, a la religión apóstata, etc.
6)  Hay dos tipos generales de escritos proféticos: la profecía no apocalíptica (como se encuentra en Isaías y Jeremías) y la profecía apocalíptica (como se encuentra en Daniel y Apocalipsis). Estas clases diferentes tienen características diferentes.
·          
    • La profecía no apocalíptica se dirige al pueblo de Dios; la profecía apocalíptica es más universal en su alcance.
    •  
    • La profecía no apocalíptica con frecuencia es de naturaleza condicional, declarando al pueblo de Dios las alternativas de las bendiciones si obedecen y las maldiciones si desobedecen; la profecía apocalíptica recalca la soberanía de Dios y su control sobre la historia.
    •  
    • La profecía no apocalíptica con frecuencia salta de la crisis local al día de Jehová del tiempo del fin; la profecía apocalíptica presenta el curso de la historia desde el tiempo del profeta hasta el fin del mundo.
    • Las profecías de tiempo en la profecía no apocalíptica generalmente son largas. Por ejemplo, los 400 años de la servidumbre de Israel (Gén.15:13) y los 70 años de la cautividad babilónica (Jer.25:12). Las profecías de tiempo en la profecía apocalíptica generalmente están expresadas en términos cortos. Por ejemplo, 10 días (Apoc.2:10) o 42 mese (Apoc.13:5). Los períodos de tiempo apocalípticos representan simbólicamente períodos mayores de tiempo real.
7)    La profecía apocalíptica es altamente simbólica y debe ser interpretada en conformidad con esto. Al interpretar símbolos, pueden usarse los métodos siguientes:
·          
    • Busque interpretaciones (explícitas o implícitas) dentro del mismo pasaje (por ejemplo, Dan.8:20,21; Apoc.1:20).
    • Busque interpretaciones en otra parte en el libro o en otros escritos por el mismo autor [escritor].
    • Usando una concordancia, estudie el uso de los símbolos en otras partes de la Escritura.
    • Un estudio de los documentos del antiguo Cercano Oriente puede arrojar luz sobre el significado de los símbolos, aunque el uso Bíblico pueda alterar esos significados.
8)    La estructura literaria de un libro con frecuencia es una ayuda para interpretarlo. La naturaleza paralela de las profecías de Daniel es un ejemplo de esto.
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    • o)    Los relatos paralelos en la Escritura a veces presentan diferencias en detalle y en énfasis (por ejemplo, cf. Mat.21:33-44, Mar.12:1-11 y Luc.29:9-18; o 2 Rey.18-20 con 2 Crón.32).
Cuando estudie pasajes semejantes, examínelos primero con cuidado para estar seguro de que los paralelos se refieren realmente al mismo evento histórico. Por ejemplo, muchas de las parábolas de Jesús pudieron haber sido presentadas en diferentes ocasiones a diferentes auditorios y con fraseología diferente.
En los casos donde parece haber diferencias en narraciones paralelas, uno debe reconocer que el mensaje total de la Biblia es la síntesis de todas sus partes. Cada libro o escritor comunica lo que el Espíritu le impulsó a escribir. Cada uno hace su propia contribución especial a la riqueza, la diversidad y la variedad de la Escritura (El conflicto de los siglos, pp.7,8). El lector debe permitir que cada escritor de la Biblia sea visto y oído, y al mismo tiempo reconocer la unidad básica de la revelación divina.
Cuando parezca que los pasajes paralelos indican discrepancia o contradicción, busque la armonía fundamental. Recuerde que las diferencias pueden ser debidas a errores sin importancia los copistas (Mensajes Selectos, t.1, p.18), o pueden ser el resultado de diferentes énfasis y elección de materiales de varios autores [escritores], quienes escribieron bajo la dirección e inspiración del Espíritu Santo para diferentes auditorios en circunstancias diferentes (Ibíd., pp.24,25; El conflicto de los siglos, p.8).
Podría resultar imposible reconciliar diferencias de menor importancia en detalles que no son necesariamente pertinentes al mensaje claro y principal del pasaje. En algunos casos puede ser necesario posponer el juicio, hasta que podamos disponer de más información y mejores evidencias para resolver la aparente discrepancia.
p)    Las Escrituras fueron escritas con el propósito práctico de revelar la voluntad de Dios a la familia humana. Por consiguiente, para que uno no interprete erróneamente algunas clases de declaraciones, es importante reconocer que fueron dirigidas a pueblos de las culturas del Oriente y están expresados en sus modelos de pensamiento.
Expresiones tales como “Pero Jehová endureció el corazón de Faraón” (Exo.9:12), “Un espíritu malo de parte de Jehová” (1 Sam.16:15), los salmos imprecatorios, y los “tres días y tres noches” de Jonás al compararlas con la muerte de Cristo (Mat.12:40), generalmente no son bien entendidos porque hoy se interpretan desde un punto de vista diferente.
