lunes, 21 de febrero de 2011

Una Mirada a Hebreos 6:4-12

Una Mirada a Hebreos 6:4-12

Por: Héctor A. Delgado
Nota: Este comentario constituyen mis reflexiones sobre algunos aspectos teológicos que considero de interes en mis lecturas de los materiales de textos asignados por la universidad donde curso mi lecenciatura en teología.

1. ¿Cuál es su interpretación de Hebreos 6.4-12? ¿Cree usted que un cristiano puede perder su salvación? Explique.
El texto en cuestión dice: “Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada. Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (RV 1960).
Respuesta: Debo reconocer que estos versos desafían nuestra mente y nos llena de una reverente necesidad de entenderlo lo más correctamente posible. Creo que tener pendiente el siguiente principio de interpretación nos ayudará de cometer errores indeseados y lamentables: Los textos difíciles deben ser estudiados a la luz de los más fáciles y no viceversa. Por consiguiente, mientras más rápido echamos mano de este sencillo principio, mejor nos irá a la hora de hacer una exégesis de este texto.
Antes de procurar exponer mi punto de vista, presentaré una serie de comentarios representativos sobre este difícil pasaje. Es probable que mi solución quede expuesta antes de finalizar mi respuesta. Personalmente me tomé tiempo para leer el texto una y otra vez, así como consultar algunas obras especializadas, y al ver como los autores marchaban por terrenos diferentes, me permitió reconfirma la dificultad de este pasaje. El método que usaremos será el siguiente: Citaremos algunas partes, y la analizaremos a la luz del entendimiento de algunos eruditos que han escrito extensamente sobre este parte de Hebreos. Muchas veces el análisis de la gramática griega de este pasaje es entendido de la misma manera por eruditos de diferentes tendencias teológicas. Creo que el mayor obstáculo que enfrentan algunos especialistas no es la dificultad de asimilar la gramática del texto, sino el hecho de entender este pasaje a la luz de sus propios sistemas de creencias. No todos los académicos tienen la humildad para aceptar la realidad de otras ideas en contraste con las suyas.
Veamos ahora brevemente las posiciones que existen sobre este pasaje:
a)    Se habla aquí de cristianos que pueden perder la salvación.[1]
b)    Un argumento hipotético para advertir a los cristianos hebreos inmaduros que deben avanzar hacia la madurez.[2]
c)    Se refiere a cristianos que solo profesaron serlo, pero su apostasía realmente revela que no lo eran.[3]
Y así estamos listos para comenzar a analizar los siguientes puntos.
1)    “Los que una vez fueron iluminados […]”. Se discute qué significa esta iluminación. Algunos creen que es una referencia al bautizo cristiano.[4] Este es aparentemente el sentido que tenía esta palabra en la mitad del segundo siglo para los cristianos de Roma. Por otro lado, se reconoce que el verbo “iluminado” tiene otros sentidos en las Escrituras. En el cap. 10:32 se usa la misma palabra con el sentido de “conocimiento de la verdad” (cf. cap. 10:26). Este verbo aparece solo dos veces en la carta a los hebreos, pero aparece nueve veces en otras partes del Nuevo Testamento (NT de aquí en adelante), y con significados distinto a ser bautizados (cf. Apoc. 18:1; 21:23; 22:5; 1 Cor. 4:5; Luc. 11:36, etc.). Obviamente ser “iluminado” constituye una referencia a ser bendecido con el conocimiento de la verdad: “[…] para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efe. 1:17-18; cf. cap. 3:9; 2 Tim. 1:10). Siguiendo el principio de que la Biblia es su propio intérprete, debemos descartar la posible referencia al bautizo con el verbo “iluminado”.[5]
2)    “Y gustaron del don celestial […]”. Esta expresión denota la eucaristía y consecuentemente “la suma total de las bendiciones espirituales que están selladas sacramentalmente y cobran sentido en la eucaristía”.[6] Pero, ¿es esto lo que significa el “don celestial”? Algunos eruditos pueden decir: “Cualquier interpretación especial, tal y como la de la eucaristía o más generalmente la de perdón, paz y otras similares, queda corta de la idea general que se requiere aquí”.[7]
No hay que ver la expresión “don celestial” en forma tan ambigua o restringida, pues la misma Escritura nos dice cuál o cuáles constituyen los dones celestiales. a) Jesús, “el don de Dios” (Jn. 3:16; 4:10). b) El Espíritu Santo (mencionado directamente en este pasaje, v. 4b), (Jn. 14:16; Hech. 2:38; 8:20, etc.). c) La gracia de Dios y el don de la justicia (Rom. 5:15, 17; 2 Cor. 9:15; Efe. 4:7). “El don celestial” puede ser una expresión superlativa que abarca todos estos demás dones que vienen en y por un solo medio: nuestro Señor Jesucristo. Es probable también que el escritor inspirado sencillamente esté haciendo referencia el don de la salvación o quizá un don especial del Espíritu (Rom. 5: 15; 1 Cor. 12, cf. Heb. 6:4b).
3)    “Hechos partícipes del Espíritu Santo […]”. Esta declaración no es inconclusa como parece sugerir F. F. Bruce, relegando su significado a las expresiones siguientes. No descarto que esta expresión deba ser entendida en el contexto de las otras que le anteceden y siguen, ya que “el original griego indica la estrecha relación que hay entre la cláusula precedente y esta”.[8] Lo que creo es que la frase en sí misma tiene suficiente peso y sentido como para entender a lo que hace referencia. De no ser así, creo que sería la única de la lista presentada aquí.
La participación del Espíritu Santo puedo ser una realidad para los cristianos hebreos por medio de “un derramamiento” del Espíritu como poder iluminador y regenerador que dio como resultado la conversión (Juan 3:5; Tit. 3:5-7), o mediante el impartimiento de algún don especial para la edificación de la iglesia (1 Cor. 12).
Craig S. Keener nos dirá que el “judaísmo primitivo limitaba la posesión del Espíritu. Los Rollos MM limitaban la actividad del Espíritu Santo a la congregación de los hijos de la luz; es decir, los que estaban de acuerdo con ellos […]”.[9] Luego nos dirá claramente que “’iluminados’ o ‘alumbrados’ claramente significa convertidos, como en 10:32; los Rollos MM similarmente hablan de sus maestros como los ‘iluminadores’ y de sus maestros como ‘hijos de luz’ […] tanto el uso de ‘celestial’ en la carta (cf. el 3;1; 8:1-5) como la iluminación del Espíritu Santo a los cristianos en la literatura cristiana primitiva, también indican que esta persona era genuinamente convertida”.[10]
4)    “Asimismo gustaron de la buena Palabra de Dios y los poderes del siglo venidero […]”. El “asimismo” usado aquí da énfasis  a la “participación” del Espíritu. No solo es que los destinatarios de este fuerte mensaje habían “tenido parte en el Espíritu Santo” (NVI), sino que también “gustaron” (gr. géuomai), “la buena Palabra de Dios”. El verbo “gustar” es muy enfático, no hace referencia a una experiencia o conocimiento superficial, denota “estudio, meditación y aceptación”.[11] Los cristianos hebreos escucharon la “buena Palabra”, la estudiaron detenidamente, la meditaron profundamente y la aceptaron gozosamente. Esto solo puede ser verdad si se hace referencia a cristianos genuinamente convertidos.
Pero hay algo más que “gustaron”, “meditaron” y “aceptaron” los creyentes referidos en estos versos: “los poderes del siglo venideros”. Algunos han visto aquí una referencia a las “obras poderosas” que acompañaron a la proclamación del Evangelio como señales que atestiguaban que “el siglo venidero ya había entrado en el siglo presente”.[12] “En principio nos es dado experimentar en la era presente los poderes que pertenecen a la era futura […] Cuando la era venidera amanezca, conoceremos plenamente los poderes sobrenaturales que ahora se nos permite observar”.[13] William Barclay nos dirá: “El cristiano saborea ya, aquí y ahora, las bendiciones de la era por venir, del Reino de Dios. Aun en el tiempo prueba, saborea ya anticipadamente la eternidad”.[14]
El hecho de que estos cristianos habían “gustado” los “poderes celestiales” denota que habían participado de ellos, “ya fuera recibiendo personalmente una curación u otro beneficio, o haciendo un milagro, o haberlo presenciado”.[15] En esta parte concluye la lista de bendiciones. Barclay observa que el “autor de Hebreos completa así su brillante catalogo de bendiciones del cristiano; y después, de pronto, resuena como un trueno: ‘¡Pero se vuelven apóstatas, se vuelven atrás!’”.[16]
Y con esta declaración llegamos a la parte que define todo el asunto: “Es imposible que […] sean otra vez renovados para arrepentimiento […]”. Ahora debemos notar que la enumeración de las “diferentes cualidades” era sólo “para mostrar que esas personas habían tenido una experiencia auténtica. Habían sido testigos del gran poder de Dios en su vida y en la de otros. Se les había confiado mucho, y mucho se les pediría”.[17] Es difícil entender estas declaraciones de otra manera. He leído el pasaje una y otra vez y no puedo verlo de otra forma.
Es natural comprender que los que creen en la doctrina de la perseverancia eterna de los santos no pueden ver ni aceptar la idea que acabo de puntualizar en el párrafo anterior. Porque, ¿cómo permanecería de pie su sistema de creencias? Deben buscar una respuesta como alternativa que los inmunice contra la verdad sostenida por estos versos.
Hay que reconocer que este pasaje y otros que aparecen en la misma carta a los Hebreos (cf. caps. 2:1-4; 3:7-4:13; 10:26-39; 12:12-29), así como en otras partes de la Biblia, plantea cuestiones serias a la doctrina de la perseverancia eterna de los santos. Por ejemplo, la permanencia en la fe y los privilegios que comporta se presenta una y otra vez en la Biblia como un hecho condicional, sujeto a. Por ejemplo, después que el apóstol Pedro expuso las virtudes de la vida cristiana, dijo categóricamente: “Si hace estas cosas no caerán jamás y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor Jesucristo […]” (2 Ped. 1: 12b-13, NVI). Pero el aspecto de condicionalidad no debe asustarnos, como si eso fuera a causar el colapso del Plan de la Salvación, o fuera a erosionar la soberanía divina; sencillamente significa que algunos seres humanos lo aceptan mientras otros no, y que algunos que lo han aceptado permanecerán firme por la fe, mientras que otros no.
De igual manera, cuando leemos la historia de Abrahán, descubrimos (muy a pesar de que se nos ha dicho que esas promesas eran incondicionales) que existía un elemento condicional para retener semejantes promesas. Dios le digo claramente que la única manera que Él podía cumplir “lo que le había prometido”, era si instruía “a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del SEÑOR y pongan en práctica lo que es justo y recto” (Gén. 18:19, NVI). Luego le hizo saber a Isaac que derramaría sobre él las mismas bendiciones por una razón fundamental: “Porque Abraham me obedeció y cumplió mis preceptos y mis mandamientos, mis normas y mis enseñanzas” (Gén. 26:5, NVI, las cursivas no están en el original). Aquí no se habla de salvación por obras, pero sí se habla de la perseverancia en el camino de Dios por la fe. Estos versos revelan que las bendiciones de las promesas podía perderse si no se mantenía una relación de sumisión y fe a la voluntad revelada de Dios. Cuando la nación de Israel no mantuvo este estándar de fe, ¿qué ocurrió? Fueron desechados y en su lugar surgió la iglesia cristiana. Los cristianos son llamados en la carta a los Hebreos “los herederos de la promesas” (Heb. 6:17, cf. 12b).
Simón J. Kistemaker reconoce que “estamos ante un misterio cuando vemos a Dios sacar de Egipto a la nación escogida, Israel, y luego destruir a la gente de veinte años y arriba en el desierto (Nm. 14:29); o cuando vemos a Jesús pasar una noche en oración antes de designar a Judas como uno de su discípulos (Lc. 6:12, 16) y más tarde declarar que Judas estaba ‘condenado a la perdición’ (Jn. 17:12); y también cuando vemos a Pedro aceptar a Demas como compañero evangelista y ver cómo éste años más tarde abandona a Pablo porque, en las palabras del mismo Pablo, ‘Demas amaba este mundo’ (2 Tim. 4:10)”.[18] Luego observa perspicazmente que “el escritor de Hebreos observa que los desobedientes israelitas murieron en el desierto a causa de la incredulidad. Por analogía, es real la posibilidad de que personas que han confesado a Cristo, caigan (Mat. 7:21-23)”.[19]
Creo que la Biblia revela una y otra vez que aquellos que heredarán la eternidad no son los que fueron objetos de una decisión o determinación divina, sino aquellos que aceptaron voluntariamente el “don celestial” y después de aceptarlo, perseveraron en la fe. La fe, si bien es un don de Dios, es también nuestra respuesta al don que Dios nos ha dado en su divino amor (Jn. 3:16). Una y otra vez leemos: “Al que persevere hasta el fin, ese será salvo” (Mat. 10:22; 24:13; Mar. 13:13). También leemos repetidas veces: “Al que venciere […]” (Apoc. 2:7, 11, 17, 26; 3:12; 21). Luego leemos categóricamente: “El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!” Y el que oiga, también diga: “¡Ven!” Y el que tenga sed y quiera, venga y tome del agua de la vida de balde” (Apoc. 22:17). Es claro, “el que tenga sed y quiera”.
Entonces, qué decir de la imposibilidad de arrepentimiento de las personas referidas bajo semejantes forma de apostasía. Ya referimos que  “los alcances de la caída pueden ser juzgados por los privilegios concedidos”. Como los privilegio son tantos, la caída (en este contexto) será fatal. Pero es bueno saber que “cuando leemos este pasaje, debemos recordar que se escribió en una época de persecución: y en tiempos así la apostasía es el pecado capital”.[20] Doscientos años después de haber sido escrita esta carta, cuando concluyó la persecución del emperador Dioclesiano, la “única prueba que le aplicaban a los miembros de la Iglesia que había sobrevividos, era: ‘¿Renegaste de Cristo para salvar la vida?’ Si había renegado de su Señor, desde entonces tendría cerrada la puerta de la iglesia”.[21]
En nuestro pasaje resulta claro que el autor de la carta a los Hebreos tiene un pecado en mente: la apostasía deliberada. En relación con otro tema, el autor de Hebreos nos dirá: “Si continuamos pecando deliberadamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrifico por el pecado” (cap. 10:26). “El escritor nada dice en cuanto a la restauración de un pecador endurecido; a lo que se refiere es a la imposibilidad de quitar el pecado a causa de que la persona peca deliberadamente. La palabra deliberada recibe todo el énfasis en el griego original por estar en primer lugar en la oración”.[22] De manera que lo nuestro autor no dice, no demos decirlo nosotros.
Algunos interpretan la declaración “renovados para arrepentimiento” como “para que se produzca el deseo de arrepentirse”. Luego se nos dice: “Este no es el caso de un hombre que procura volverse a Dios, pero que le es imposible arrepentirse, sino el de un hombre que no desea regresar a la vida de la cual se apartó”.[23]
La correcta interpretación de este pasaje también depende mucho de la comprensión que tengamos del participio griego que se traduce “crucificando”. Esta construcción griega con un participio “puede expresar tiempo, causa, condición o propósito”. De manera que algunos interpretes han sugeridos que el sentido aquí es temporal por lo que el pasaje debiera traducirse: “es imposible renovar el arrepentimiento mientras continúen crucificando al Hijo de Dios”. Es común este uso temporal del participio en las Escrituras.  Entonces, si así se acepta este sentido, lo que el pasaje está diciendo es que “los que han apostatado no pueden ser restaurados mientras continúen sin arrepentirse”. Entonces entra aquí en efecto el consejo de Santiago: “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados” (cap. 5:20). Este parece ser el sentido cuando se lee en las versiones RV 1960, NVI o BJ. Entonces, es evidente que existe la posibilidad de que un cristiano se aparte de la verdad e incluso que pueda ser rescatado de su estado de apostasía.
Por otro lado, si aceptamos el uso causal del participio (“en vista de”, “puesto que”, “debido a”, etc.), entonces debemos considerar que nuestro difícil pasaje se ocupa del pecado imperdonable, “pues los culpables de este pecado son los únicos que no pueden ser renovados para arrepentimiento. Este pecado generalmente se manifiesta en un continuo rechazo de las invitaciones de Dios y de las súplicas del Espíritu. Se trata de un endurecimiento del corazón, hasta que ya no hay ninguna respuesta a la voz de Dios. Por esta razón una persona que ha pecado contra el Espíritu no siente arrepentimiento, ni experimenta dolor por su pecado, ni desea apartarse de él, pues no hay una conciencia que lo acuse. Si alguno tiene el sincero deseo de hacer lo correcto, puede creer confiadamente que aún hay esperanza para él.
“Esto debería ser una fuente de consuelo para el alma desanimada, pero de ninguna manera debería usarse como un incentivo para el descuido. Dios desea consolar a los desconsolados, pero también quiere advertir a su pueblo en cuanto al peligro de llegar al punto sin retorno”.[24]
Resulta claro entonces que lo “imposible” viene a razón de lo que se rechaza. Esta clase de apostasía deja al ser humano vacío de Dios y más allá de su amor redentor. Estamos hablando aquí del pecado imperdonable. Y de este tipo de pecado no es posible rescatar a alguien (cf. 1 Jn. 5:16).
Veamos ahora brevemente algunas palabras sobre la declaración “crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio”. Estas palabras obviamente son metafóricas, pues no es posible que Jesús sea crucificado físicamente “de nuevo”. Pero la expresión “de nuevo” posee un sentido muy singular ya que esta carta fue enviada a judíos convertidos al cristianismo. Fueron los judíos precisamente que rechazaron originalmente a Cristo (cf. Jn. 1:11), y ahora que muchos de ellos (incluyendo líderes importantes) lo habían aceptado como el Mesías estaban siendo sacudidos en su fe y corrían el riesgo de apostatar de la verdad del Evangelio. De manera que “de nuevo” es parte de esta seria advertencia. Es una expresión que pone el dedo en una llaga dolorosa, pero que debía ser sanada por la permanencia en la nueva doctrina por medio de la fe. La incredulidad había hecho naufragar a sus antepasados (Heb. 3:16-19), y también podía hacerlos colapsar a ellos, de manera que, la única forma de mantenerse de pie, no era confiando en un inexorable decreto divino, sino en disponerse personalmente a labrar su “salvación con temor y temblor” (Fil. 2:12). La fe es algo subjetivo, es un don de Dios vertido en nuestra mente y corazón, por lo tanto, debe ser cultivada día a día por medio de la contemplación, el estudio de la Palabra de Dios y la sumisión voluntaria y dispuesta a la voluntad de Dios.
La advertencia es seria, porque lo que puede ocurrir es grave, pero en el verso 9 el Apóstol pone su mano sobre los hombros de estos creyentes y les dice con amor: “Queridos hermanos, aunque nos expresamos así [con semejante fuerza y seriedad], estamos seguros que les espera lo mejor, es decir, lo que atañe a la salvación [no a la perdición]” (NVI). Luego en los versos 10-11 enumera algunas de sus buenas obras que son en sí mismas evidencias de la fe que ha estado operando en ellos (cf. Sat. 2:17-26). Entonces viene el mejor de los consejos: “No sean perezosos [no se sienten], más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas” (v. 12, NVI). Los cristianos hebreos tenían dos grupos como ejemplos: 1) Sus antepasados que habían triunfados a pesar de que muchos otros cayeron en el camino (Heb. 11; 21:1), y 2) los que en sus propios días estaban “heredando” las mismas promesas, ya fueran de su propio pueblo de entre los gentiles (cf. Rom. 9:30-32). Así que, si tantas personas habían perseverado y triunfado por la fe y aun en el presente estaba algunos perseverando y triunfando por la fe, ¡ellos también podían hacerlo!
No puedo ver aquí otra cosa que la triste realidad de que los cristianos (y no voy a decir “cristianos verdaderos” emitiendo juicio sobre ellos, algo que solo corresponde a Dios), pueden perder su fe, pero mucho más, veo también aquí la realidad de que también podemos permanecer en la fe, gracias a las advertencias, correcciones y motivaciones que nos da la misma palabra. Termino con un pasaje que contiene ambas verdades:
“No desechéis, pues, vuestra confianza, que tiene grande recompensa. Porque la perseverancia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poco, muy poco más, y el que ha de venir vendrá, y no tardará’. ‘Ahora el justo vivirá por la fe. Pero si retrocede, no me agradará’. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen y alcanzan la salvación” (Heb. 10:35-39). Esta es la verdadera perseverancia de los santos, aquella que proporciona seguridad eterna.
Notas y Referencias:
[1] Estos argumentos son tomados de la nota de la NVI sobre Heb. 6:4-6, (Editorial Vida,  2002), p. 1956.
[2] Una buena respuesta a este argumento puede ser leído en una obra de varios autores, Walter C. Kaiser Jr., Peter H. Davids, F. F. Bruce, Manfred T. Branch, Pasajes Difíciles de la Biblia (Editorial Mundo Hispano, 2010), pp. 671-673.
[3] Esta es la posición que asume Thomas D. Lea, El Nuevo Testamento, su trasfondo y su mensaje (Editorial Mundo Hispano, 2000), pp. 532, 533. Hay incluso algunos eruditos que prefieren ver estas palabras de Hebreos “desde la perspectiva práctica del autor. Puesto que sabía que escribía a un grupo de personas que profesaba ser cristiano (y aparentemente pensaba que lo eran), también sabía que algunos de ellos pudieran ser personas no genuinamente salvadas” (Paul N. Benware, Panorama del Nuevo Testamento [Editorial Portavoz, 1990), pp. 253, 254. Personalmente no creo que este argumento pueda probarse con la carta a los Hebreos, porque no logro asimilar la idea de que el apóstol estuviera escribiendo para cuestionar la profesión de fe de los destinatarios de la carta.
[4] F. F. Bruce nos dirá: “Resulta tentador entender el verbo aquí en el sentido del bautizo, […]” (La Epístola a los Hebreos [Libros Desafíos, 2002], p. 121.
[5] Si bien la interpretación del texto sagrado no hace a un lado el sentido histórico subyacente en el pasaje, no podemos usar una costumbre de casi un siglo después de la composición de la carta para forzar una idea en el texto. Bruce no presenta evidencia para probar que la palabra “iluminado” tenía el sentido de “bautizado” en los días apostólicos. Los más cerca que llega es a “la mitad del segundo siglo” (Ibíd.).
[6] Bruce, Ibíd., p. 122.
[7] B. F. Westcott, Comentary on the Epistle to the Hebrews (Gran Rapids: Eerdmans, 1950), p. 148, citado en Simon J. Kistemaker, Hebreos, Comentario al Nuevo Testamento (Libros Desafíos, 1999), p. 190.
[8] Kistemaker, Ibíd., p. 190. La relación más directa de “participantes del Espíritu Santo” obviamente es “imposición de manos”.
[9] Comentario del Contexto Cultural de la Biblia, Nuevo Testamento (Editorial Mundo Hispano, 2003), p. 623.
[10] Ibíd.
[11] Comentario Bíblico Adventista, tomo VI, p.  449, (CBA, de aquí en adelante)
[12] Bruce, Ibíd., p. 123.
[13] Kistemaker, Ibíd. p. 191.
[14] Comentario al Nuevo Testamento, 17 tomos en 1 (Editorial CLIE, 1999), p. 895.
[15] CBA, tomo VI, p. 449.
[16] Ibíd., la cursiva está en el original.
[17] CBA, tomo VI, p. 450.
[18] Ibíd., p. 195.
[19] Ibíd.
[20] Barclay, Ibíd., las cursivas están el original.
[21] Ibíd.
[22] Kistemaker, Ibíd., pp. 193, 194.
[23] CBA, tomo VII, las cursivas no están en el original.
[24] Ibid., pp. 450, 451.