Es indispensable un conocimiento del trasfondo de la cultura del Cercano Oriente para interpretar tales expresiones. Por ejemplo, la cultura hebrea atribuía la responsabilidad a una persona por actos que no cometió pero que permitió que sucedieran. Por lo tanto, los escritores inspirados de las Escrituras comúnmente le atribuyen a Dios el tener parte activa en lo que en nuestra forma de pensar occidental diríamos que él permite o no impide que suceda, como por ejemplo, el endurecimiento del corazón de Faraón.
Otro aspecto de la Escritura que molesta a la mente moderna es la orden divina de Dios a Israel de empeñarse en guerras y ejecutar a naciones enteras. Originalmente, Israel fue organizado como una teocracia, un gobierno civil por medio del cual gobernaba en forma directa. Tal estado teocrático fue único. Ya no existe más y no puede ser considerado como un modelo directo para la práctica cristiana.
Las Escrituras registran experiencias y declaraciones de personas a las que Dios aceptó pero que no estaban en armonía como los principios espirituales de la Biblia como un todo, como por ejemplo, incidentes relacionados con el uso del alcohol, la poligamia, el divorcio y la esclavitud. Aunque no es explícita la condenación de semejantes costumbres sociales profundamente arraigadas, Dios no necesariamente respaldó o aprobó todo lo que permitió y soportó en las vidas de los patriarcas y en Israel. Jesús hizo esto claro en su declaración con respecto al divorcio (Mat.19:4-6,8).
El espíritu de las Escrituras es el espíritu de restauración. Dios trabaja pacientemente para elevar a la humanidad caída desde las profundidades del pecado hasta el ideal divino. Por consiguiente, no debemos aceptar como modelos las acciones de hombres pecadores como se registran en la Biblia.
Las Escrituras representan el despliegue de la revelación de Dios al hombre. Por ejemplo, el Sermón del Monte de Jesús amplía y trata más extensamente ciertos conceptos del Antiguo Testamento. Cristo mismo es la revelación final del carácter de Dios a la humanidad.
Aunque desde Génesis hasta Apocalipsis en la Biblia hay una unidad de principio a fin, y mientras toda la Escritura es igualmente inspirada, Dios eligió revelarse a sí mismo a seres humanos y por medio de seres humanos, y encontrarlos donde estaban en términos de sus capacidades espirituales e intelectuales. Dios no cambia, pero despliega progresivamente su revelación a los hombres en la forma en que son capaces de comprenderla (Juan 16:12;Comentario bíblico adventista, t.7 pp.956, 957; t.7A, pp.386, 387;Mensajes Selectos, t.1, pp.23,24). Cada experiencia o declaración de la Escritura es un registro divinamente inspirado, pero no cada declaración o experiencia es necesariamente normativa para la conducta cristiana hoy en día. Debe entenderse tanto el espíritu como la letra de las Escrituras (1 Cor.10:6-13; El Deseado de todas las gentes, p.123; Joyas de los testimonios, t.1, pp.437-440).
q)    Como objetivo final, haga la aplicación del texto. Haga preguntas tales como: ¿Cuál es el mensaje y propósito que Dios intenta transmitir a través de la Escritura? ¿Qué significado tiene este texto para mí? ¿Cómo se aplica a mi situación y circunstancias hoy en día? Al hacerlo así, reconozca que aunque muchos pasajes bíblicos tienen un significado local, no obstante contiene principios eternos aplicables a cada edad y cultura.
5. Conclusión
En la introducción al libro El conflicto de los siglos, Elena de White escribió:
“Pero la Biblia, con sus verdades de origen divino expresadas en el idioma de los hombres, es una unión de lo divino con lo humano. Esta unión existía en la naturaleza de Cristo, quien era Hijo de Dios e Hijo del hombre. Se puede decir de la Biblia, lo que fue dicho de Cristo: “Aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14, p.8).
Así como es imposible para los que no aceptan la divinidad de Cristo entender el propósito de su encarnación, así también es imposible para los que ven la Biblia sencillamente como un libro humano, entender su mensaje, por cuidadosos y rigurosos que sean en sus métodos.
Aun los eruditos cristianos que aceptan la naturaleza divino-humana de la Escritura, pero cuyos planteamientos metodológicos los mueven a detenerse mayormente en sus aspectos humanos, corren el riesgo de vaciar el mensaje bíblico de su poder, al relegarlo a un segundo plano, mientras se concentran en el medio. Se olvidan que el medio y el mensaje son inseparables, y que el medio sin el mensaje es una cáscara vacía que no puede dirigirse a las necesidades espirituales vitales de la humanidad.
Un cristiano comprometido usará sólo aquellos métodos que puedan hacer plena justicia a la naturaleza dual e inseparable de la Escritura, aumenten su habilidad para entender y aplicar su mensaje, y fortalezcan su fe