EL SANTUARIO

jueves, 17 de febrero de 2011

Por qué el Antiguo Pacto fracasóBy Joe Crews
Derechos Reservados ©1980
POR QUÉ EL ANTIGUO PACTO FRACASÓ

Hace algún tiempo me bajé de la plataforma al final de un mensaje de evangelización y me apresuré hacia la puerta principal para saludar a la gente. De repente, mi camino estaba bloqueado por tres jóvenes, uno de ellos me dijo, con voz alta. Él dijo: "Hermano Joe, nos sentimos decepcionados con la manera en que nos puso esta noche de nuevo bajo el Antiguo Pacto por la predicación sobre el día de reposo del séptimo día. ¿No se da cuenta de que vivimos bajo el Nuevo Pacto y ahora se debe mantener el domingo en lugar del día de reposo? "

Ese joven estaba expresando la convicción de muchos miles de cristianos de hoy en día que sinceramente creen que los Diez Mandamientos constituyen la Antigua Alianza, que desaparecieron en la cruz y, por tanto, no aplican actualmente a los cristianos salvos por la gracia. ¿Es esta una premisa verdadera? Si es así, ciertamente debemos ser claramente informados de la doctrina a fin de evitar la trampa del legalismo mortal. Por otra parte, si los Diez Mandamientos siguen siendo vinculantes, sería el error más trágico descontar tan solo uno de los grandes preceptos morales.

Nadie puede negar que haya declaraciones en el Antiguo Testamento que se refieren a los Diez Mandamientos como un pacto, sin embargo, nuestro propósito será demostrar que la ley Diez Mandamientos no era el Antiguo Pacto que fue abolido.

Pero antes de ahondar en este tema tan fascinante, tenemos que definir lo que realmente es un pacto. Hay muchos tipos y formas, pero básicamente un pacto es un acuerdo entre dos partes fundadas en las promesas mutuas. A lo largo de los siglos Dios había tratado a su pueblo a base de pactos. Él es un Dios razonable, e invita: "Venid ahora, y razonemos juntos", Isaías 1:18.

A veces, Dios establecía pactos con personas como Moisés, Abraham y David, y en ocasiones con la nación de Israel. El pacto más importante de todo fue creado mucho antes de que este mundo comenzara a existir. Era un pacto entre el Padre y el Hijo y tuvo que ver con la eventualidad del pecado. Jesús se ofreció a sí mismo en la eternidad inmensa del pasado como el "Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" Apocalipsis 13:8. ÉL estuvo de acuerdo en convertirse en el sacrificio expiatorio para redimir al hombre, si Adán y Eva eligieran pecar.

Los términos de ese pacto eterno nunca han sido cambiados o reemplazados. Aunque muchos otros convenios se han establecido a través de los años, la mera facilitación de la salvación por la fe se ha mantenido vigente a través de todas las edades, para toda la humanidad.

Sin embargo, el pacto que ha causado la mayoría de los malentendidos, es designado como "el Antiguo Pacto" por el escritor de Hebreos. También describe la institución de un nuevo pacto que tiene algunas ventajas muy importantes sobre la antigua. He aquí cómo se describen las dos: "Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. Porque reprendiéndolos dice: he aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer", Hebreos 8:6-13.

Esta descripción no deja lugar a dudas sobre el destino del Antiguo Pacto. Fue hecho a un lado a favor de uno nuevo que tenía mejores promesas. Naturalmente, estamos interesados en saber todo sobre ese nuevo pacto el cual colocará la ley de Dios en el corazón y la mente. Pero también tenemos que entender la naturaleza del pacto que desapareció. Se les ha enseñado a millones de personas que fue la ley de los Diez Mandamientos. Se jactan de sentirse libres de la ley y claman caminar en la libertad gloriosa de las obras del Pacto del Antiguo Testamento.


El Antiguo Pacto - No los Diez Mandamientos

¿Es ésta una posición bíblica? Es igualmente importante entender lo que no fue el Antiguo Pacto, pero igualmente saber lo que fue. Ahora, echemos un vistazo a tres pruebas absolutas de que el pacto que desapareció no fue los Diez Mandamientos. Entonces vamos a determinar mediante la comparación de escritura con escritura justo lo que el Antiguo Testamento fue.

En primer lugar, notamos que el Antiguo Pacto tenía algunas promesas pobres. En el Nuevo Pacto, se nos dice, "fue establecido sobre mejores promesas". Versículo 6. Dígame, ¿alguien ha sido capaz de señalar las pobres promesas en los Diez Mandamientos? Nunca. Por el contrario, Pablo declara que eran muy buenas. "Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor: porque esto es justo. Honra a tu padre y madre, que es el primer mandamiento con promesa; Eso puede estar bien contigo, y seas de larga vida sobre la tierra", Efesios 6:1-3.

Esta declaración por sí sola es suficiente para demostrar que el escritor de Hebreos no estaba atribuyendo promesas débiles a la ley moral. El Antiguo Pacto, sea lo que fuese, nunca podría ser los Diez Mandamientos.

El segundo error con el Antiguo Pacto fue que era imperfecto. La Biblia dice: "Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, no debería lugar se han buscado para el segundo", Hebreos 8:7. Déjeme hacerle una pregunta: ¿Algún hombre ha sido capaz de encontrar algún problema o algún error en la escritura a mano de Dios? El salmista declaró que: "La ley del Señor es perfecta, que convierte el alma", Salmo 19:7. Pablo escribió: "Por lo cual la ley es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno", Romanos 7:12

¿Suena eso como algo débil e imperfecto? Ninguna ley podía ser perfecta e imperfecta a la vez. Se vuelve más y más evidente que el Antiguo Pacto no puede haber sido los Diez Mandamientos.

Por último, sin embargo, leemos lo más dramático del Antiguo Pacto: ¡iba a ser abolido! "Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer", Hebreos 8:13. Ahora podemos hacernos una pregunta que debe resolver todas las dudas al respecto. ¿Desapareció la gran ley moral de los Diez Mandamientos? Cualquiera que haya leído el Nuevo Testamento tiene que contestar, ¡por supuesto que no! Pablo afirma exactamente lo contrario sobre la ley. Él preguntó: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? De ninguna manera, sino que confirmamos la ley", Romanos 3:31.

¿Se contradice la Biblia? ¿Puede algo desaparecer y crearse al mismo tiempo? ¿El mismo escritor dice cosas opuestas sobre la misma ley? Sólo para asegurarnos de que Pablo no estaba diciendo que el Antiguo Pacto era la ley, insertamos las palabras "Antiguo Pacto" en lugar de la palabra "ley" en Romanos 3:31. ""¿Luego por la fe invalidamos el Antiguo Pacto? De ninguna manera, sino que confirmamos el Antiguo Pacto."

Eso no suena bien en absoluto, ¿verdad? Sabemos que el Antiguo Pacto había desaparecido y no se podía hablar de él de esta manera. Muy claramente, entonces, podemos ver que el pacto que llegó a su fin no pudo haber sido los Diez Mandamientos.


¿Cuál era el Antiguo Pacto?

Después de haber encontrado lo que no era el Antiguo Pacto, ahora estamos listos para identificarlo específicamente en la Palabra. Para ello hay que remontarse a la Biblia en el libro del Éxodo. Muchas personas no han podido ver que había más de un pacto que participaba en el monte Sinaí. Dios llamó a Moisés a la montaña antes de que Él diera la ley y propuso un pacto entre Él y su pueblo: "Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel… si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel", Éxodo 19:3-6.

Observe cómo Dios le pidió a Moisés que presente su oferta a la gente. Aquí están todos los elementos de un verdadero pacto. Las condiciones y las promesas están establecidas para ambas partes. Si los hijos de Israel aceptan la propuesta de Dios, un pacto será establecido. ¿Cómo respondieron a la oferta divina? "Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo", Éxodo 19:7, 8.

Tan pronto como la respuesta volvió a Dios, la base del Antigua Pacto fue establecida. Pero antes de que pudiera entrar en operación formal tenía que haber un cierre, o la posibilidad de ratificar el pacto. Este servicio ritual implicaba la aspersión de la sangre de buey a la gente y se describe en Éxodo 24:4-8: "Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas".

Una vez más se nos recuerda que este pacto no fue la propia ley, pero se hizo "sobre todas estas cosas". Los Diez Mandamientos son la base para el acuerdo. El pueblo se comprometió a respetar ese derecho, y Dios les prometió a cambio bendecirlos. La debilidad fundamental en todo el acuerdo giraba en torno a la forma en que Israel prometió. No se sugirió que no podían ajustarse completamente a todos los requisitos de Dios. Tampoco hubo ninguna solicitud de ayuda divina. "Podemos hacerlo", insistieron. Aquí está un ejemplo perfecto de apoyarse en la carne y confiar en la fuerza humana. Las palabras están llenas de confianza en sí mismo. "Todo lo que el Señor ha dicho haremos, y obedeceremos".

¿Fueron capaces de cumplir esa promesa? A pesar de sus reiteradas seguridades, desgraciadamente rompieron su palabra antes de que Moisés pudiera incluso bajar a la montaña con las tablas de piedra. ¿Empezamos a ver dónde estaban las promesas pobres en el Antiguo Pacto?

El libro de Hebreos comienza a revelarse. Allí Dios es reportado como "encontrando culpa en ellos". Hebreos 8:8. Él dijo: "Porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor". Versículo 9. La culpa se coloca de lleno al lado humano del pacto mutuo. Así pues, podemos saber exactamente por qué Pablo escribió como lo hizo acerca de este antiguo pacto en Hebreos 8. Lo hizo de género a la servidumbre, resultó defectuoso, tenía promesas pobres, y se desvaneció - todo porque la gente no resistió a obedecer su parte del acuerdo. Poniendo todas estas cosas juntas podemos ver por qué un nuevo pacto se necesitaba desesperadamente, que habría mejores promesas.

¿De qué manera fueron mejores las promesas del Nuevo Pacto? Debido a que Dios las hizo y les garantizó obediencia exitosa solamente por medio de su fuerza. "Pondré mis leyes en la mente de ellos…Y seré a ellos por Dios… Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades. Pondré mis leyes en la mente... Yo seré Dios para ellos ... seré propicio a sus injusticias y sus pecados y de sus iniquidades no me acordaré más." Hebreos 8:10-12.

¿Cómo fue ratificado el Nuevo Pacto? De la misma manera que se confirmó el Antiguo - por el derramamiento de sangre. Pero en lugar de un buey tuviera que derramar su sangre, el Hijo de Dios sin pecado proporcionaría la sangre del esparcimiento: "Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo", Hebreos 13:20, 21.

¡Qué contraste con las promesas débiles de la carne hechas por Israel en el Sinaí! En lugar de que la gente "tuviera que hacer", la promesa del Nuevo Pacto Dios es "hacerlo perfecto en toda buena obra... trabajando en usted". Ya no es el esfuerzo humano. Ya no es tanto que usted trabaje, sino que Él "trabaje en usted". ¿Y cómo se pone a disposición esta poder? "A través de la sangre del pacto eterno". Por lo que Jesús hizo en la cruz.


El Nuevo Pacto Basado en Conversión

Esto nos lleva al corazón mismo de la operación del Nuevo Pacto. La obediencia es posible gracias a la redacción de la ley de Dios en el corazón. A través de la regeneración espiritual, la mente y el corazón se transforman. Cristo realmente entra en la vida del creyente e imparte su propio poder de obediencia. Al participar de la naturaleza divina, el más débil ser humano comienza a vivir la misma vida de Jesucristo, manifestando su victoria, y crucificardo la carne.

Pablo describe la operación de esta manera: "Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu", Romanos 8:3, 4.

La palabra de justicia es "dikaima", es decir "sólo requisito" de la ley. En otras palabras, porque la vida sin pecado de Jesús en la carne, el requisito de la ley puede ser cumplido en nosotros. Él superó el pecado en el mismo tipo de cuerpo que tenemos, para que pudiera difundir la victoria para nosotros. Él realmente vive su propia vida santa de la separación del pecado en nuestros cuerpos terrenales si le permitimos hacerlo. Esta es la promesa del Nuevo Pacto para cada creyente, confiar en el Hijo de Dios. Y es absolutamente la única manera para que cualquier persona pueda cumplir los requisitos de la ley: "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria". Colosenses 1:27. "Lo que vivo ahora en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó así mismo por mí". Gálatas 2:20.

Es muy importante para nosotros entender que la ley del Nuevo Pacto escrita en el corazón es exactamente la misma ley que tenía grabada en la piedra. Estos principios espirituales reflejan el carácter mismo de Dios, y sirven de base para su gobierno. La diferencia no está en la ley, sino en el ministerio de la ley. Escrita solamente sobre las tablas de piedra, sólo puede condenar y ministrar la muerte, "Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden", Romanos 8:7. Recibida en el corazón que ha sido espiritualizado por la gracia de conversión de Cristo, la misma ley se convierte en una delicia. El amado Juan declaró: "Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravados." 1 Juan 5:3. No sólo es la ley dolorosa para el niño lleno del Espíritu de Dios, sino la obediencia se convierte en una posibilidad gozosa. El salmista escribió: "Me complazco en hacer tu voluntad, Dios mío: sí, tu ley está en mi corazón." Salmos 40:8.


Sin cambios al Nuevo Pacto Después del Calvario

Dado que el Nuevo Pacto fue ratificado por la sangre de Cristo, es evidente que no podría haber entrado en vigor hasta después de que Jesús murió en la cruz. Este hecho fundamental, no debe pasarse por alto. La vida eterna o la muerte podrían depender de la correcta comprensión de este punto clave. Pablo escribió: "Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive", Hebreos 9:16, 17. La palabra "testamento" es lo mismo que la palabra "alianza". Sólo después de que tendrá una duración de un hombre y testimonio ha sido ratificado por su muerte pueden ser ejecutadas las disposiciones. De la misma manera, el pacto o testamento de Cristo comenzaría a funcionar tan pronto como lo había confirmado el pacto con su muerte en el Calvario.

Otro texto no deja dudas al respecto: "Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade", Gálatas 3:15. Pablo está diciendo aquí que después de la muerte de un hombre, su voluntad o pacto no puede romperse. Ninguna nueva incorporación se puede hacer después de la muerte del testador. El pacto permanece para siempre tal y como estaba cuando el testador falleció. Después de la muerte de Cristo, ningún cambio en absoluto puede ser hecho a su disposición para salvar a la humanidad. Las condiciones fueron selladas y ratificadas por el derramamiento de sangre. Cada condición había sido establecida claramente por el modelo perfecto de su vida sin pecado y se había previsto para la redacción de su ley magnificada, por el Espíritu Santo, en la mente de cada creyente.

Bajo los términos del Nuevo Pacto, ninguna alma quedaría en manos de lucha impotente contra los poderosos impulsos de una naturaleza caída. "Donde abundó el pecado, la gracia se hizo mucho más abundante." Romanos 5:20. Promesas eternas se arraigaron en la naturaleza inmutable de Dios quien proporcionaría poder para superar todas las debilidades heredadas y cultivadas. ¡No es de extrañarse que la Biblia haga hincapié en las "mejores promesas " de este nuevo acuerdo glorioso!

Ahora es fácil entender algunas de las cosas que hizo Jesús antes de morir. Por ejemplo, ¿por qué instituyó la Cena del Señor antes de que su cuerpo hubiese sido roto? En la noche del jueves, antes de su muerte agonizante del viernes, Jesús se reunió con sus discípulos en el aposento alto. Sosteniendo la copa en sus manos, dijo: "porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados", Mateo 26:28.

¿No es curioso que Cristo dijera estas palabras antes de que su sangre hubiese sido derramada? ¡Él estaba al mando de una conmemoración de un evento que no había ocurrido todavía! ¿Por qué? Debido a que tuvo que ser introducida antes de su muerte a fin de establecerse bajo el Nuevo Pacto. Nada pudo ser añadido después de su muerte.

Ahora, permítanme volver a la historia que comenzó a contar al principio del libro. Acababa de terminar la predicación sobre el tema del sábado en una de mis cruzadas evangelísticas. Entonces di un paso fuera de la plataforma para saludar a la gente al salir, tres jóvenes me cerraron el paso en el pasillo. Uno de ellos me dijo, en voz bien alta - lo suficientemente fuerte para causar que se detuviesen a escuchar cerca de cincuenta personas en las primeras filas del auditorio.

"Hermano Joe," dijo, "nos ha decepcionado esta noche con la forma en que nos puso de nuevo bajo el Antiguo Pacto. No se da cuenta de que vivimos bajo el Nuevo Pacto ahora, y debe guardarse el domingo en vez de el sábado?

Aunque la mayoría de la congregación estaba saliendo del edificio, el grupo en frente más cercano se reunió a oír todo lo que los jóvenes estaban diciendo. Era obvio que tendría que tomar el tiempo para responder a la pregunta que pone en entredicho ese trío. Como yo sospechaba que resultaron ser jóvenes seminaristas en formación en una universidad local Biblica. Con impaciencia que tenían sus Biblias en las manos y esperó triunfalmente mi respuesta.

Por lo general, no me gusta debatir temas polémicos en un foro público, por miedo a remover la naturaleza combativa, pero no parecía haber forma de evitar un enfrentamiento con estos estudiantes ministeriales. De todos modos, tenía mi camino completamente bloqueado, y el círculo de oyentes me miró con expectación una explicación.

-Bueno, parece que usted ha estudiado el tema de los pactos muy profundamente ", sugerí.
"Oh, sí, afirmaron," sabemos todo acerca de los pactos".
"Muy bien", le contesté. "Sin duda, usted sabe cuando fue instituido el Antiguo Pacto”. Uno de ellos habló rápidamente, "El proyecto se inició en el Monte Sinaí".
"¿Y cómo fue ratificado? Le pregunté. Sin dudarlo un instante uno de ellos respondió: "Por la aspersión de la sangre de un buey".

"Muy bien", añadí, y ¿cómo fue ratificado el Nuevo Pacto? Los tres hicieron coro respondiendo, "Por la sangre de Jesús en la cruz".
Felicité a los jóvenes por su conocimiento de las Escrituras y les pedí que me leyeran dos versículos desde su propia Biblia, Hebreos 9:16, 17 y Gálatas 3:15. Ellos respondieron con entusiasmo a la invitación, y leyeron los versículos, haciendo comentarios de cada uno después de leer. "Estamos de acuerdo en que el Nuevo Pacto no entró en vigor hasta después de que Cristo murió, y nada puede ser añadido o quitado después de que él lo ratificó en la cruz", el portavoz del grupo afirmó. Los tres asintieron con la cabeza enfáticamente sobre este punto.

Les dije: "Ahora tendrán que responderme dos preguntas. Aquí está la primera, y deben pensar cuidadosamente para darme la respuesta correcta: ¿Cuándo comienza el mantenimiento del domingo?" Hubo un sorprendente momento de silencio, y luego otro, y otro. Los muchachos se miraron entre sí, y luego hacia abajo a sus pies, y luego a mí. Suavemente los presioné a responder, "Seguramente ustedes me pueden dar la respuesta a esta pregunta. Lo han hecho con las otras, y han respondido correctamente. ¿Cuándo y por qué creen que la gente comenzó a llevar el domingo?"

Por último, uno de ellos dijo: "Seguimos el domingo en honor a la resurrección de Jesús." Le dije: "Entonces tendré que hacerles mi última pregunta. ¿Cómo podría ser el domingo parte del Nuevo Pacto? Usted acaba de decir que nada podría añadirse después de la muerte de Cristo. Murió el viernes y resucitó el domingo. Si el domingo se añadió después de que Jesús murió, nunca podría ser parte del Nuevo Pacto, ¿verdad? "

Los tres jóvenes movieron los pies, miraron con impotencia alrededor, y uno de ellos dijo: "Vamos a estudiar en eso y hablaremos con usted más tarde". Luego huyeron de ese auditorio lo más rápido que pudieron. También les puedo asegurar que nunca volvieron a hablar más sobre los pactos.