7. Preparación para el discipulado


Lectura propuesta para estudio de esta semana: Mateo 5-7; 10:1, 10:5-11:1; Marcos 3:1-19; Lucas 6:12-16.

1. La designación de los apóstoles y la diferencia con el discipulado
El acontecimiento propuesto por el autor de ES se encuentra en los siguientes sinópticos:Mateo 10.1-4; Marcos 3:13-19; Lc 6.12-16
“Entonces llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. Y los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; y Jacobo, el hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo, el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó” Mateo 10:1-4 (LBLA – destacado nuestro)
“Y subió* al monte, llamó* a los que El quiso, y ellos vinieron a El. Y designó a doce, para que estuvieran con El y para enviarlos a predicar, y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios. Designó a los doce: Simón (a quien puso por nombre Pedro), Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan hermano de Jacobo (a quienes puso por nombre Boanerges, que significa, hijos del trueno); Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananita; y Judas Iscariote, el que también le entregó” Marcos 3:13-19 (LBLA – destacado nuestro)
“En esos días El se fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y escogió doce de ellos, a los que también dio el nombre de apóstoles: Simón, a quien también llamó Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Jacobo, hijo de Alfeo, y Simón, al que llamaban el Zelote; Judas, hijo de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser traidor” Lucas 6:12-16 (LBLA – destacado nuestro)

1.1. ¿Cuál es la diferencia entre apóstol y discípulo?
Para lograr comprender la diferencia entre discípulo y apóstol seguiremos la siguiente secuencia. Primero haremos un resumen sintético y concluyente de la elección de los apóstoles según los sinópticos citados arriba. Segundo, distinguiremos la diferencia etimológica de ambas palabras. Tercero, recordaremos cómo se transforma una persona en discípulo según lo estudiado hasta aquí, y cuarto y último, presentaremos una tabla comparativa entre el discipulado y el apostolado para luego sacar las conclusiones.