El hecho es que el domingo, aunque había comenzado el día de la resurrección, habría tenido tres días de retraso para entrar en el Nuevo Pacto. Tanto la Biblia como la historia demuestran que el domingo no fue observado por la iglesia apostólica. Se añadió mucho más tarde como consecuencia de la apostasía gradual que se desarrolló en los primeros siglos de la iglesia y que culminó en las instalaciones de paganos de Constantino en el 330 DC .

Millones de miembros de la iglesia moderna se refieren al domingo como un día sagrado que conmemora la resurrección de Cristo. Es cierto que Cristo resucitó el primer día de la semana, pero en ninguna parte la Biblia se nos ordena guardar ese día sagrado. Eventos tales como la crucifixión y la resurrección deben tener gran significado para todo cristiano, pero existe alguna insinuación en la Biblia para observar el viernes o el domingo. El único día que alguna vez fue ordenado para el culto semanal es el séptimo día de la semana, el mismo Jesús guardó el sábado durante la semana de la creación y el cual también guardará con su pueblo por toda la eternidad. Génesis 2:1-3; Isaías 66:22, 23.

La razón más poderosa para rechazar el culto del domingo es que no se incluyó en los requisitos del Nuevo Pacto, que fueron ratificados por la muerte de Jesús. Si Cristo hubiese deseado que su resurrección fuese memoralizada mediante la observancia del domingo, lo tendría que haber introducido en ese mismo jueves por la noche en la Última Cena. Entonces se habría convertido en una parte del Nuevo Pacto, junto con el servicio de la comunión y el lavamiento de pies. Jesús no dudó en ordenar la observancia de su muerte, a pesar de que no había sucedido todavía. Con la misma facilidad pudo haber ordenado la celebración de su resurrección, la cual sucedería en el futuro, con el fin de poder convertirse en un requisito del Nuevo Pacto. ¡Pero no lo hizo! Y nadie más lo hizo alguna vez, hasta que la profecía de Pablo comenzó a realizarse sobre una apostasía tras su partida. Hechos 20:29, 30. Habló también que la apostasía daría lugar a la entronización del Anticristo. 2 Tesalonicenses 2:3, 4. Pero es cierto que no hay indicios de alguna modificación de la ley registrados en las Escrituras. La ley moral inalterable fue preservada tanto en el Antiguo como en el Nuevo Pacto como la revelación perfecta de la voluntad de Dios.


Ismael e Isaac Representan Dos Pactos

Con estos antecedentes, ahora estamos preparados para examinar Gálatas 4. Muchos se han confundido con la alegoría que Pablo usó para ilustrar el Antiguo y el Nuevo Pacto. Esta es la forma que escribió sobre él: "Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud", versículos 22-25.

Pablo describe a Isaac e Ismael, los dos hijos de Abraham, como una representación del Antiguo y del Nuevo Pacto. Se muestra claramente que el hijo de Agar, Ismael, simboliza el Antiguo Pacto, y el hijo de Sara, Isaac, es un símbolo del Nuevo Pacto. "Ahora, hermanos, como Isaac, somos hijos de la promesa. ... Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre", versículos 28-31.

Esto es interesante. ¿Cómo los hijos de esas dos mujeres representan los dos pactos? En realidad, son una ilustración perfecta de acuerdo con todo lo que hemos aprendido hasta ahora. Dios había prometido a Abraham un hijo de su esposa Sara, pero porque tenía casi 90 años de edad, ninguno de ellos creyó que tal cosa podría suceder. Sarah sabía que su vientre estaba muerto y que ella ya había sobrepasado la edad para tener hijos. Así que ella sugirió que su marido tomara a Agar, su sierva, y tuviera un hijo con ella. Parecía ser la única manera de rescatar a Dios de una promesa imposible. Con el tiempo, Abraham cedió al dispositivo para salvar la cara y tuvo un hijo con Agar.

He aquí una ilustración exacta del principio del Antiguo Pacto "vamos a hacer." Abraham trató de solucionarlo en la carne, de acuerdo con el esfuerzo humano y la planificación. El antiguo acuerdo falló con tanta seguridad al mismo tiempo que las promesas del Antiguo Pacto fallaron, porque no había dependencia del poder divino. Dios nunca reconoció a Ismael como la simiente prometida.

Cuando Isaac nació, fue un milagro. Dios realmente creó una nueva vida fuera del un vientre biológicamente estéril. Las imposibilidades físicas cedieron al poder sobrenatural y creador de Dios. Isaac representa perfectamente el principio de la relación del Nuevo Pacto basado en la regeneración, una nueva experiencia de parto, la cual engendra la vida del Hijo de Dios en todos los que creen. La matriz natural, física de Sarah era totalmente incapaz de producir algún fruto. De la misma manera, el cuerpo natural, carnal y la mente de un pecador no puede dar a luz el fruto de la obediencia. Cuando Dios usó su poder para crear una nueva vida dentro de Sarah, sucedió lo imposible, y dio a luz a un hijo. Cuando Dios usa su poder para crear nueva vida en el alma, lo imposible sucede otra vez, un ser humano se convierte espiritual y obediente.

Isaac no fue "engendrado según la carne", pero "conforme al Espíritu." Gálatas 4:29. Porque el hombre es carnal y "débil en la carne," no tiene poder para alcanzar la justicia de la ley. También él debe ser nacido según el Espíritu. Todo intento de obedecer, sobre la base del Viejo Pacto del esfuerzo humano producirá sólo hijos de esclavitud. La ley debe ser escrita en el corazón por el Espíritu Santo y se completa con "Cristo en vosotros".

Esta alegoría de Agar y Sara desaparece otro punto muy importante de la verdad. Aquellos que están bajo el Antiguo Pacto son los interruptores de mandamiento, y aquellos bajo el Nuevo Pacto son los que observan los mandamientos. Sólo cuando Abraham desobedeció a Dios al tomar a Agar se cumplió el principio del Antigua Pacto. Cuando él confió en Dios que le diera un hijo por medio de Sara, que estaba siendo obediente a la voluntad de Dios, y representó adecuadamente a los cristianos del Nuevo Pacto. Sin embargo, ¡con qué frecuencia intérpretes modernos hacen confusos estos hechos! Al igual que los tres jóvenes predicadores, acusan a los observadores de la ley de estar bajo el Antiguo Pacto. La verdad es exactamente lo contrario. La ley no es realmente observada hasta que se escribe en el corazón del creyente transformado. Entonces se convierte en la marca de identificación, el símbolo de amor, para aquellos que han nacido del Espíritu. Jesús dijo: "Si me amáis, guardad mis mandamientos", Juan 14:15. Juan escribió: "Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos". 1 Juan 5:3.


La Circuncisión Verdadera no es Física

¿Te has preguntado por qué le dio Dios a Abraham la circuncisión como una señal del Antiguo Pacto? ¿No le parece que es una forma más cruda de representar tan importante acuerdo? Piense en esto por un momento y que tal vez comience a hacer mucho sentido. Dios le dio a Abraham la circuncisión como señal para recordarle cómo falló por confiar en la carne. A lo largo de las Escrituras, la circuncisión física está relacionada con la dependencia de la carne. Pablo escribió: "Porque nosotros somos la circuncisión, que adoramos a Dios en el espíritu, y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no tienen confianza en la carne", Filipenses 3:3.

Pablo estaba comparando la verdadera circuncisión con "eso que se llama circuncisión". El corte de la carne no era la verdadera circuncisión en lo absoluto: "Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios", Romanos 2:28, 29. Note como Pablo se dirige desde la carne al Espíritu. Él dice que la circuncisión real ocurre en el corazón, y exalta lo que Dios hace, y no el hombre. Es el corte de la naturaleza carnal a través de la conversión. El nuevo nacimiento es la experiencia verdadera circuncisión.

La explicación más clara se encuentra en la epístola de Pablo a los Colosenses: "En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo". Colosenses 2:11.

Aquí el trabajo espiritual de Cristo en el corazón se llama circuncisión. Esto se hace sin manos, lo que indica que ningún esfuerzo humano podría realizar este acto. No es cortar la carne física, pero cortando la naturaleza carnal del pecado a través de la morada de Cristo dentro de nosotros. Estará disponible para todos exactamente con la misma base: "Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa", Gálatas 3:29. Todos los que reciben a Cristo se convierten en herederos de todas las promesas hechas a Abraham. Aquellos que experimentan la verdadera circuncisión de corazón se convierten en verdaderos judíos.

Ya no podemos presumir que nadie pertenezca a la verdadera familia física. No hay más judío o gentil, hombre o mujer. La aceptación se basa en la fe personal en Jesucristo como el Salvador. Tampoco puede ningún hombre reclamar un favor especial por cortar el prepucio físico de carne. Esas cosas fueron hechas por gente que todo lo basaba en "vamos a hacer". Ellos buscaron la justificación y la salvación a través de obras de la carne. El nuevo plan de Dios por medio de Cristo no es por obras, sino por la gracia mediante la fe.

¿Significa esto que las obras ya no son importantes? Porque la ley no puede justificar, ¿debería ser abolida por el creyente? La doctrina de los pactos establece sin lugar a dudas que la ley es tan importante tanto en el Nuevo como en el Antiguo. En lugar de ser grabado en piedra, está escrito en el corazón. En lugar de ser cumplido por nosotros, es cumplido por Jesús en nosotros. En lugar de guardar la ley con el fin de ser salvo, la guardamos porque somos salvos. Las mismas obras de la obediencia están ahí, pero están ahí por una razón diferente y por un motivo diferente.

A veces, sin darnos cuenta, podemos empezar a confiar en nuestra ronda tradicional de ejercicios religiosos mucho más de lo que debiéramos. Ningún sistema de méritos deben obstruir los canales libres de la fe, el amor y la gracia. La obediencia en la posición correcta es importante y necesaria, pero siempre debe estar en esa posición, tras la gracia y acompañada por el amor.

De hecho, hoy todavía es posible ponernos de nuevo bajo el Antiguo Pacto si empezamos a confiar en nuestras obras para salvarnos. Así como los santos de la antigüedad podrían haber recibido la circuncisión verdadera al aceptar la regeneración espiritual, nosotros podemos caer de nuevo bajo el Antiguo Pacto al confiar en la carne para salvarnos.
Ojos ocultos y oídos cerradosBy Joe Crews
Copyright © 1980
Estrecho es el camino

Algunas de las profecías más asombrosas de la Biblia tienen que ver con la proporción de personas que se salvarán en la venida de Cristo. Jesús enseñó claramente que sólo algunos cuantos comparativos estarían listos a heredar su reino. Él dijo: "Entrad por la puerta estrecha: porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino, que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan "(Mateo 7:13, 14).

En Lucas 18:8, Haciendo una pregunta muy penetrante, Jesús daba a entender que los "algunos cuantos" podrían ser incluso menos de lo que podíamos esperar o imaginar. "Sin embargo, cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?" Una vez más, el Maestro se refirió a la separación definitiva con estas palabras: "Y como lo fue en los días de Noé, así será también en el día del Hijo del hombre "(Lucas 17:26). Sólo ocho personas se salvaron del diluvio y "como se fue entonces" así será en su venida. Otros escritores de la Biblia y los profetas usan un lenguaje similar para describir el "pequeño rebaño", el "remanente", y los “algunos cuantos "que resultarán fieles hasta el final.

El hecho de que tan pocos se salvarán no es tan sorprendente como la razón dada en la Biblia por su pérdida. Parece evidente que grandes multitudes serán excluidos del cielo a pesar de que profesaban a Cristo, se postraron ante él con regularidad, y pasaron gran parte de su tiempo haciendo milagros en su nombre. Jesús dijo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces yo les declararé, nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad "(Mateo 7:21-23).

Estos versículos revelan que la tierra se inundará con una gran cantidad de religión falsa en los últimos días. Millones de personas van a perder su tiempo, su esfuerzo y su dinero en la promoción de una religión que implica aparentes milagros, aparentes dones espirituales, y mucha actividad entusiasta. Todo esto está explícitamente explicado en la enseñanza de nuestro Señor. Sin embargo, todos aquellos terminarán siendo totalmente rechazados por Jesús y excluidos de los cielos. ¡Mire qué forma de hablar de sorprendente verdad! Más personas necesitan mantener sus ojos bien abiertos a esta situación poco comprendida que caracterizará la hora del fin del tiempo. Por esta razón tenemos que encontrar la manera de evitar los amplios engaños espirituales que causarán que tanta gente religiosa se pierda.

¿Por qué serán rechazadas, a pesar de su culto devoto y ministerio en el nombre de Jesús? Esto ha causado que algunas personas sientan desesperación de salvación. ¿Cómo se puede saber que su propia religión no se encuentre en esta categoría finalmente? Vamos a buscar en serio las respuestas a estas preguntas. ¡Nuestra salvación no depende de nuestra sinceridad, sino de encontrar la verdad en la Palabra de Dios y obedecerla!


La obediencia es la prueba de fuego de una religión válida

El primer punto que debemos entender es este: LA ACTIVIDAD RELIGIOSA ES BASTANTE INÚTIL SI NO ESTAMOS HACIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS. Cristo declaró que tomar el nombre de Dios, incluso encargándose de grandes programas humanitarios desinteresados, serán un desperdicio si la obediencia a la voluntad de Dios es excluida. Remarque este hecho sobre la base de tu mente y nunca lo olvide: las Escrituras exaltan la obediencia como la prueba de distinción de una religión válida. Los que se dedican siempre tan plenamente en la predicación del nombre de Jesús, con el tiempo, talento y dinero, y no guarda sus mandamientos, no puede contar con la aprobación de Dios. De hecho, ya que no se obedece a Cristo, los fieles de esa clase realmente abren una puerta por la que Satanás logre entrar sin ser reconocido y hacer milagros a través de ellos, EN EL NOMBRE DE JESÚS, los cuales se atribuyen al poder de Dios. La súplica lamentosa, "¿no hemos profetizado. . . y en tu nombre echamos fuera demonios " es una prueba positiva de que sus milagros se habían hecho por algún otro poder y no por el de Cristo, a pesar de hacerse en su nombre. Si Jesús nunca los conoció, ¿quién más podía hacer milagros tales? Sólo Satanás. La Biblia habla de "los espíritus de demonios, los milagros" (Apocalipsis 16:14).

Por cierto, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo: "Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad"? ¿Cómo se puede realmente llegar a "conocer" al Señor? El amado Juan nos dice: "Todo aquel que peca no lo ha visto, ni le conoce" (1 Juan 3:6). "El que dice, yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él "(1 Juan 2:4). Conocerle significa obedecerle. Bíblicamente, es imposible ser un verdadero hijo de Dios y al mismo tiempo negarse a obedecer los mandamientos de Dios. Desobediencia intencionada corta la relación, aleja al Espíritu Santo por el cual somos marcados, y remueve a la persona del lugar de la gracia de forma efectiva.

Ahora empezamos a ver lo fácil que es poner a prueba los espíritus religiosos que están en el mundo de hoy. Es hora de que veamor más allá de la música estimulante, de la fascinante oratoria, e incluso de los programas emocionantes de testimonio y aplicar la prueba creada por el gran autor de toda verdad, Jesús mismo. Dejó muy claro que los fundamentos originales de Dios no han cambiado. La condición de obediencia que ha mantenido al hombre fuera del Edén se convierte en la condición para su restauración al Edén. "Si me amáis, guardad mis mandamientos" (Juan 14:15).


El amor no es legalismo

No debemos dejar de insistir en este punto que el elemento del amor también debe atender a toda obediencia aceptable. Obligar como forma de cumplimiento, sin una experiencia de amor personal con Cristo el Salvador, es un error completo y fatal tal como el de omitir toda obediencia. Jesús tuvo que hacer frente al frígido formalismo de los fariseos y otra vez. Y porque tan a fondo condenó el programa de la salvación por obras, muchos han asumido rápidamente que la obediencia no tiene importancia. Ahora tenemos que entender el hermoso equilibrio en la doctrina de Cristo de la fe y obras. Él enseñó que obedecer con el fin de ser salvos es el peor tipo de legalismo, pero obedeciendo porque somos salvos es la prueba de una auténtica experiencia religiosa. La obediencia precede a la verdadera fe con tanta seguridad de la misma manera que el día sigue a la noche. Por cierto, la palabra "legalista" se ha tirado por ahí con mucho abandono. Mucho me temo que muchos cristianos sinceros han sido acusados de legalismo sólo porque su amor a Cristo los llevó a ser más concretos en su obediencia que sus acusadores. No olvide nunca que un legalista es alguien que cree que él puede ser salvado por sus obras. La persona que guarda los mandamientos, porque no quiere disgustar a Dios al cual ama no es legalista en lo absoluto. El viejo argumento se oye a menudo: "Me gustaría ver un cristiano feliz, cariñoso, que no guarda todos los mandamientos que ver a una falta de amor que uno obedece estrictamente a la ley”. ¿Por qué tratar de medir los grados de culpa? Ambos están completamente equivocados. Nuestros sentimientos no tienen nada que ver con eso. Cristo ha establecido el estándar de medida. Nada menos que una "fe que obra por amor" será aceptada.

Pero volvamos a la postura alarmante de que la mayoría de la humanidad se perderá, incluyendo a los activistas religiosos fervientes. La adoración fue ordenada en la Biblia y es un ingrediente necesario en la verdadera religión, pero ¿desaparecerá una multitud de cristianos adoradores? Jesús dijo: "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres" (Mateo 15:9). ¡Otra declaración devastadora de la verdad! La gente participará en el culto vano si rechazan la verdadera doctrina por favorecer la tradición del hombre.


¿Cuándo es adoración vana?

En varias ocasiones Jesús insistió en la necesidad de caminar en toda verdad conocida. "Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado" (Juan 15:22). "Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece" (Juan 9:41). Cuando un hombre aprende un punto de verdad en la Biblia y se niega a obedecer, es culpable de practicar el pecado. Un hombre así está luchando contra el Espíritu Santo, cuyo principal trabajo es guiar a toda verdad. Esta negativa a obedecer endurece a la conciencia, causando que el Espíritu Santo se retire finalmente y conduzca al pecado imperdonable. ¡Con que razón tal adoración es vana! Al rechazar los mandamientos de Dios en favor de las tradiciones humanas, el Espíritu Santo es despreciado. De acuerdo con Hechos 5:32 sólo aquellos que obedecen son elegibles para llenarse del Espíritu.

Detengámonos ahora y consideremos el significado profundo de lo que hemos descubierto. La gran mayoría de la gente se perderá, incluyendo muchos que hacen milagros en nombre de Cristo, que le adoran, y que afirman que le conocen como sus hijos. La razón por la que se perderán es que no le aman lo suficiente para guardar todos sus mandamientos. Por alguna razón, estos fervientes trabajadores de la iglesia han aprendido a ver a la ligera la ley de Dios. La mayoría de ellos consideran legalismo el creer que la desobediencia podría mantenerlos fuera de los cielos. Satanás les ha cegado sus ojos a la hermosa e íntima relación de amor y obediencia. Se les ha enseñado realmente a millones de cristianos protestantes que la obediencia o la desobediencia no pueden tener efecto alguno sobre su salvación definitiva.

En vista de la arraigada tradición del cristianismo popular hoy en día, podemos ver cómo Satanás ha manipulado a millones a un estado de mental de rechazo a las afirmaciones de la ley moral de Dios. Bajo la interpretación torcida de una gracia barata (alguien lo ha llamado "ágape descuidado") el escenario se ha establecido para la estrategia maestra de engaño del diablo. La competencia final entre la verdad y el error girará en torno a la cuestión básica de lealtad o deslealtad, la obediencia o desobediencia. Y la atención se centrará de lleno en el cuarto mandamiento que contiene el gran signo distintivo del poder creativo y autoridad de Dios.


Domingo - Una tradición del hombre

Parece más que una coincidencia que Jesús anuncie explícitamente "las tradiciones de los hombres" como la falsa doctrina que conduce al culto vano. La tradición suprema de hoy, la cual ha conseguido que multitudes se alejen de guardar los Diez Mandamientos, es la doctrina de la observancia del domingo. Casi cualquier cristiano de cualquier creencia puede defender y exaltar a nueve de los diez mandamientos. Es sólo el día de reposo que ha despertado profundo odio y prejuicios contra la santa ley de Dios.

¿Quién inspiró esa actitud de desprecio hacia la única parte de la Biblia que Dios escribió con su propia mano? ¿Cómo han sido tantos millones llevados a comparar la obediencia con el legalismo? La tragedia es que los ministros han sido en gran parte responsables de convertir a personas fuera de la obediencia. Repetidas veces en mis cruzadas evangelísticas la gente me platica acerca de furiosas declaraciones realizadas por sus propios pastores contra el sábado. No se puede dar ninguna razón bíblica para la observancia del domingo, y frustrados por las preguntas insistentes de su rebaño, muchos pastores recurren a los ataques emocionales de la validez de la ley. He encontrado que estos ataques generalmente siguen dos líneas de argumentación. El grupo fundamentalista de los predicadores hace hincapié en el "espíritu de la ley" e insisten en que la carta no es vinculante. Esto permite que el séptimo día específico se haga a un lado por el domingo. El otro grupo de teólogos más liberal sostiene que no hay días especiales de adoración necesarios y que el creyente está completamente liberado de todas las afirmaciones de la ley.