1.1.1. Resumen sintético de los sinópticos
A continuación detallo un resumen sintético y concluyente de la elección de los apóstoles según el mensaje completo de los sinópticos cronológicamente:
1.      Jesús ora toda la noche hasta que se hace de día (Lucas)
2.      Habiendo orado, Jesús escoge de entre todos sus discípulos a 12 personas según Él quiso que así sea (“llama a los que Él quiso” – Marcos), y que Mateo llama indistintamente discípulos o apóstoles (dice: “llamando a sus doce discípulos” y luego dice “y los nombres de los doce apóstoles son estos”).
3.      Jesús da poder a esos 12 discípulos/apóstoles para expulsar espíritus inmundos, sanar dolencias y enfermedades (Mateo) y para que estén con Él y predicar (Marcos).

1.1.2. Diferencia etimológica de discípulo y apóstol
1. Discípulo: viene del Griego—mathetes, un pupilo, un aprendiz. En el N. T., es uno que acepta las instrucciones dadas por un maestro y que las hace parte de su diario vivir y conducta.
2. Apóstol: nos llega del Griego—apostolos, alguien enviado, embajador, mensajero. Como vemos, Jesús escogió 12 hombres para que fuesen sus testigos con autoridad.

1.1.3. ¿Cómo surgía el discipulado?
Ya hemos visto, a lo largo de todas las lecciones de este trimestre que existe una “secuencia” y/o “estados” por los que pasan las personas que Jesús llama para convertirse en discípulos. Las enumeramos nuevamente para fijarlas mejor, y luego compararlas con la idea de “apóstol” según la Biblia.
A. Se asombran ante su presencia, intervención y amor.
B. Se reconocen
 pecadores y no aptos para estar ante Él.
C. Aceptan
 humildemente el “llamado” para seguirle.
D. Están
 dispuestos a dejar lo que haga falta con tal de poder disfrutar de su compañía y cumplir con sus deseos.
Esta secuencia se corresponde con la definición etimológica de mathetes, dado que el estado al que llega la persona para convertirse en discípulo/a radica en su disposición a aceptar las instrucciones de su maestro y hacerlas parte de su vida.
Sin embargo, el apóstol no es investido del poder de Jesús sólo para aprender y aprehender sus enseñanzas (que podríamos sintetizar en su famoso “sígueme”, y que en la designación de los 12 apóstoles se expresa diciendo “para estar con Él”), sino que se le pide además, y expresamente, que “vaya” a sanar y predicar. En este sentido podríamos decir que mientras un discípulo es llamado para estar con Jesús, un apóstol es enviado para, con el poder de Jesús, convertir a otros hombres en discípulos.

1.1.4. Tabla comparativa entre discípulo y apóstol
Discipulo
Esta tabla nos permite sacar una conclusión importante. Todo apóstol es un discípulo, pero no todo discípulo es necesariamente un apóstol.

1.2. Conclusión sobre el discipulado y el apostolado
Repetimos la conclusión del último apartado.
TODO APÓSTOL ES UN DISCÍPULO, PERO NO TODO DISCÍPULO ES NECESARIAMENTE UN APÓSTOL
Bíblicamente es apóstol aquel que no solamente fue llamado por Jesús para estar con Él, y aceptar sus enseñanzas aplicándolas a su vida, sino que también fue ENVIADO a sanar, predicar y hacer más discípulos en su nombre y bajo su poder y autoridad. Esta realidad es muy útil a la hora de comprender el comportamiento de los diferentes miembros de iglesia. Algunos están siendo llamados, pero aún no se han decidido completamente. Otros han sido llamados y están “conviviendo” con Jesús intentando aprender de sus enseñanzas. Y otros recibieron poder del Espíritu Santo (por la autoridad que le fue concedida a Jesús) para predicar el evangelio y haced discípulos.
Como puede comprobarse, así como Jesús nos llama a ser discípulos, también nos llama a ser apóstoles. Y tanto uno como el otro son exclusivamente llamados divinos hacia hombres capacitados por su poder y su autoridad. No existe nada en ningún ser humano que lo haga discípulo u apóstol, sino la voluntad del Padre conferida a su Hijo.
Para terminar con una verificación bíblica de esta conclusión leemos un texto esclarecedor, denominada “La Gran Comisión”:
“Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había señalado. Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron. Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 20:16-20 (LBLA – destacado nuestro)
Fijaos cómo por la “autoridad que ha sido dada en el cielo y en la tierra” a Jesús, les dice a sus 12 discípulos “Id, pues, y haced discípulos”, otorgándoles el PODER que hace de ellos apóstoles de Cristo (enviados). ¿Cómo debían hacer discípulos? enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”. Aquí se ve claramente las dos definiciones dediscípulos (aquel que guarda lo que el Maestro enseña), y el apóstol (aquel que es enviado a predicar y sanar).