Puesto que el pecado se define en la Biblia como "la transgresión de la ley", y Pablo afirma que "Cuando no hay ley, tampoco hay transgresión", cualquier ataque a la ley sólo sirve para debilitar las convicciones del hombre sobre el pecado (1 Juan 3:4; Romanos 4:15). Santiago nos dice que el quebrantamiento de un solo mandamiento es una violación de los diez, y constituye transgresión o pecado (Santiago 2:10-12).

¿Es un asunto serio el derribar la confianza en este gran código moral de Dios escrito a mano? ¿Los hombres toman el pecado más a la ligera cuando pierden la fe en la autoridad de los Diez Mandamientos? Sin lugar a dudas que lo hacen. La extraña circunstancia de ministros de enseñando a la gente a pecar no es fácil de comprender. Sólo cuando se estudian las grandes líneas de la profecía acerca de estos últimos días es que podemos comenzar a entender el fenómeno.

Al parecer, Dios tuvo que tratar con los pastores infieles tanto en el Antiguo come en el Nuevo Testamento. Algunos juicios fuertes tenían que ser pronunciados contra los pastores que engañaron al rebaño. Los vigilantes que no decían la verdad acerca de peligros acechantes eran responsables de las muertes que provocaron. Tales predicadores son en realidad convertidos en agentes del mal. Pablo escribió: "Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (2ª de Corintios 11:14, 15).

El libro inspirado calificaría a estos ministros de manera contundente. Al parecer, Dios ve a los hombres tales como los ministros reales de Satanás porque temen decir la verdad y, en cambio, dan a sus propias ideas. Es hora de entender la gran conspiración de Satanás para conducir a los hombres de vestiduras, líderes religiosos y de altos puestos, a enseñar doctrinas perversas en el nombre de Cristo. “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina… y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas "(2ª de Timoteo 4:3, 4).

Es interesante observar que estos maestros de los últimos días son descritos por apartar sus oídos de la verdad. Esto significa que la vieron, la entendieron, pero no quisieron reconocerla. Dios hizo exactamente la misma acusación contra sus sacerdotes en el Antiguo Testamento. "Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos" (Ezequiel 22:26).

Los sacerdotes del Antiguo Testamento escondían sus ojos de los sábados y los ministros de los últimos días apartarán sus oídos de la verdad. ¡Qué tragedia! En otras palabras, la verían, pero tratarían de alejarse de ella por negarse a seguir buscando. Muchas veces he hablado con los ministros de diversas creencias sobre el tema del sábado. Algunos han admitido honestamente que el sábado es día el verdadero Señor de la Biblia. Otros lo rechazan por diversas razones. Algunos cuantos simplemente no podían creer que Dios fuera tan particular sobre cuál día observar. Pensaron que Dios entendería a aquellos que encontraban más conveniente observar un día diferente al séptimo día. Algunos ministros con los que hablé no aceptaron realmente la Biblia como la Palabra inspirada de Dios.


Predicadores en duda

Es impactante darse cuenta cómo el escepticismo y la gran crítica han robado a muchos pastores su fe en la Biblia. Incluso muchos miembros de denominaciones evangélicas conservadoras se están plagando de dudas sobre la inspiración de las Escrituras. Tanto que se utiliza para justificar su rechazo del Sábado.

En una cruzada de Hechos Asombrosos pasé una tarde interesante, con un ministro bautista del sur que había solicitado una entrevista sobre el tema del sábado. Algunos de sus miembros asistieron a la cruzada de Hechos Asombrosos y lo había interrogado acerca de lo que habían aprendido. Por primera vez en su vida, se adentró en el tema a fin de encontrar respuestas para su pueblo. Entonces me pidió que nos encontráramos en su oficina de la iglesia. Yo escuchaba con asombro como explicó por qué no podía aceptar el sábado. Me sorprendió porque los bautistas del sur han tenido la reputación histórica de ser fundamentales y ser cristianos creyentes en la Biblia. Pero este joven, quien se graduó del Seminario de Southern Baptist Louisville en 1975, no creía en la historia de la creación de Génesis. Negó la historia del diluvio y afirmó su creencia en la evolución como explicación de la existencia del hombre. Rechazó explícitamente la historia de Jonás y la ballena. Por último, le pregunté si creía en el nacimiento virginal de Jesús. Su respuesta fue: "Yo no creo que sea necesario creer en el nacimiento virginal para ser salvos”.

Me gustaría poder decirles que esta actitud es excepcional entre los bautistas, pero no lo es. Este pastor me aseguró que más de la mitad de los ministros bautistas del sur creían justamente lo mismo. Espero ciertamente que esté equivocado en la estimación, y opino francamente que estaba exagerando los números. No obstante, estoy convencido de que la mayoría de los compañeros de clase de este joven predicador habían perdido su fe en la palabra inspirada mientras estudiaban en el seminario, al igual que ocurrió con él.

Por último, bajo cuestionamiento detallado, débilmente afirmó cierto tipo de fe personal en el nacimiento virginal a pesar de que no pensaba que era demasiado importante. Le pregunté que si su congregación conocía su posición sobre la Biblia, y me aseguró que no. No se atrevía a predicar las cosas que creía. Le dije: "Dave, si su iglesia supiese lo que nos ha expresado, lo despedirían de inmediato”. Pude entender perfectamente por qué tenía miedo a predicar sus convicciones.

No debería ser tan grande la sorpresa el ver esta ola de creciente escepticismo. Básicamente, es una de las señales del fin del tiempo. Estamos viendo la profecía cumpliéndose ante nuestros ojos. Lo que te acabo de decir es sólo uno de los signos dramáticos que Jesús viene muy pronto.

¿Se pregunta cómo los seminarios y las grandes denominaciones se han inclinado a este tipo de duda abierta sobre la Palabra de Dios? Una razón es obvia. Al negar el sábado abrieron la puerta a las dudas sobre la creación literal de seis días. Otro paso fácil llevó a los grandes períodos asignados a la evolución. Dios dio el sábado como un recordatorio divino de su poder creador soberano. En representación de su autoridad como el único Dios verdadero, el sábado iba a ser un recordatorio semanal que el único Dios digno de adoración es el único que tenía el poder de crear y recrear. Como signo de la creación y la redención, la observancia del sábado sería una protección perpetua contra el mal de la evolución, así como del modernismo. Cuando las iglesias rechazaron el sábado, también rechazaron el baluarte más sólido que
los han protegido de la clase de incredulidad mortal que el joven ministro expresó. Ningún hombre puede ser un evolucionista o un modernista que realmente crea y guarde el sábado.


Si el sábado se puede cambiar: entonces la Biblia se puede cambiar

Este estado de duda confuso es también el fruto de la herejía que ha sido ampliamente abrazada. Al tratar de acabar con la ley moral de los Diez Mandamientos, las iglesias han comprometido la doctrina de una Biblia infalible. Si el sábado se puede explicar, si la gran ley moral básica puede ser anulada, entonces casi cualquier otra parte de la Biblia puede ser racionalizada. Y ha sido, por millones de personas que se les enseñó hacerlo por el predicador en el púlpito.

¿Qué piensa Dios acerca de aquellos que han creado esta brecha vergonzosa en su ley? A través del profeta Malaquías Dios describe el fracaso de sus ministros para defender la ley: "Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley… así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley hacéis acepción de personas"(Malaquías 2:7-9).

Dios acusa a los predicadores de ser parciales en la ley. Eso significa que predicaban parte de ella, pero no toda. Esto causó que las personas tropezaran en la ley, lo que indica que influenciaron a la gente a quebrantarla. A lo largo del Antiguo Testamento Dios expuso el desarrollo de un programa inspirado por Satanás para hacer a un lado su ley.

Finalizando este tema, me gustaría trazar una cadena de tales profecías, todas las conexiones que están relacionados por un símbolo común. Quiero que se de cuenta del hilo conductor que es captado por ambos profetas mayores y menores y tejidos a través de sus escritos.


La Ley de Dios - Una pared protectora

El símbolo principal de la ley de Dios parece ser como un muro, y es utilizada ampliamente en todo el Antiguo Testamento. Isaías dramáticamente representó la desobediencia hacia la ley como una ruptura en la pared. "Porque este pueblo es rebelde…hijos que no quisieron oír la ley de Jehová. Por tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose en una pared elevada, cuya caída viene súbita y repentinamente "(Isaías 30:9-13).

Siga de cerca ahora que permitimos que otros escritores inspirados amplíen sobre esta idea básica de la pared violada. Ezequiel indicó que algunos transgresores de la ley trataban de cubrir su acto de pecado limando la rotura de la pared. Desafortunadamente, ellos sustituían a un falso y débil material para hacer que la pared se viera bien, pero que no resultaría aceptable en absoluto. "¡Ay de los profetas insensatos…No habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro…y uno edificaba la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto, ¡Ay de los profetas insensatos. . . No habéis subido a las brechas, ni formado por el seto. . . y un acumulado una pared, y he aquí, otros lo embadurnó con mortero sin templar "(Ezequiel 13:3-10).

Aquí Dios reprende a los líderes espirituales por no hacer los huecos y brechas en el muro. Como los vigilantes en las paredes que iban a ser los primeros en notar a los débiles y para advertirle de la ruptura inmediatamente y hacer la restauración de las defensas. En este caso, no sólo los sacerdotes no estaban haciendo la reparación adecuada a la violación, sino que también estaban condonando un sustituto peligroso de materiales débiles los cuales Dios no podía aprobar. El lodo suelto representa un esfuerzo por disimular la gravedad del defecto por la falsa enseñanza en vez de conducir al pueblo a la obediencia completa. Repetidas veces Dios tuvo que advertirles a los sacerdotes de no debilitar la autoridad de su ley. Malaquías advirtió a los sacerdotes: "Vosotros habéis hecho tropezar a muchos en la ley. . . vosotros no habéis guardado mis caminos, pero han sido parciales en la ley "(Malaquías 2:8-9). Fue una actitud que hizo que Dios les reprochara por pintarrajear las paredes con lodo suelto.


El muro roto - El incumplimiento del sábado

Ahora estamos listos para establecer el interesante hecho de que la violación primaria en la ley tenía tuvo que ver con el cuarto mandamiento. El profeta escogió el tema de la pared de nuevo en Ezequiel 22:26-28. "Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios… y de mis días de reposo apartaron sus ojos… Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado."

Aquí tenemos una violación específica de la ley (el quebrantamiento del sábado) relacionado con el lodo suelto. De nuevo, son los sacerdotes, o predicadores, los que son responsables del error. Como ya hemos señalado, han violado la ley al ocultar sus ojos del sábado. Esto indica claramente que lo vieron, pero deliberadamente se alejaron y se negaron a reconocerlo o a obedecerlo. Pero ¿qué significa que pintaron la pared con lodo suelto? No se necesita mucha inteligencia para ver que estaban tratando de llenar el quebrantamiento del sábado con el material falso que realmente no restauraría la pared en lo absoluto.