2. Más reflexiones sobre esta lección
2.1. Todo el sermón del monte va dirigido a sus discípulos. A todas las personas que reconociéndole como Hijo de Dios, y salvador del mundo (Dios con nosotros) quieren aprender de sus enseñanzas y aprehender de las mismas para aplicarlas en la vida diaria, para así llegar a ser luces que den testimonio por sí mismos de que “conviven” con Jesús para salvación.

2.2. Hoy, hay personas que son llamadas para pasar de muerte a vida (aquellos que no conocen de su nombre e identidad). Son llamados a ser discípulos coherentes con las enseñanzas de nuestro Maestro. Y finalmente,
 según su misma voluntad, algunos son llamados a ser “apóstoles” (Pablo, por ejemplo, fue llamado a ser apóstol de Jesucristo sin haber convivido físicamente con Él. Ver Romanos 1:1; Gálatas 1:1).
Dios nos ha dado dones y poder del Espíritu Santo, a cada uno según su voluntad.
“Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él. Y en la iglesia, Dios ha designado: primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Acaso son todos profetas? ¿Acaso son todos maestros? ¿Acaso son todos obradores de milagros? ¿Acaso tienen todos dones de sanidad? ¿Acaso hablan todos en lenguas? ¿Acaso interpretan todos? Mas desead ardientemente los mejores dones. Y aun yo os muestro un camino más excelente” 1 Corintios 12:27-31 (LBLA – destacado nuestro)
“El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.) Y El dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” Efesios 4:10-12 (LBLA – destacado nuestro)
Pablo es muy claro cuando describe que Dios designa a unos apóstoles y a otros profetas, maestros, administradores etc. No todos son apóstoles, y no todos deben ser apóstoles hoy. Es interesante esta reflexión porque muchas veces uno tiende a pensar que todos los cristianos son llamados a hacer las mismas cosas (a ser grandes oradores, grandes evangelistas, grandes maestros, grandes administradores, etc.), y no es esto lo que dice la Escritura. Lamentablemente la vanidad, el orgullo, la envidia, y la falta de comprensión de la esencia del evangelio lleva a muchos discípulos a querer aparentar un llamado que no han recibido. Por ello, Pablo, inmediatamente después de decir que es bueno “desear ardientemente los mejores dones” (1 Cor. 12:31), nos pasa a explicar que cualquier don (cualquiera de ellos, sea el de profeta, el de apóstol o el de maestro, y que además cita como “los primeros tres”) NO SON NADA SIN AMOR.
“Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy” 1 Corintios 13:1-2 (LBLA – destacado nuestro)
No os dejéis confundir por las apariencias. Los dones del Espíritu de cada uno de los miembros de la Iglesia de Cristo han sido distribuidos según SU VOLUNTAD, y para cumplir con SU MISIÓN, de manera que su obra sea eficiente.
Seas discípulo o apóstol debes procurar amar a tu prójimo como a ti mismo. Los dones son capacitaciones divinas que Dios da y quita según su voluntad, y que no tienen que ver contigo, sino con Él.
“Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” Lucas 10:20 (LBLA – destacado nuestro)

La importancia de disciplinar nuestro pensar




Tema principal: No sé de ninguna persona, incluido yo mismo, que no este en la necesidad de estar continuamente vigilando su mente y pensamientos. Si crees que eres el tipo que no necesita proteger sus pensamientos … déjame decirte que no lo eres.  Es un tema de mucha importancia para todos los cristianos y aún más importante para los que quieren ser o que ya son líderes en sus iglesias.

Puntos claves :
1.  Lee
 Proverbios 27:12 – Tengo que pensar en el futuro y estar alerta de la situación alrededor de mí. ¿Cuáles son las tentaciones que tengo?  ¿Cuáles son las distracciones que experimento?

2. 
 Romanos 7:21-25 nos recuerda que la forma en que utilizamos nuestra mente es la clave para un servicio efectivo para el Señor.  Queremos usar bien nuestras mentes para agradar a Dios, pero no es automático.  De hecho, es una batalla lograr esto.  Debemos no cambiar sólo nuestros pensamientos, pero cambiar de pensamientos y acciones – ambos son necesarios.


3. Lee
 Filipenses 4:8.  Los cristianos de verdad saben la importancia de controlar sus pensamientos.  “Controlar” significa someter mi mente a los principios de la Palabra de Dios.

4. Lee
 Josué 1:8, Salmo 1:2, Proverbios 23:7 y Lucas 6:45.  El pensamiento es la fuerza detrás de todas nuestras decisiones y  acciones.  El éxito espiritual depende de cómo usemos nuestros pensamientos.  Si nos falta estabilidad es porque no logramos controlar nuestros pensamientos.
5.  Lee Santiago 1:13-15.  La  tentación comienza en nuestras mentes.  Detrás de cada acto pecaminoso es un proceso de pensamiento malvado.  La gente rara vez peca impulsivamente.  Casi siempre esta pensando en algo pecaminoso que eventualmente nos conduce a la acción pecaminosa.
6.  Lee Proverbios 4:23, 2 Corintios 10:5, Romanos 13:14 y 1 Timoteo 4:7.  Dios nos manda a controlar nuestros pensamientos.  Es nuestra responsabilidad.  Los verdaderos cristianos aprenden cómo controlar sus pensamientos.  Requiere mucha disciplina.
7.  Lee Romanos 8:6.  Hay consecuencias graves si no controlamos nuestros pensamientos.
8.  Lee Santiago 1:13-15 y Romanos 13:14.  Las pautas para controlar nuestro pensar es así: (1) Reconocer el proceso de la tentación/pecado y decidir no permitir que esto pase en tu mente.  Escoger substituir estos pensamientos con pensamientos enfocados en el vivir y servir a Cristo con todo nuestro ser.
9.  Algunas sugerencias prácticas para substituir los pensamientos malvados con pensamientos enfocados en Cristo:
(1) La memorización de las Escrituras es la clave
(2) No pensar en la mentira que sea posible actuar en secreto, entonces siempre estar alerta y disciplinado (Proverbios 5:21-23)
(3) Cantar canciones buenas
(4) Tomar tiempo diario (o más frecuente) para pensar en la cruz.
(5) Recordarte que la carne nunca está satisfecha (Proverbios 27:20)
(6) El único lugar para encontrar la satisfacción verdadera esta en conocer la naturaleza y carácter de nuestro Dios (Salmo 73:25).
(7) Reconocer que cuando fallamos en la batalla hay perdón.  Aprendamos a ponernos de pie de nuevo y salir adelante, caminando en victoria. (Proverbios 24:16 y Efesios 6:10-18)
(8) Ora constantemente para la ayuda y victoria de Dios en esta lucha (Santiago 4:1-3)
Aplicación personal:

(1) ¿Cómo te va en cuanto a controlar tus pensamientos?

(2) ¿Necesitas un amigo con quien puedas tener rendición de cuentas?
(3) ¿Qué es lo que tienes que hacer para iniciar estos cambios?