Además, tratarían de hacer que pareciera que Dios había aprobado lo que habían hecho, diciendo: "Así ha dicho Jehová el Señor, cuando Jehová no ha hablado”.

Pregunta: ¿Han tratado los líderes religiosos de poner un día falso en lugar del verdadero sábado y tratado de hacer creer que Dios lo justifica? ¡Por supuesto que lo han hecho! En lugar de restaurar el verdadero día de reposo del séptimo día, que había sido violado por la infiltración pagana de la iglesia primitiva, trajeron un día dedicado a la antigua adoración del sol. Sin ningún rasgo de autoridad bíblica honraban ese día con el título del "Día del Señor", y mencionan continuamente: "Así dice Jehová, cuando Jehová no ha hablado”.


Dios mide el muro

¿Ha aprobado el Señor esta profana manipulación de su ley perfecta? Jesús dijo: "En vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres" (Mateo 15:9). Ninguna pintarrajeada con telas extrañas y material suelto puede hacer de nuevo toda la pared. Sólo la restauración del material original, el séptimo día de la semana, puede satisfacer el gran plomada del escrutinio de Dios. Él es el autor de esa ley, el constructor de la pared, y no aceptará nada menor a la completa fuerza original y la proporción”.Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más "(Amos 7:7, 8). Una plomada se utiliza para determinar la rectitud exacta de una pared, y Dios medirá a su pueblo por su santa ley. Jesús declaró que incluso la adoración es vana y vacía cuando los mandamientos de los hombres son enseñados en lugar de sus mandamientos. "Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición" (Mateo 15:6).

Con estas palabras de Cristo sin duda demuestra que la tradición se utilizará para anular su ley. Así, podemos ver cómo el lodo suelto representa la tradición del culto dominical, que se aplica a la violación de la ley. El resultado es la institución de un tramo de muralla que es ajena a la original y perfecta.

Alguien podría objetar que estamos tomando versículos fuera de contexto y que el símbolo de la pared no se refiere a la ley de Dios en estos tiempos modernos. El profeta Ezequiel indica que el muro falso se embadurnó con lodo suelto en los últimos días, y que las últimas siete plagas llevarían su total destrucción. "di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá" (Ezequiel 13:11).


Muro de avispas - Destruido por las plagas

¿Nos da la Biblia alguna información sobre la hora de este gran diluvio de granizo? Juan el revelador describe el acontecimiento con las siguientes palabras: "Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo…y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande" (Apocalipsis 16:21).

Aquí está la evidencia de que la pared falsa de la tradición se tratará en el momento de las siete últimas plagas. Dios habla de la misma sentencia en la pared como "mi ira" en Ezequiel 13:14-15. "Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con lodo suelto… y caerá, y seréis consumidos en medio de ella… Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto”.¿Cuál es su ira?

Dios se refiere a las últimas siete plagas como su ira: "Siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios" (Apocalipsis 15:1). ¿Tiene ahora una mejor imagen de esto? Su ira en la destrucción del muro de la falsificación se lleva a cabo por el granizo desbordante, que es una de las últimas plagas, también se señala como la ira de Dios. Esto coloca al juicio en la pared de avispas al final de los tiempos cuando las siete últimas plagas sean derramadas.

Pero ¿cómo podemos estar seguros de que este lodo suelto es verdaderamente la tradición del culto dominical? En caso de que quede duda con respecto a este punto, por favor pese esta prueba final. La ira de Dios cae sólo sobre los que tienen la marca de la bestia. "Si alguno adora a la bestia. . . y recibe la marca. . . Este también beberá del vino de la ira de Dios "(Apocalipsis 14:9, 10).

Ahora hagamos juntos un razonamiento. Los hechos de la Palabra de Dios están ante nosotros. Desde las siete últimas plagas caen únicamente a aquellos que tienen la marca de la bestia, y puesto que la falsificación de albañiles recibirá las plagas, tenemos que concluir que el muro de los constructores tiene la marca. Ya hemos demostrado que la tradición del domingo fue utilizada para pintarrajear. ¿Significa esto que el la observancia del domingo está relacionada con la marca de la bestia? De hecho es así. Para una explicación completa de esta conexión fascinante, escribanos para obtener el folleto gratuito, La Bestia, El Dragón, y la mujer. Incluso sin ir al tema más lejos, podemos ver que los que manchan la pared (cambian la ley de Dios) son los abogados del domingo y que también reciben las plagas que entran únicamente a aquellos que tienen la marca de la bestia. Habría que ser ciego para perderse el hecho de que la marca está ligada estrechamente a la observancia del domingo.

Vamos a perseguir el simbolismo de la pared más profundamente en los escritos de los profetas del Antiguo Testamento. Dios estaba profundamente preocupado por el espacio o el puente que se había hecho en su ley. Él es citado diciendo, "Y busqué entre ellos hombre, que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí" (Ezequiel 22:30).

En vista de las tácticas de distracción de pintarrajear la tradición en el puente, creando una pared falsa, Dios está representado por el profeta como la búsqueda de alguien que "constituye la cobertura" y "se para en el puente”. ¡Qué gran cuadro se presenta aquí! ¿Encontró Dios a los que tendrían el valor de restaurar la verdad impopular? ¿Describe finalmente La Biblia a los fieles reconstruyendo la pared para cumplir con las especificaciones de la plomada de Dios?

Dejemos que Isaías tome el hilo ahora y pinte el cuadro final. "Y los tuyos (de Dios)…serán llamados reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar .Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová…" (Isaías 58:12, 13).

Aquí, sin ningún tipo de equivocación, nos encontramos con una descripción clara de los que se comprometen a reparar el puente y restaurar la muralla original. Son los que a su vez regresan al verdadero día de reposo, y quienes entran en el trabajo de limpieza de los escombros de la tradición, por lo que el sábado puede volver a brillar como el deleite del pueblo de Dios, un día sagrado y honorable. Liberada de la emisión de alusiones falsas por herejes y libertinos, la ley de Dios será reconocida como la gran norma moral de los cristianos salvos por la gracia: la evidencia de una relación de amor verdadero con Jesús.

Reuniendo estos hilos de oro de la verdad bíblica, podemos resumir la historia profética muy fácil y rápidamente. En los últimos días serán hechos grandes argumentos por los falsos pastores para debilitar la autoridad de la ley de Dios.

Influyentes grupos religiosos se unen para guiar a la gente a rechazar el verdadero día de reposo. Al hacer a un lado el cuarto mandamiento, se hace una violación de la ley que se representa como un muro protector. Si bien el material falsificado se utiliza para restaurar el puente en la forma de adoración del domingo, Dios encuentra un pueblo que se llamará los reparadores de la violación y que volverán a mantener el verdadero día de reposo. Aquellos que traten de cambiar su ley sustituyendo el día pagano del sol recibirán la marca de la bestia y la experiencia del castigo de las siete últimas plagas.

Pero vamos a cerrar este panorama desalentador profético con una nota de esperanza y seguridad. No todos se encontrarán derribando
o tratando de cambiar la ley de Dios. El libro de la Revelación de Dios señala a sus santos y los describe con estas palabras: "Aquí está la paciencia de los santos: aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (Apocalipsis 14:12). Un remanente no estará de acuerdo con las tradiciones de los hombres.

No aceptarán ningún sustituto de los requisitos de Dios. Como la pieza final de la iglesia apostólica, son caracterizados por amar a Jesús supremamente guardando sus mandamientos. La desesperada batalla final de Satanás contra Dios se llevará a cabo sobre la lealtad de este grupo pequeño. Aquí está la manera en que Juan observó que se enfrenta: "Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer guerra contra el resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apocalipsis 12:17).

Que Dios le conceda el valor de ser parte de esa iglesia remanente que tiene la fe de Jesús, el testimonio de Jesús, y que guarda todos sus mandamientos. Estos realmente pueden ser designados como los santos.

En resumen, note cómo enlace tras enlace de textos relacionados muestran las venturas y desventuras del muro: La ley de Dios.
  1. El muro representa la ley de Dios. Una brecha en el muro representa romper la ley [iniquidad] (Isaías 30:9-13), "Este es un pueblo rebelde. . . los niños que no oyen la ley de Jehová. . . por lo tanto esta iniquidad será para vosotros como una violación a punto de caer, hinchazón en una pared alta. "
  2. Los ministros falsos no reparar la ruptura. Pero sí intentaron reparar el puente débil, de lodo suelto, un material falsificado (Ezequiel 13:3-14), "¡Ay de los profetas insensatos. . . no habéis subido a las brechas, ni formaban la cobertura. . . y un acumulado una pared, y he aquí, otros lo embadurnó con mortero sin templar."
  3. La ruptura en el muro fue el sábado, el cual los predicadores vieron, pero de él escondieron sus ojos. En lugar de restaurar el verdadero día de reposo, utilizaron el pagano Domingo [lodo suelto] como un sustituto, afirmando que el Señor le dijo que estaba bien, cuando "Jehová no ha hablado" (Ezequiel 22:26-28), "Sus sacerdotes violaron mi ley, y la mía profanado las cosas santas. . . y han hecho ocultar sus ojos de mis días de reposo. . . y sus profetas lo han embadurnado con lodo suelto. . . diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor, cuando Jehová no ha hablado. "
  4. La falsificación de la pared [el domingo] se dará a conocer y será destruido cuando las plagas caigan [granizo] (Ezequiel 13:11), "Di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y viento tempestuoso la romperá”.
  5. El granizo es una de las últimas siete plagas (Apocalipsis 16:21), "Y cayó sobre los hombres un grande granizo como del cielo. . . y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue la muy grande. "
  6. Las plagas se conocen como "la ira de Dios" (Apocalipsis 15:01), "Siete ángeles que tenían las siete plagas postreras, porque en ellas es consumada la ira de Dios”.
  7. La ira de Dios [plagas] caen sobre aquellos que tienen la marca de la bestia (Apocalipsis 14:9, 10), "Si alguno adora a la bestia. . . y recibe la marca. . . Este también beberá del vino de la ira de Dios. "
  8. La ira de Dios [plagas caídas] en los que utilizaron el lodo suelto [el domingo]. Las plagas y la destrucción demuestran que estos eventos toman lugar en el fin del mundo y que estas profecías se aplican a nuestros días (Ezequiel 13:13-15), No me importa que la rompa. . . y piedras de granizo en mi furia a la que consumen. Así que voy a romper el muro que habéis embadurnado con lodo suelto. . . Por lo tanto voy a cumplir mi furor en la pared y sobre los que la han pintarrajeado ".
  9. Dios buscó a aquellos que reparan el puente o el incumplimiento en su ley correctamente (Ezequiel 22:30), "Y busqué entre ellos hombre, que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí”.
  10. Dios encuentra a los que se comprometen a reparar la violación. Se restaurará el verdadero día de reposo a su lugar correcto (Isaías 58:12, 13), "Y los que se de ti. . . serás llamado reparador de brechas, restaurador de los caminos para morar en ellos. Si retrajeres tu pie el día de reposo, de hacer tu voluntad en mi día santo. "